­Cuatro años más y las obras de reforma del Museo Monográfico y Necrópolis Púnica de Puig des Molins habrían igualado el récord de la construcción del monasterio de El Escorial. Este jueves, después de 17 años, 10 meses y 19 días cerrado al público, el museo volvió a abrir sus puertas a las 20 horas, un acto en el que estuvieron presentes el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, el director insular de la Administración General del Estado en las Pitiusas, Rafael García Vila, y el conseller balear de Educación y Cultura, Rafael Bosch. No se esperaba al ministro de Cultura, José Ignacio Wert.

El Museo de la Necrópolis fue cerrado a cal y canto el 25 de enero de 1995 para ser reformado profundamente. Han pasado desde entonces 6.533 días en los que ha quedado demostrada la infinita paciencia de los ibicencos, que Madrid está muy muy lejos y que los políticos venden promesas como motos. En estos casi 18 años varios ministros de Cultura pasaron por la isla para anunciar la inminente apertura de la instalación, que contiene algunos de los tesoros arqueológicos púnicos más importantes del mundo. Carmen Calvo, ministra de Cultura socialista, quedó retratada para la historia cuando el 12 de marzo de 2006 afirmó en Ibiza que la reforma museística sería «rápida» y que incluso se podría inaugurar «seguramente en noviembre o diciembre de 2006», hace seis años. El objetivo era que en 2007, cuando el edificio cumpliera su centenario, ya estuviera abierto. Ni por esas.

En el olimpo de las promesas incumplidas acompaña a Calvo su sucesor, César Antonio Molina, que visitó las Pitiusas en 27 de agosto de 2008 y se quedó tan ancho cuando aseguró que el museo se podría volver a visitar «a finales del año próximo», es decir, en diciembre de 2009, hace tres años. Tampoco pudo ser. Incluso se comprometió públicamente a que sería inaugurado antes de que cumpliera «un año en el cargo», en lo cual demostró nuevamente que lo de adivinar el futuro se le daba realmente mal: fue destituido el 7 de abril de 2009.

La mitad del tiempo que Jordi Fernández ha sido director del Museo Monográfico, el edificio ha permanecido clausurado. Fernández comenzó su labor como director en noviembre de 1976; el museo fue cerrado 18 años más tarde y casi 18 después será reabierto. «Confío en que reabra sus puertas en 1998», afirmaba en una entrevista publicada en Diario de Ibiza el 16 de noviembre de 1997. En ese mismo artículo admitía que «los ibicencos no conocen el Museo». Por entonces llevaba solo un par de años cerrado. Le faltaban otros 16. Hoy en día, varias generaciones de pitiusos no han pisado aún ese importante museo porque no se les ha dado opción.

«Tenemos la esperanza de que en 2000 sea una realidad, pero no depende de nosotros», señalaba Fernández -siempre optimista- en mayo de 1999. No obstante, no veía entonces muy claro el futuro: «Dada la inversión que se iba a hacer, lo ideal era que se derribara y se construyera otro edificio más moderno. A pesar de todas las reformas, siempre tendrá problemas», auguró.

El 24 de abril de 2001, el director de la necrópolis mantuvo una reunión con la subdirectora de Museos Estatales del Ministerio de Cultura, Marina Chinchilla, para «agilizar» la reapertura. Otro encuentro escasamente útil. Los políticos baleares (y por ende los ibicencos, especialmente los diputados y senadores de los últimos 18 años) tampoco han estado a la altura o han demostrado que en Madrid no les toman muy en serio: Catalina Sureda, directora general de Cultura, afirmaba el 15 de enero de 2004 que una de sus prioridades era impulsar la reapertura de la instalación y que para ello pediría al Ministerio que agilizara (de nuevo justo ese verbo) las obras... como se ha visto.