­«Internet es capaz de hacer un milagro con un negocio». Con esta contundente afirmación de Bere Casillas, sastre y empresario, dando vueltas en sus cabezas se marcharon la noche del lunes del Club Diario de Ibiza muchos de los asistentes a la conferencia ´Las redes sociales aplicadas al comercio minorista´, organizada por la Petita i Mitjana Empresa d´Eivissa i Formentera (Pimeef) y presentada por su responsable del gabinete de tecnologías, Joan Clapés. Y es que no pocos se quedaron impresionados con su propia historia, la de un sastre arruinado y acosado por las deudas y los bancos que encontró en las redes sociales la manera de reflotar su negocio. Eso sí, los no pocos empresarios que había entre el público no llegaron a descubrir durante la charla, a la que asistió más de un centenar de personas, cómo repetir ese milagro en sus negocios.

Casillas explicó que el principio de la reflotación de su negocio de ropa para hombre fue un vídeo que colgó en Youtube en el que explicaba cómo hacerse el nudo de la corbata. El empresario reconoció que, hasta ese momento, apenas manejaba internet y que incluso se molestaba cuando su hija se pasaba las horas muertas delante del ordenador en Tuenti. También recordó cuando el personal de su empresa, a través del oficial de plancha, le comunicó que no entendía cómo podía estar perdiendo el tiempo en internet cuando el negocio no estaba precisamente en su mejor momento. A pesar de eso, señaló, en el plazo de unos ocho meses consiguió aumentar las ventas, hacerse popular y que la empresa familiar de sastrería comenzara otra vez a funcionar.

Eso sí, a todos los empresarios asistentes les reiteró que convertir las redes sociales en una herramienta de trabajo lleva muchas horas de dedicación al día y que hay que tener claro qué quiere el cliente y proporcionárselo. «Nunca he colgado publicidad en el muro de nadie porque me molesta que lo hagan en el mío», apuntó. «Twitter no funciona si no conoces a la gente físicamente», insistió Casillas, que aseguró en el turno de preguntas que había tardado entre ocho y nueve meses en ver que en su negocio entraba el primer dinero como consecuencia de sus actuaciones en internet. De la misma manera, animó a los comerciantes a entrar en la red y a buscar clientes fuera de su entorno más cercano. «Cuando nos hablan de exportar, para los españoles significa vender en otra provincia», ironizó poco después de pedir a los pequeños empresarios que en vez de jugar al solitario en los ratos muertos en sus negocios, entren en las redes sociales.

En este aspecto, Paco Viudes, consultor en medios sociales, destacó que utilizar las redes sociales es una cuestión «más de sentido común que de otra cosa». Así, explicó que los comerciantes deben incentivar que la gente hable de sus negocios en internet, que deben ser muy conscientes de que «detrás de un correo electrónico o de un perfil hay una persona» y que deben aprovechar la excusa de estos recursos para conocer a sus consumidores.