­La organización conservacionista de ámbito internacional Oceana y el experto en biología marina Manu San Félix, coinciden en advertir que se siguen produciendo fondeos ilegales de barcos de recreo que tiran sus anclas sobre praderas de posidonia en aguas del Parque Natural de ses Salines de Ibiza y Formentera. La pradera situada en es Caló de s´Oli (Formentera) es la que más está sufriendo estas agresiones, aunque esta zona goce de protección integral. Sin embargo, las 17 boyas ecológicas que en la actualidad están operativas en este enclave son insuficientes ante la gran afluencia de embarcaciones, sobre todo durante los meses de julio y agosto.

Oceana mantiene desde finales de junio una vigilancia constante de las embarcaciones que fondean en el Parque Natural mediante la consulta de los sistemas de seguimiento de buques vía satélite. Los datos que han recopilado les han permitido alertar tanto al servicio marítimo de la Guardia Civil como al Govern balear de «hasta 28 posibles fondeos ilegales sobre posidonia en la zona». El director ejecutivo de Oceana Europa, Xavier Pastor, explicó: «Somos conscientes de las limitaciones en los recursos públicos destinados a tareas de vigilancia, pero el número de fondeos sobre posidonia sigue siendo bochornoso, por lo que la gestión que se está haciendo sobre esta actividad no parece la más efectiva». En un comunicado, Pastor reconoce que el seguimiento que han realizado desde sus oficinas «no es exhaustivo» pero matiza que han sido «muy cuidadosos» a la hora de denunciar barcos concretos. No obstante, Oceana localizó 22 barcos que habían fondeado sobre posidonia en 28 ocasiones, y muchas de esas embarcaciones superaban los 40 metros de eslora. Los consells de Formentera e Ibiza también fueron informados de estos casos.

Bajo el agua

El biólogo marino Manu San Félix coincidió con Oceana en su valoración de la situación en lo que va de temporada. Junto con un equipo de buzos, San Félix está realizando un estudio, de forma desinteresada, para determinar y detallar el retroceso de la pradera de posidonia debido a la acción de garreo y borneo que producen las anclas.

El biólogo ha constatado un cambio de actitud de la conselleria balear de Medio Ambiente a la hora de afrontar el problema: «En estos momentos existe más sensibilidad y atención específica al problema del fondeo sobre posidonia ya que hace un año esto no existía». A pesar de todo, señaló que esa atención «no es suficiente por falta de medios y porque la mayoría de los vigilantes no pueden sancionar». Apuntó que le consta que la labor informativa que realizan estos vigilantes es en ocasiones desoída por algunos usuarios.

Su experiencia diaria con muchas horas de inmersión en estas aguas le permite afirmar que «cada día hay más de cien barcos sobre posidonia, en concreto en la zona de es Caló de s´Oli, la más problemática a su juicio: «En este área existe una protección integral y a pesar de eso hay días en los que pueden fondear unos 80 barcos y el mayor problema es que muchos tienen más de 50 metros de eslora». Añadió que a lo largo de ses Illetes «la zona más crítica se encuentra en la franja donde termina la arena y comienza la pradera de posidonia, que está perdiendo terreno».