Gervasio Sánchez (Córdoba, 1959) ha cubierto conflictos en medio mundo, entre ellos la guerra de los Balcanes y la de Sierra Leona, un trabajo que le apasiona y que le ha valido el reconocimiento profesional y una larga lista de premios.

„¿Hemos hecho de la guerra un espectáculo?

„En la guerra ocurren cosas difíciles de imaginar por la violencia incisiva que tienen y a los periodistas, a veces, nos falta la paciencia para evaluar no solo lo más visible, los muertos y los heridos, sino para hablar de sus consecuencias y mostrar lo que ocurre con rigurosidad y tratando a los protagonistas, que son las víctimas, con la dignidad que se merecen. Hay una tendencia a cubrir las guerras de forma superficial. Llegamos sin informarnos o creyendo que somos los protagonistas. Es inaceptable. Estás ahí para documentar el drama de gente que no sabe por qué muere y por qué sufre. La guerra llegó a sus vidas y muchas veces no saben qué pasa. Te dicen: «Un día me dieron un fusil y me puse a pegar tiros porque me dijeron que el del otro lado era el enemigo». Es grave que un periodista haga espectáculo del dolor y trate a los que sufren la guerra de forma bochornosa.

„¿A qué cosas se refiere?

„Pues si un hombre, una mujer, un niño o un anciano están agonizando, no tienes derecho a maltratarlos más. Debes actuar con sensibilidad. A veces tienes que dejar de hacer fotos porque es un insulto. Debes tratar a esta gente, independientemente de que tengas prisa, debas mandar una historia o conseguir una exclusiva, con la dignidad que se merecen. Entrar en un campo de refugiados y hacer fotos de niños agonizando con moscas en la cara es muy fácil. No tienen fuerza para quitarse las moscas.

„¿A dejar de hacer fotos en esos momentos se aprende o es algo que se lleva dentro?

„El estrés que sufres en una guerra, si no estás acostumbrado o acabas de llegar, es comprensible. Nadie está preparado para resistir la violencia de un conflicto armado. Tienes que aprender. Mi primer consejo a alguien que va por primera vez a una guerra es que se junte con personas de las que pueda aprender en positivo. Que se aleje de la gente que dice que no tiene miedo, es peligrosa. Si ves que manipula, aléjate. Si monta historias, aléjate. Evita acercarte a los que usan el periodismo para hacerse un nombre.

„¿Se pasa miedo?

„El miedo es el mejor antídoto contra la estupidez. Te permite analizar lo que está ocurriendo, saber que seguir adelante te puede costar la vida, aunque a veces no tienes otro remedio. Pero una cosa es el miedo y otra es el pánico. Una persona en pánico en un conflicto es peligrosísima porque debes preocuparte de que no te alcancen las balas e intentar que a esa persona tampoco. El miedo te permite ver desde un punto de vista conservador la decisión que vas a tomar. Si no lo ves claro, retrocede. Nunca sabes lo que está pasando o si estás en tierra de nadie. Esto era típico de los Balcanes, no seguías adelante porque no tenías información. Si no sé lo que pasa a dos kilómetros, pregunto a la gente. Si no hay nadie en la calle, si hay vacas abandonadas, hay que tener cuidado.

„¿En España se cubren bien las guerras?

„No hay tradición de cobertura de conflictos y ningún medio ha creado una escuela de periodistas. El Mundo es el que mejor periodismo de conflictos hace. Tiene a Javier Espinosa, Mónica García Prieto, Mónica Bernabé y Rosa Meneses. Algunos son del diario, otros freelance, trabajan con mucha cordura en Libia Irak, Agfanistán y Siria. Diarios como La Vanguardia o El País tienen tradición de corresponsalías, pero no de enviados especiales. En los últimos años, con la idea de que tener a alguien en los conflictos es muy caros, no se han cubierto.

„¿A las televisiones les preocupa más mostrar que tienen alguien allí que informe realmente de lo que pasa?

„Eso lo cuenta muy bien Arturo Pérez-Reverte cuando dice que empezó a darse cuenta de que esto estaba muerto el día que le obligaban a entrar ocho veces en los informativos y eso impedía que buscara información. Se había convertido en un monigote, solo interesaba que estuviera con una alcachofa de TVE diciendo cosas que no podía documentar y que leía de teletipos censurados. La Guerra del Golfo del 91 fue de escándalo. Las televisiones se gastaron un montón de dinero para no cubrir la guerra, solo para tener sobre el terreno a personas muy cabreadas porque no podían moverse. Entraban en directo en los informativos y en programas. Pasaba el día y no habían podido salir del hotel.

„¿Esto tiene vuelta atrás?

„Me encantaría, porque para mí el periodismo es tan importante como la sanidad y la educación. Es compromiso. Pero las empresas periodísticas no se diferencian de las de coches o tornillos. No se han dado cuenta de que del periodismo no se puede sacar un beneficio como si fuera una cadena de montaje. Ponen en portada algo que ha pasado en Afganistán y que una persona en Dubái o Madrid copia de los teletipos. Eso es engañar al público. Que no se quejen luego si la gente deja de comprar diarios.

„¿A los medios les preocupan más las víctimas civiles o lo que dicen los políticos?

„Quienes cubrimos conflictos sobre el terreno somos conscientes de que la verdad es la primera víctima de una guerra, el atropello de la información es permanente. La única verdad incuestionable de una guerra son las víctimas. Cuanto más cerca estás de los civiles más cerca estás de la verdad. Hay gente que se sienta en Bruselas, Londres o París y llama a Javier Solana para preguntarle qué le parece que le hayan dado el Nobel de la Paz a la UE. Dice que maravilloso porque piensa que se lo han dado a él. No me llaman para preguntarme qué pienso. Diría que siento náuseas. Es una vergüenza que le den el Nobel de la Paz a una institución que ha violado los principios básicos, democráticos, éticos, cívicos y morales. Fue culpable por pasividad de la guerra de Bosnia, es el principal organismo de venta de armas ligeras y sus diplomáticos han hecho sus carreras al albur de la muerte. La mentira se impone porque los periodistas hemos dejado de ser vigilantes del poder para convertirnos en sus mejores amigos.

„¿Por qué una foto sigue impactando más que un vídeo?

„Las imágenes fijas tienen la fuerza de ser entendidas sin traducción. No tienes que hacer esfuerzo. No tienes que leer. Incluso para entender un buen documental tienes que hacer un esfuerzo, y ya ni siquiera se aguantan las películas sin acción, se dice que son lentas. La foto sigue teniendo una fuerza visual que gana al resto de formas de representación, tanto gráficas como literarias. Una imagen bien compuesta puede simbolizar toda una tragedia. ¿Una imagen vale más que mil palabras? Hay imágenes que no dicen nada y conozco diez palabras que dicen más que mil imágenes.

„¿Los detalles, a veces, dicen más que una imagen general?

„Hay fotos mías que se han convertido en las más vistas. Es como cuando tienes muchos hijos, no te gusta que ninguno sobresalga. Hay fotos que nunca se verán y que son tan importantes como las consolidadas. La selección es un trabajo muy duro, dejas fotos que te gustan por el camino. Los detalles son importantes, pero las generales contextualizan. Al hacer el primer libro de Sarajevo, imágenes que había hecho sin una idea concreta me sirvieron para enlazar un bloque a otro. En una casa encontré una pintada, ´Nacido en Bosnia´, no había luz, pero hice la foto. La usé para encabezar la serie de retratos: un escritor, un mutilado, un asesino, una niña masacrada en un bombardeo€?Hay que tener cuidado con las cámaras digitales. Sigo trabajando con negativo. Ahí están todas las fotos. Quizás alguien los ve y me dirá que era mal fotógrafo, pero alguien dirá que ha encontrado en esos negativos 30 fotos que no se han visto nunca.

„¿Para cubrir bien un conflicto hay que ponerse una coraza o implicarse de lleno?

„Si no estás dispuesto a sentir el dolor de las víctimas jamás podrás transmitir con decencia. Da igual que hagas buenas fotos o lo bien que escribas. Para hacer cosas tan duras como las que hago en Afganistán no hace falta irse a la guerra, puedes hacerlo al lado de tu casa. Si eres capaz de captar lo que pasa a tu alrededor vas a poder hacer fotos en cualquier parte del mundo. Tienes que sentir el dolor de las víctimas, algo tiene que morir en ti para transmitir con decencia. Lo demás son atajos.

„¿Por qué tantas fotos de guerra son en blanco y negro?

„Empecé con el blanco y negro como segunda opción. Dejé el color porque en blanco y negro te puedes permitir ser menos preciso en la medición de la luz, tienes más margen de maniobra. Volvía de un viaje, ponía las diapositivas sobre la mesa y un tipo decía: «Esta a la basura, esta a la basura€». Yo luego las recogía. Con las cámaras digitales ha cambiado. Disparas como sea y todo sale. El otro día vi las fotos que hacen los iPhone y me quedé alucinado. Además, la foto en blanco y negro tiene la fuerza de que te puedes trasladar en el tiempo. No ha habido época sin guerra. Lo que he visto en los Balcanes me recuerda la Guerra Civil española o a la posguerra en Italia o Alemania. El blanco y negro te permite pasearte por el escenario bélico como si fuera el de siempre, muestra la incapacidad del humano para vivir sin guerra. Es un gran negocio imposible de erradicar. Si acaban las guerras será por algo que nada tenga que ver con la condición humana. Nos hemos habituado tanto al dolor y la violencia que no podemos vivir sin ellos.

„¿Después de lo que ha visto, aún cree en el ser humano?

„El pozo donde recibes esa violencia se va llenando y acabas cansado. Ves que nada mejora, que cuanto más dinero llega, más corrupción hay, cuanto más rico es el país más pobre es en realidad, cuando más se habla de derechos humanos más se violan. Intento conjugar esa violencia atroz de la guerra con situaciones que me permitan equilibrar la balanza anímica. Donde he visto violencia y brutalidad quiero ver vida, belleza, conocer historias de personas que han muerto por no matar, que no han robado, asaltado o violado cuando podrían haberlo hecho. Si he visto gente amputada por una mina, quiero ver cómo evolucionan sus vidas. El domingo, uno de los niños de ´Vidas minadas´ me envió un mensaje diciéndome que su mujer está embarazada de su segundo hijo. Lo conocí con trece años. Las primeras imágenes fueron en el quirófano, cuando le cortaron la pierna con sierras. Aún recuerdo el ruido de la operación. Con los años te vuelves pesimista, abandonas la idea de que puedes mejorar el mundo. Puedes denunciar lo que pasa, provocar que alguien llore ante el dolor ajeno, pero casi nunca pasa nada después. Hay gente que habla de paz y vende más armas que nunca, como el Gobierno de Zapatero.

„¿Las posguerras son las grandes olvidadas?

„Las posguerras nunca se cubren. Deja de interesar y es realmente cuando se cuece el futuro de un país. Si solo te preocupas de pintar las paredes para que quede bonito, tarde o temprano aparecen los fantasmas del pasado. Da igual si es Europa, África o Asia. Hay que estar ahí para ser testigo de cómo se va todo el mundo y el país queda patas arriba.

„Hablaba de Zapatero y la venta de armas. Su discurso al recibir el Premio Ortega y Gasset, recordando que España vende armas, fue muy polémico.

„No sirvió para nada. En 2008 España había duplicado la venta de armas. El 21 de diciembre de 2011 la había sextuplicado. Les importó muy poco lo que dije. Algunos lo escucharon porque estaban allí. ¿Les entró en la cabeza? Lo dudo porque suelen ser bastante obtusos, da igual que sean de derechas o progresistas, palabra que cada vez me repatea más. Digas lo que digas, hagas lo que hagas, no cambia nada.

„Estando al lado de los civiles, ¿es difícil conseguir que la guerra de estas víctimas no se convierta en su propia guerra?

„Su guerra no es la mía porque cuando me quiero ir de un sitio, me voy. Somos privilegiados, trabajamos, nos pagan y a veces nos dan premios. Por eso es tan grave que un periodista hable más de lo que le pasa a él que de lo que pasa sobre el terreno. Hay conflictos que acaban obsesionándote. Los Balcanes me marcó mucho. Te impresiona ir a una casa y ver en el tocadiscos, que se ha quedado dando vueltas, el último disco de los Rolling Stones, el disco que te gusta. Ves gente que tiene tus mismos sueños.

„¿Alguna otra guerra le marcó?

„Sierra Leona es un capítulo muy fuerte de mi vida profesional porque murió uno de mis mejores amigos, Miguel Gil. Tuve que identificar su cadáver y fue el peor día de mi vida, teniendo en cuenta que ha habido muchos. Quise regresar para sanarme. La primera vez que volví tras su muerte, una Navidad, quería encontrar a mi amigo vivo porque en mis sueños y en mi memoria lo veía muerto, como lo encontré en la morgue. Estando allí, un día soñé con él vivo y le dije: «Cabrón, te estaba esperando, por fin has llegado». Necesitas sanarte y lo puedes hacer de muchas maneras. Nunca he ido al psicólogo ni al psiquiatra. Ninguno va a entender lo que siento si no ha vivido la guerra. Mi forma de sanar son trabajos como los que he hecho al volver a esos sitios. Estar con familiares de desaparecidos cuando encuentran los restos, por ejemplo, tiene la fuerza de sanarme.

„Se lo habrán preguntado mil veces, pero ¿alguna vez ha pensado en dejarlo?

„¿Dejarlo? Aún voy a conflictos, pero el ´bang bang´ nunca me ha interesado, lo importante es documentar la retaguardia, lo que les pasa a los civiles. En mi primer libro del cerco de Sarajevo había dos muertos, el resto eran vivos. Tengo la sensación de que los muertos eran un mal menor en la guerra, se enterraban y se acababa el problema. Intento buscar razones para seguir marchándome. Si me preguntas cuál es el peor momento, te diré que apretar el botón del cero en el ascensor. Te vas un mes y medio fuera de casa y te preguntas si vale la pena este trabajo, seguir. Creo que sí. A veces tengo cerca a políticos y les puedo decir a la cara lo que pienso. El año pasado presenté ´Desaparecidos´, en todas las entrevistas repetía una frase: «Los políticos españoles han dado una gran lección de cobardía al no enfrentarse al problema de la búsqueda de los desaparecidos de la Guerra Civil». Nunca jamás he recibido una sola queja, nadie me ha dicho «hijo de puta te estás pasando». He tenido al lado a Alfonso Guerra, le he puesto a caldo y no ha rechistado. Esas situaciones te dan un poco de moral.

„Ha cubierto conflictos en todo el mundo. ¿Las vilezas y heroicidades son las mismas en todas las guerras?

„La putada de las guerras es que no se suele premiar a los verdaderos héroes. Mira que había gente para el premio Nobel de la Paz, un ejército, pero no, se lo tienen que dar a UE. Es una falta de respeto, algo de un cinismo atroz. En Angola, el avión de Médicos Sin Fronteras fue de los últimos en abandonar Kuito. Luis, logista, se quedó y evitó que asaltasen las oficinas y se llevasen los coches. Podría haber cogido a su mujer y a sus hijos e irse. Perdió a un hijo en un bombardeo. Eso es un héroe. Pero se lo llevan los prostitutos y sinvergüenzas de la UE. En el 92 entrevisté a una mujer violada por los radicales serbios. Me contó que tenía dos hijas, una de 8 años y otra de 14. Su vecino, serbio, le dijo que si la niña mayor se quedaba en casa la violarían y matarían, así que la hizo pasar por hija suya. Ese tipo era serbio, como los hijos de puta que estaban entrando. Se jugó el cuello, si lo descubren, lo matan. Eso es un héroe. El mundo está lleno de gente como esta, pero nunca aparecen en los papeles ni se les premia.

„¿Han cambiado las guerras en estos 25 años?

„Ha cambiado la manera de contar las guerras. La tecnología ha permitido que todo sea más rápido, que no mejor. Hace 20 años las historias aguantaban más tiempo. Cuando estoy en Irak y tengo correo, satélite y puedo esperar a mandar mi crónica a haberla corregido diez veces, me siento más a gusto que cuando tenía que correr por todo Sarajevo para enviarla. Con las nuevas tecnologías te presionan mucho para informar cuanto antes porque hay que meterlo en los digitales.

„¿Después de tanto tiempo sigue sorprendiéndole lo que ve?

„¿Perder la capacidad de sorprenderme? Jamás porque el pozo de la violencia es tan profundo que es imposible llenarlo. Cada vez que voy a Kabul visito el hospital infantil Indira Gandhi, el espacio para la malnutrición infantil severa. Lo visité en el 96 con los talibanes bombardeando la ciudad, en el 97 con los talibanes en el poder, en 2001 sin talibanes, en 2002, 2004, 2005, 2006, 2009, 2010, 2011 y 2012. Los niños morían por malnutrición en la guerra, con talibanes, sin talibanes€ Llega dinero a Afganistán que cae en manos de corruptos. Me hago una pregunta: Si no es capaz de salvar la vida de un bebé en un hospital público de Kabul, ¿para qué sirve la ayuda internacional?