­—¿Se puede siquiera soñar en encontrar un emplo?

—No porque ya no hay empleos, hay trabajos. Ese es el problema, que seguimos pensando en encontrar un empleo, pero la idea de empleo, entrar en un sitio y estar tranquilo de por vida ya no funciona. Vamos a trabajar hasta los 70 años, ¿cuántas pymes duran 40 años?

—Empezar puede estar bien con 20 ó 30 años, pero con 50…

—Es muy duro. Sobre todo cuando tienes 40 ó 50 y no has preparado el terreno hasta ese momento. Has pasado muchos años en una empresa y tu nivel de empleabilidad es bajísimo. La gente se obsesiona buscando lo mismo que hacía y ya no lo hay. Debes pensar. ¿Qué tienes? Tienes experiencia, ese cuajo de muchos años, sabes cómo funcionan las cosas y resolver situaciones. Tienes que buscar quién necesita alguien como tú e igual no es el sector en el que te has movido. Debes tener la mente lo más abierta posible y, sobre todo, contactos. Una buena red de contactos, gente que te conozca y que tengan una buena reputación de ti como profesional.

—¿Cómo de demuestra en una entrevista de trabajo, si es que se consigue una, esa experiencia?

—Si llegas a una entrevista de trabajo puedes hacerlo, el problema es que no pases la primera criba. En el siglo XXI no puedes seguir con el currículum del siglo XIX. Hay que darle la vuelta mostrar, de unas tareas que son las mismas que hacen todos, por qué eres distinto.

—¿Y si el seleccionador no quiere a alguien muy preparado?

—Pueden existir discriminaciones y cuando hablamos de discriminación hablamos de algo que no sea objetivo y que realmente afecte al puesto de trabajo. Hay gente sobrecualificada intentando acceder a un puesto de trabajo y hay situaciones dramáticas. Al final, el seleccionador no va a seleccionar al que más lo necesita, sino al que más se ajusta a las necesidades. Hay que apuntar al sitio en el que realmente encajamos.

—O sea, nada de enviar currículums de forma indiscriminada.

—Hay que olvidarse de eso. Einstein decía que la definición de locura era hacer lo mismo y esperar resultados diferentes. Ya no vale el currículum de míster elástico que tanto sirve para un bar como para otra empesa. Esos currículums no funcionan porque hoy en día se busca más especialidad que generalidad. Los perfiles generalistas eran muy interesantes hace diez años, pero hoy por hoy no, se busca la persona que encaja perfectamente en el puesto de trabajo. Primero asegúrate de que eres esa persona y luego te plantearás como mostrarlo.

—El momento pavo real del que habla en el blog. ¿Cuánta seducción hay en una entrevista laboral?

—Mucha. Hasta hace un tiempo tener una formación, idiomas y un conocimiento concreto te abría puertas. Hoy en día eso lo tiene todo el mundo, de manera que dependerá de que consigas seducir a la otra persona con tus habilidades, tus capacidades y tus competencias. Eso es lo que te va a distinguir de los demás. Es mucho más importante la seducción profesional que la parte formal.

—¿Esa seducción tiene un límite?

—[Ríe] ¡El que cada uno quiera ponerle!

—¿Y qué no debe hacerse nunca en una entrevista de trabajo?

—No soy capaz de decir que haya nada que funcione siempre, pero tampoco algo que no funcione nunca. Somos personas, no robots. Las empresa son diferentes, las necesidades muy distintas y las personas que te encuentras en frente únicas. Evidentemente, insultar a quien te entrevista es algo que no debe hacerse, tampoco llegar sin nada de preparación. Esto se ha complicado mucho y no puedes ir a pecho descubierto y que la gente, por tu cara bonita, vea que eres mejor que los demás. Tampoco puedes llegar tarde o en chanclas si esa no es la imagen de la empresa. Si haces tus deberes es difícil cometer un error.

—Dice que no somos robots. Ahí entra en juego la química.

—La química es básica, un elemento muy importante en la entrevista de trabajo. Por muy objetivo que quieras ser, la persona te está lanzando una energía que encaja contigo o no. Es muy difícil ver objetivamente a alguien si, por ejemplo, te pone de los nervios. A todos en nuestra vida personal nos pasa, te acercas a alguien y en un minuto te das cuenta de si hay feeling.

—¿Se puede controlar la química?

—Se puede compensar. Puede que en ese primer minuto no surja, pero una entrevista de trabajo dura más tiempo y te da más oportunidades. Muchas veces pensamos que no lo hemos hecho bien en una entrevista porque no nos cogen en ninguna. Si estás en la entrevista has pasado los criterios objetivos y empiezas la parte subjetiva, en la que entra la química y lo que llamamos puntos ocultos, aspecto que el seleccionador tiene en cuenta y que tú desconoces. El equipo en el que te integrarás, por ejemplo, escapa a tu control porque no sabes cómo es. Nunca debes tomarte como algo personal que te digan que no en una entrevista de trabajo.

—Dejó su trabajo en recursos humanos porque no soportaba despedir a más gente. ¿Era duro?

—Durísimo, a poco corazón que tengas. Te das cuenta de lo que le estás haciendo a esa persona, pero no eres tú, es la empresa la que se lo hace. A pesar de eso es imposible no sentirte culpable porque eres tú quien da la noticia. No lo pasas mal, lo pasas fatal. George Clooney lo llevaba muy bien en ´Up in the air´, pero yo no podía más.

—Ya que habla de cine, su libro se titula ´Películas, buenos consejos y cómo encontré un trabajo´. ¿Qué tiene que ver el cine en esto?

—Soy supercinéfila y las películas, muchas veces, son una fuente de inspiración. El libro está escrito en primera persona. A la protagonista, Ana, la han echado de su primer trabajo y se pregunta ¿ahora qué? En un momento dado se sienta a ver una película y de ahí saca una idea.

—La última película que ha visto y qué ha sacado de ella.

—´El exótico hotel Marigold´, que me ha impactado muchísimo, sobre todo el personaje que interpreta Dev Patel. Gasté muchos kleenex. No es una película dramática, pero ver esa ilusión, esa positividad y esa manera de darle la vuelta a todo me llegaron al alma. Cuando dice que quiere hacer un hotel para que vaya la gente mayor y no se quiera morir, se me puso la piel de gallina. Las películas son una fuente de inspiración. Puedes plantearte cosas: porqué no soy así de positivo, porqué no trato de ver la parte buena de las cosas…

—No ver las cosas como son sino lo que podría ser.

—Exacto. Siempre hay que tener un punto realista, no podemos vivir en las nubes, pero tenemos que permitirnos ilusionarnos, esperanzarnos porque si no seguimos centrados en el problema.

—El personaje que interpreta Judi Dench encuentra trabajo en la India con más de 70 años.

—Efectivamente, hay que reinventarse, que no es más que abrir la mente a cosas diferentes.

—¿Para reinventarse hay que tener imaginación?

—O, si no la tienes, pedirle a tu entorno que te eche una mano. Pedir les que, a lo loco en plan brainstorming, te digan cosas sobre ti que no has pensado nunca. Esa visión de los demás nos puede abrir ventanas que no se nos hubieran ocurrido.

—En este momento no sé si que la Ministra de Trabajo le prologue el libro la ayudará a vender.

—Eso mismo nos planteamos. Fátima Báñez apostó por el libro antes de ser ministra. El libro es muy neutro, no tiene que ver con ninguna creencia política, eso son los elefantes y nosotros somos el césped. Los elefantes me dan igual, el caso es que nos están pisando los elefantes. No podemos controlar lo que hacen políticos, sindicatos y empresas. No es realista esperar que ellos nos solucionen este problema.

—¿Depende solo de nosotros?

—Afirmar eso sería demasiado básico. No hay trabajo para todos, pero el mercado laboral no está cerrado. Hemos estado jugando al mus, se han puesto a jugar al ajedrez, no nos lo han dicho y seguimos con las señas del mus. Las cosas no funcionan. ¿Qué hace la gente? Inventarse su propio trabajo. Es lo que yo he hecho y llevo tres años sin mandar un currículum.