­A las seis y media en punto de la tarde, mientras el día daba paso a la noche, un castillo de fuegos artificiales enmedio de la bahía de Portmany avisaba de que el barco ´Capitán Nemo´, con los tres Reyes Magos a bordo, estaba llegando al puerto de Sant Antoni.

La embarcación, dedicada en verano a excursiones turísticas, arribaba abarrotada con un centenar de personas a bordo, componentes del séquito de sus Majestades. Mientras tanto, la explanada del embarcadero del puerto nuevo, donde aguardaban sus carrozas, se había llenado de público, en su mayoría niños, dispuestos a no perderse detalle de la visita real, desde el principio.

Una vez que el barco atracó y los tres Magos seguidos de sus pajes se acercaron a la escalinata para descender, la alcaldesa de Sant Antoni, Pepita Gutiérrez, que les estaba esperando en el muelle, les dio la bienvenida a través de un sistema de megafonía, para que sus palabras pudiesen ser oídas por todo el público presente.

Gutiérrez ofreció al rey Melchor una llave «mágica», para poder abrir por la noche todos los domicilios de Sant Antoni donde hay niños y dejar sus regalos. Los reyes descendieron del barco y cada uno ocupó el trono de su correspondiente carroza, antes de iniciar el desfile. Los miembros de su séquito les siguieron, la mayoría andando. El cortejo real lo abría la estrella de Belén, acarreada por una furgoneta; seguían las tres caravanas de Melchor, Gaspar y Baltasar y una cuarta cargada de regalos.

A continuación desfilaban unos sesenta miembros de dos agrupaciones musicales de Semana Santa procedentes de Vila, la del Santo Cristo Yacente y la de Nuestro Padre Jesús Cautivo. Animaron el recorrido interpretando villancicos y otras piezas especiales para el público infantil, como ´El Rey León´, ´Piratas del Caribe´ o ´La vida es un Carnaval´.

El desfile de los Reyes duró unas dos horas. Fue presenciado por una gran cantidad de público que se agolpó a lo largo de todo el recorrido. Transcurrió por el camino del embarcadero, el paseo marítimo hasta el Huevo de Colón, regresó al Carrer Ample y, en el cruce con la calle de Sant Antoni hizo una parada para que sus Majestades descendiesen de sus carrozas y se desplazasen hasta la iglesia para visitar el pesebre con el niño Jesús.

Reiniciado el desfile, recorrió la calle Sant Antoni hasta la plaza de España, donde se hizo otra parada para visitar el Nacimiento del colegio de las Trinitarias. A través de la calle del Faro el cortejo regresó al paseo, hasta la meta final, en la carpa festiva, donde pudieron saludar a toda la población.

Nueve agentes de la Policía Local y trece voluntarios de Protección Civil velaron por el orden en el desfile. En la zona del puerto se contó también con la colaboración de dos agentes portuarios.

La decoración de las carrozas reales, que en años anteriores era obra de Antoni Torres, en esta ocasión ha corrido a cargo del equipo artístico Los Watusi, compuesto por Pablo Wallace y Eva Prodermann. Ambos han estado diez días preparando estas carrozas, a base de esculturas de dragones, elefantes o camellos realizadas con gomaespuma procedente de colchones reciclados. La decoración de la cabalgata que recorrió los pueblos del municipio fueron también obra de estos mismos artistas.

La carpa del paseo había sido también decorada especialmente para la visita de los Magos, en este caso por parte del experto en estas lides, el artista habitual Antonio Riera Campos.