­Dispersas por encima y por debajo del disco de nuestra galaxia, esparcidas a lo largo de miles de años luz, existen unas nubes parecidas a cirros -llamadas, de hecho, cirros galácticos- que están hechas de gas y polvo. Se trata del mismo material que existe repartido por toda la Vía Láctea, pero que aquí forma agrupaciones algo más densas. Así y todo, son demasiado débiles para ser observadas directamente mediante cualquier telescopio, por grande sea, puesto que estas nebulosidades están constituidas solo por 30 partículas por centímetro cúbico. Por ello, su apariencia se aproxima más al humo que a otra cosa. Solo mediante fotografía de alta resolución y larguísimas exposiciones pueden contemplarse estas fantasmagóricas estructuras.

El Telescopio de Cala d´Hort (TCH), propiedad del Consell de Ibiza y gestionado por la Agrupación Astronómica de Ibiza (AAE), ha logrado realizar una de las fotografías de mayor calidad y resolución tomadas jamás de una de estas formaciones de nubes, conocida como MBM 54, en la constelación de Pegaso. Por ello, la agencia espacial norteamericana, NASA, le otorgó ayer su reconocimiento como Astronomy Picture of the Day (APOD) o imagen astronómica del día. Esta distinción se otorga diariamente a la mejor imagen astronómica profesional de entre las miles que recibe la NASA desde observatorios de primer nivel de todo el mundo, incluyendo grandes complejos científicos, así como fotos tomadas por naves espaciales y telescopios en órbita alrededor de la Tierra, como el Hubble.

La fotografía tomada por la AAE bajo la dirección de Ignacio de la Cueva muestra en su zona central una galaxia muy lejana, situada a unos 60 millones de años luz de la Tierra, así como otras más diminutas.

«Brillo extremadamente débil»

La importancia de la imagen radica en que las delicadas estructuras filamentosas que se aprecian en ella fueron detectadas por los astrónomos por primera vez en 1984 gracias al satélite de infrarrojos IRAS. «Hoy se conocen ya vastos campos de este tipo de objetos, pero muy pocos de ellos han sido fotografiados en detalle debido a su extrema debilidad de brillo», explicó Ignacio de la Cueva a este periódico.

El Telescopio de Cala d´Hort necesitó realizar decenas de fotografías en distintos canales de color y blanco y negro hasta totalizar una exposición total de 21 horas repartidas entre varias noches diferentes. «Se trataba de poder captar la tenue señal de estos cirros, totalmente invisible al ojo humano y solo detectable por técnicas astrofotográficas», indicó.

Una vez obtenidas las tomas, es preciso proceder a su calibración y procesado para extraer de ellas el máximo de información. Para ello se emplean sofisticadas técnicas informáticas y software específico que requiere una gran habilidad para lograr los resultados apetecidos.

La foto pasará ahora a engrosar los archivos gráficos sobre espacio profundo de la NASA y ampliará la información que se tiene sobre estas formaciones nebulares.

Esta es la segunda imagen astronómica de alta resolución que hace pública la Agrupación Astronómica de Ibiza desde que el telescopio entró en funcionamiento hace algo más de un año. La primera correspondió a la nebulosa Iris.

La citada organización explicó que ya se está trabajando en otras imágenes correspondientes a otras zonas de la Vía Láctea, que se encuentran en fase de procesado y que se irán haciendo públicas según concluyan los trabajos. Mientras tanto, prosiguen las labores de localización de asteroides, otro de los ámbitos en los que se está especializando la AAE, cuyas actividades espera ampliar en el futuro «con la entrada en funcionamiento del Observatorio de Puig des Molins», señala la entidad ibicenca.

La clave

CIRROS

Unas estructuras detectadas en 1984 por el satélite IRAS

La imagen es la primera que se toma de esta zona en concreto de cirros galácticos y una de las mejores obtenidas jamás de este tipo de formaciones, detectadas en 1984.