­«No hemos echado a nadie, ni vamos a echar a nadie, ni hemos hecho nada a espaldas de nadie». Con estas palabras el empresario Abel Matutes quiso desligar ayer el cierre del centro cultural y la oficina de turismo del Consell del hecho de que una de sus empresas haya comprado el local de Vara de Rey. «La CAM se quería deshacerse de este activo improductivo desde 2011 y si no lo compramos nosotros lo hubiese hecho otra empresa», subrayó. El convenio de cesión de uso entre la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) y el Consell expiraba el próximo 4 de octubre y la CAM no tenía ninguna voluntad de renovarlo, aseguró, porque estaba negociando la venta del inmueble desde el año pasado.

Matutes, que compareció acompañado por sus hijos Abel, Carmen y María, explicó que ha ofrecido su ayuda al Consell para «encontrar una solución» y que la institución no se quede sin centro cultural ni oficina de turismo. Esta solución pasaría por la cesión de algún local de su grupo de empresas «en ses Figueretes» o en otro sitio, «aunque no en el centro de Vila», puntualizó, «porque no tenemos ninguno libre».

En el convenio de cesión de los locales de Vara de Rey al Consell no se habla de prórrogas, pero el día de la firma del acuerdo (el 23 de febrero de 2005) el director de Expansión de la entidad financiera, Gabriel Sagristá, afirmó que los cinco años eran «renovables». El pasado 16 de julio, la consellera de Cultura, Pepita Costa, declaró a Europa Press que estaba pendiente de una reunión con los responsables de la CAM para negociar la renovación del convenio, ignorando que en ese momento el acuerdo de venta con Fiesta Hotels ya estaba a punto de firmarse.

«Estas declaraciones en nada nos afectan u obligan, lo que está claro es que la CAM tenía a la venta esos locales», insiste Matutes.

El presidente del Consell, Vicent Serra, tras conocer la noticia de compra del local por parte del grupo empresarial ibicenco, envió una carta a Abel Matutes en la que expresaba la voluntad del Consell «de continuar dando estos servicios en el mismo espacio». La carta, facilitada ayer por el propio Matutes y fechada el 17 de agosto, dice textualmente: «Esta institución quiere reiterar esta solicitud y mostrar su disposición para mantener una colaboración que, seguro, continuará suponiendo un beneficio para los ciudadanos de la isla de Ibiza y para la industria turística».

Abel Matutes respondió a Serra con otra carta en la que cierra la puerta a la pretensión del Consell en estos términos: «Muy a mi pesar no veo fácil continuar con la cesión, ya que estos locales adquiridos después de meses de negociaciones y de un fuerte desembolso son de vital importancia para seguir con la expansión de nuestras empresas».

Vicent Serra señaló ayer que «hace meses» que el Consell había contactado con la CAM para renovar el convenio de cesión «y en ningún momento descartaron la renovación»; en su opinión, que quien se ha portado mal en todo este asunto es la CAM, que les mantuvo al margen: «En ningún momento nos avisó de que estaban negociando la venta de los locales». Respecto a la voluntad de continuidad expresada por la CAM en 2005, Serra apuntó que «una cosa es lo que se dijo en aquel momento y otra lo que ahora se puede hacer legalmente»

«Vicent Serra -aseguró Matutes- comprende nuestra actitud y nuestro disgusto por cómo se ha dado la noticia» [en alusión a la información publicada ayer por Diario de Ibiza].

La operación: Dos millones de euros por un local que en 2005 se tasó en 3,4

Matutes explicó que las primeras conversaciones informales con la CAM para la adquisición de la planta baja de su edificio familiar tuvieron lugar a finales del pasado año. La oferta formal se hizo el 25 de mayo de este año, con dos millones de dólares (alrededor de 1,6 millones de euros) sobre la mesa. «Se hizo en dólares porque estábamos inmersos en otras compras a la CAM en América», explicó Matutes. Finalmente la compra se materializó por 2,5 millones de dólares (dos millones de euros). En el año 2005, cuando se firmó la cesión de uso de este local de la CAM al Consell, el inmueble tenía un valor de tasación de 3.438.847 euros, 1,4 millones más de los que ahora ha pagado una empresa de Matutes por ellos. El pasado 9 de agosto, el documento pasó por el notario Juan Acero Simón. «Se trata de una negociación larga con bastantes personas enteradas e involucradas, y por lo tanto no se puede decir que la compra se haya gestado en un día o de un modo furtivo», subrayó el empresario. «De estos dos hechos claros y evidentes se deduce que en cualquier caso se habría efectuado la venta, al Grupo Matutes o a otro comprador», insistió. En este sentido, Matutes remarcó ayer que la operación «no solo ha sido legal sino legítima», sino que tiene «un valor que trasciende lo material por la vinculación de la familia a ese edificio», construido por su abuelo a principios de siglo.

El Consell de Ibiza gastó 522.000 euros de las arcas públicas en la reforma del local, que comenzó a funcionar en 2008. «Si echan cálculos y se divide esa cantidad entre los cincos años, podría equivaler a un arrendamiento de unos 104.000 euros por año, que no es una renta muy cara en ese lugar. No ha sido una mala inversión del Consell», concluyó el empresario.

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