El expresidente del Govern Jaume Matas, uno de los principales imputados en el caso Palma Arena, ha solicitado al juez que le permita depositar la fianza de 2,5 millones de euros con sus tres inmuebles en vez de en efectivo. Matas conseguiría así salvar, temporalmente, su patrimonio, cuya joya de la corona es el llamado´palacete´, pero seguiría debiendo al Banco de Valencia más de un millón de euros en intereses.

Antonio Alberca, defensor del exministro de Medio Ambiente, ha solicitado al Juzgado de Instrucción 3 de Palma un cambio en su fianza. El juez José Castro decretó, en marzo del 2010, la prisión provisional del expresidente del PP, eludible con una fianza de tres millones de euros.

Matas, representado entonces por Rafael Perera, consiguió en un plazo récord que el Banco de Valencia le prestara en metálico los tres millones, que fueron transferidos a una cuenta del juzgado. La entidad financiera exigió que Matas y su madre le firmaran como garantía sendas hipotecas sobre la antigua casa señorial de San Felio 8 (el ´palacete´); un piso de La Rambla y su tienda de la calle San Miguel. La familia Matas también aportó una plaza de aparcamiento cerca de la calle San Miguel.

Desde el primer momento, Jaume Matas cuestionó la elevada cuantía de la fianza impuesta, pero no consiguió disminuirla hasta octubre del año pasado, cuando la Audiencia accedió a dejarla en 2,5 millones.

El Banco de Valencia pignoró en su día el préstamo y el medio millón de rebaja le fue devuelto a él por el juzgado. La entidad financiera inició en mayo del año pasado los trámites judiciales para ejecutar las hipotecas sobre el patrimonio de Matas, que no ha pagado ni una sola mensualidad de los intereses de los tres millones. El expresidente del Govern asegura que no ha podido abonar cada mes los 8.000 euros de intereses por haber perdido su trabajo en Estados Unidos, a raíz de la retirada por orden judicial de su pasaporte y la prohibición de salir de España.

Hace unos meses, el banco reclamaba a Matas 3,041 millones de principal, más 912.000 euros de intereses impagados.

La operación planteada por Matas pasaría por devolver al Banco de Valencia los 2,5 millones del préstamo y sustituir esa garantía por sus inmuebles. La entidad prestamista instó una primera subasta judicial del patrimonio del expresidente del PP balear, pero la suspendió. Ahora, el día 25 está señalada la segunda subasta, que podría no celebrarse si se acepta la salida planteada por el imputado.

No obstante, Matas seguiría debiendo al banco casi un millón por los intereses impagados y los demora. En cambio, la entidad financiera recuperaría esos 2,5 millones, un préstamo que dadas las causas pendientes contra Matas tendría que mantener durante mucho tiempo.

Sobre el ´palacete´ pesa una primera hipoteca de la Caja de Arquitectos Arquía, que concedió un préstamo a Matas y a su esposa, Maite Areal, para adquirir y reformar la antigua planta noble de la casa señorial de San Felio 8.

Subasta: El banco puede quedarse las fincas por 1,53 millones

Si las cosas no cambian, el próximo miércoles 25 de abril el Juzgado de Primera Instancia número 10 de Palma sacará a subasta el ´palacete´ de Matas y su esposa, Maite Areal, la casa de La Rambla y la tienda de la calle San Miguel, que el expresidente del Govern heredó de su padre.

Los tres bienes han sido tasados a efectos de subasta en 2,55 millones de euros. Si nadie se adjudica las propiedades, el Banco de Valencia podría quedarse con ellas por un 60% de su valor de tasación, es decir: 1,53 millones de euros.

De esta forma, Matas perdería su patrimonio inmobiliario y el de su madre, pero seguiría adeudando al Banco de Valencia 2,5 millones de euros, más los intereses que esa suma fuera generando. El expresidente va a tratar de evitar ese fatal desenlace consiguiendo cambiar la fianza en metálico por su patrimonio inmobiliario como garantía.

Cuando Matas, hace ahora dos años, optó por entregar la fianza de tres millones en metálico fuentes próximas al caso Palma Arena señalaron que era una fórmula muy inadecuada. Esos medios explicaron que hubiese sido mejor aportar los inmuebles de Matas y que el propio juzgado los hipotecara o conseguir unos avales bancarios para parte de la fianza, más los inmuebles para cubrir el resto.

De hecho, Rafael Perera, letrado defensor de Jaume Matas, gestionó una fianza mixta. Pero el expresidente abortó aquella operación y se inclinó por pedir al Banco de Valencia, una entidad cuyo consejero delegado era Domingo Parra, gran amigo suyo, un préstamo en metálico de tres millones de euros, que le supusieron unos intereses mensuales de unos 8.000 euros.