«Que tu alimento sea tu medicina y que tu medicina sea tu alimento». Lo que ya dijo Hipócrates hace más de 25 siglos, la médico de familia Odile Fernández lo cree a pies juntillas. Con esta cita del galeno comienza sus conferencias, como la que impartió el miércoles en el Club Diario, y también preside el blog, www.misrecetasanticancer.com, a través del que da a conocer las recetas que, dice, la han ayudado a sobrevivir al cáncer.

Fernández sabe por experiencia propia que la comida cura, porque a los 32 años y con un hijo de tres, le diagnosticaron un cáncer de ovario con metástasis que entonces le sonó a sentencia de muerte: «Tiene una supervivencia del 5% a los cinco años», explicó el miércoles en su charla en el Club Diario de Ibiza. Ella está en ese escaso porcentaje de superación de la enfermedad porque tras reponerse del golpe devastador que fue la noticia -«incluso llegué a grabar un video de despedida para mi hijo», explicó-, se convenció de que no se dejaría hundir. Explica que se empapó con todo lo escrito sobre los alimentos que podían ayudarla, que comparte en su blog, y adoptó la mentalidad adecuada (pensamiento positivo) para encarar el trance en el que se encontraba.

Está convencida de que esa purga de cuerpo y espíritu la predispuso a que el tratamiento atacase el tumor con toda la eficacia. Y no está dispuesta a que ese conocimiento se pierda, porque asegura que ayuda no solo ante el cáncer, que alcanza proporciones de «epidemia» con cada vez más casos, sino que previene cualquier enfermedad. También la Organización Mundial de la Salud avala que entre un 30% y un 40% de los tumores se podrían prevenir con una alimentación sana. El porcentaje sería de entre el 60 y el 70% si, además, se abandonan el tabaco y el alcohol.

Causas ambientales

Fernández recalcó que «el 95% de los cánceres tienen causas ambientales y el 5% restante tienen origen genético». No solo eso, los más habituales son los de pulmón, colon, mama y próstata; los tres últimos «son los más relacionados con la alimentación». Así que comer mejor es una cuestión de salud de primer orden.

Las condiciones que predisponen a desarrollar un tumor maligno son el exceso de azúcar (consumimos unos 70 kilos de media al año, cuando con una alimentación totalmente natural solo serían alrededor de dos, obtenidos de fruta y miel) y el consumo de alimentos procesados, sobre todo las grasas ‘trans’ (hidrogenadas o similares), que saturan de ácido graso Omega 6 nuestro organismo en proporciones de más de 22 unidades por cada una de Omega 3 (su contrapeso esencial) en los casos de cáncer ( y de 11 en los que no lo padecen); las radiaciones y los tóxicos ambientales (incluyendo los pesticidas y químicos con que se mejoran las cosechas de la agricultura industrial); el estrés y los pensamientos negativos y, por último, el sedentarismo, ya que en un 20% de pacientes diagnosticados de cáncer se detecta sobrepeso.

El ‘homo MacDonalds’, como definió al actual estadio en la evolución del hombre, ya que enferma más y muere pronto. Esto es así, dice, porque esta mala alimentación es puro abono para que las células cancerosas prosperen y depriman el sistema inmune. Así, Fernández aconseja huir también de fritos y barbacoas -que generan cancerígenos como los benzopirenos- los ahumados y el exceso de sal, relacionado con el cáncer de estómago.

Alimentos que curan

Por contra, la dieta sana que propone la médica refuerza las defensas del cuerpo y los efectos de los tratamientos convencionales contra el cáncer, para cuya erradicación propone un enfoque «multidisciplinar». Fernández sugiere una dieta «vegana con otros aportes», como el pescado azul rico en Omega 3, que ayuda a neutralizar el Omega 6 sobre todo a las personas mayores, o incluso alguna carne, como propone el recetario de su blog. El principio general es que «todo lo verde» es bueno, y que cuanto más ecológico, mejor, porque garantiza la ausencia de venenos y su valor nutricional. Pero además, destaca las cualidades de productos como las semillas de lino, el té verde, los frutos rojos, las algas, la cúrcuma o las setas. Algunos son antioxidantes, otros tienen potentes cualidades para «secar el cáncer», ya que atacan el riego sanguíneo de los tumores. Ello sin descuidar especias como el clavo o la pimienta, que potencian este efecto desintoxicador.

Además de hacer ejercicio, la médico propone que se tome el sol 20 minutos al día fuera de las horas de más radiación y «sin protección». Esto favorece la segregación de vitamina D, que previene el cáncer.

También aconseja introducir esos cambios saludables «poco a poco y hasta donde se pueda». Y lo primero es huir del azúcar, que considera «el alimento del cáncer»; de hecho, una de las pruebas para detectarlo es el peptac, que detecta dónde se acumula en el cuerpo: «Allí es donde hay cáncer, tan sencillo como eso».