El propietario de la finca de es Novells, en Santa Eulària, de 10 hectáreas de superficie aproximadamente, ha brindado su propiedad para que se ejecute una experiencia piloto para retirar el exceso de maleza y sotobosque a coste cero. El secreto radica en que los desechos de madera y vegetación se reconviertan en biomasa para el consumo de calderas. Si el propietario contratase por su cuenta a una empresa para limpiar el bosque, sin otra contraprestación, debería pagar entre 8.000 y 11.000 euros por hectárea, lo cual resulta «insostenible» según explica Jacinto Valderrama, ingeniero técnico forestal e ingeniero agrónomo.

La actuación autorizada consiste en la tala de los pies (árboles) decrépitos, enfermos, bifurcados y dominados y abrir espacio en los caminos para que puedan actuar como cortafuegos. El objetivo es doble: abrir claros para prevenir incendios y, en el caso de que sea inevitable, reducir su velocidad de propagación y facilitar las tareas de extinción; e intentar que sea sostenible económicamente. La empresa de jardinería y trabajos forestales contratada se ha comprometido a ejecutar el proyecto de limpieza de la finca en cuatro semanas (se ha realizado ya la mitad) con un presupuesto de 18.000 euros. Otras dos empresas presentaron ofertas mucho más costosas. En principio, esta inversión se recuperará con la venta de la biomasa.

El Ayuntamiento de Santa Eulària se ha comprometido a comprar la madera reconvertida ya en biomasa para el consumo de las calderas de la piscina municipal. Se ha previsto obtener entre 18.000 y 20.000 euros por la venta del combustible vegetal. Por ello, los plazos previstos para la limpieza del bosque deben cumplirse a rajatabla sin contratiempos porque, de lo contrario, se produciría un déficit. «Apostamos por ver cómo sale», subraya Valderrama, que pretende probar junto a otros socios que este modelo se podría aplicar a una superficie mucho más amplia. El uso de la biomasa supone un ahorro de 160 euros diarios en comparación con una caldera convencional de gasóleo, aparte de una reducción muy significativa de las emisiones de CO2.

Para cuantificar la maleza que se debe eliminar, el técnico forestal hizo previamente un inventario sobre dos parcelas de muestra de 300 metros cuadrados cada una. A partir de los datos obtenidos (679 pinos y un volumen de 145,5 metros cúbicos de vegetación por hectárea), aplicó una serie de cálculos hasta concluir que, según las características de la masa de la finca, se deben extraer, aproximadamente, 184 árboles y 29,1 metros cúbicos de maleza por hectárea. En total, abrir el claro supone la retirada del 20% de la masa inicial.

El estudio está avalado por la conselleria balear de Medio Ambiente, que posteriormente debe verificar el cumplimiento del proyecto. Valderrama ha marcado con cal cada uno de los pinos que se deben talar. No se tocan las sabinas ni los enebros y se dejan isletas en el sotobosque para la nidificación de las aves insectívoras. En el proyecto también participa una bióloga, Yasmina Juan.

La cifra18.000 €. Coste del proyecto

La tala y limpieza prevista está presupuestada en 18.000 euros. Se prevé recuperar con la venta de la madera reconvertida en biomasa.