­Dos casos ejemplares sirvieron ayer para ilustrar cómo la insularidad no es tanta gracias a las tecnologías de información y comunicación (TIC). Incluso, el caso de una de ellas ha logrado convertirse en un referente para la competencia. Es lo que sucede con Fiesta Hoteles, la cadena que ha sabido adaptarse magistralmente a los nuevos tiempos, según ilustró el responsable de sistemas informáticos del Grupo Matutes, Tomás Rodicio.

Si antaño sus hoteles eran todos «parecidos» y su relación con los clientes era escasa, porque venía mediatizada por un reducido número de mayoristas que se ocupaban de llenar los establecimientos, en el mundo actual el reto es atender a un público «cada vez más segmentado» y que, además, habla -para bien o para mal, por lo que hay que estar atentos- de lo que se le ofrece allí donde se aloja.

Al gusto del huésped

Para ello la cadena se subdividió en varias marcas, orientadas cada una a un público concreto que va del lujo para adultos solos o familias a los nuevos clubbers, devotos de la música electrónica o en vivo. Y a cada segmento se le aborda de una manera distinta, con presencia en las redes sociales más relevantes en cada caso, por ejemplo, o desarrollando aplicaciones de valor añadido. Por ejemplo, en los Palladium es posible descargar al móvil una utilidad para reservar pistas deportivas o encontrar rivales para un partido de pádel, por ejemplo. «Si no marcáramos la diferencia en cosas como estas, quizás se irían a cualquier otro lado», comentó Ortega.

También la exitosa experiencia de Facebook Reference: los huéspedes portan una pulsera que ante los equipos conectados a la red permite hacerse una foto o publicar un mensaje a Facebook diciendo dónde se está. «Antes solo se había probado con Coca Cola y Renault» en experiencias muy distintas y la popularidad del party hotel se catapultó tras ello. Como sucedió con la introducción del pago mediante huella dactilar, de lo que se han hecho eco «hasta en China».

Bien distinto es el caso de Infinitel. Su socio fundador Vicent Costa la describió como una pyme dedicada a abordar de una manera integral las necesidades de otras empresas en materia de TIC. La suya es una evolución natural desde su origen como departamento de asesoría y Costa insistió mucho en que su tamaño (nueve informáticos) es intencionadamente pequeño. Aun así, recalcó que tienen claro que las TIC son un medio «y no un fin en sí mismo» y ni las pymes están exentas de innovar: «La que no lo hace acaba desapareciendo», sentenció.