El juzgado de Instrucción número 1 de Ibiza ha decretado hoy el archivo de la causa abierta en abril de 2011 contra el sacerdote J. L. M. F., director del colegio de Can Bonet y párroco de Sant Josep, después de que dos alumnos del centro le denunciaran por abusos sexuales, aunque finalmente solo uno mantuvo la acusación.

La magistrada que ha instruido el caso ha ordenado el sobreseimiento tras la petición del fiscal en este sentido.

El representante del Ministerio Público confirmó ayer su petición para el sobreseimiento de las actuaciones, aunque no quiso entrar en detalles debido a que hay menores implicados. J. L. M. F. llegó a ser detenido a raíz de las denuncias que formularon contra él inicialmente dos alumnos de Can Bonet. Según las fuentes consultadas por este periódico, la Fiscalía considera que esas denuncias pueden ser falsas.

El caso se originó hace casi un año, el pasado mes de abril, cuando J. L. M. F. fue detenido por la Guardia Civil (después de algunas actuaciones de la Policía Local de Sant Antoni), acusado de abusar de varios alumnos del colegio Can Bonet. Tras prestar declaración ante el juez de guardia, quedó en libertad con cargos y con una orden de alejamiento del colegio y de los denunciantes. Por su parte, el obispado de Ibiza le separó cautelarmente de sus funciones como director y docente del centro educativo, que pertenece a la Fundación Diocesana Isidor Macabich, pero no de sus responsabilidades pastorales en las parroquias de Sant Josep y es Cubells, donde ha continuado ejerciendo con normalidad.

El obispo de Ibiza, Vicente Juan Segura, ordenó también al juez eclesiástico de Ibiza y vicario general adjunto, Miguel Ángel Sánchez, que realizara una investigación informativa para determinar si debía iniciarse o no un proceso canónico contra J. L. M. F. Sánchez reclamó entonces «el respeto al derecho a la presunción de inocencia» y rechazó «enérgicamente» que se pusiera en entredicho «la honorabilidad del sacerdote».

Desde el primer momento, el denunciado recibió el apoyo tanto de sus feligreses como de los profesores y de la asociación de padres de alumnos de Can Bonet, que no daban ninguna credibilidad a la denuncia y la atribuían a una «venganza» maliciosa de los denunciantes.

Las diligencias judiciales de este asunto se han llevado con la máxima discreción y apenas ha trascendido información, dada la naturaleza del delito y la voluntad de proteger a los menores. Sin embargo, a los pocos días de la detención y puesta en libertad del sacerdote y docente, una profesora de Can Bonet, Conchita Costa, ya avanzó a Diario de Ibiza que uno de los alumnos que había denunciado al director le había comunicado que quería retractarse. Cuatro días después, la familia del menor retiró la denuncia que había presentado en el cuartel de la Guardia Civil.

«Venganza» por un castigo

Según pudo saber entonces este diario, los hechos relatados por el adolescente tampoco eran constitutivos de abusos sexuales, tal como los contempla el Código Penal, se prestaban a cualquier interpretación y no eran tan claros como los que describía la otra denuncia, en la que se hablaba de tocamientos, producidos supuestamente en las dependencias del colegio Can Bonet.

El 3 de noviembre del año pasado, la instructora del caso tomó de declaración al menos a siete alumnos del centro educativo, entre ellos los denunciantes. Solo uno mantuvo finalmente que el director había abusado de él.

Ese día también trascendió que J. L M. F. había negado todas las acusaciones en su declaración en el juzgado, aunque no ofreció muchas explicaciones, según informaron entonces fuentes próximas al caso. La denuncia se podría deber a una «venganza» de varios alumnos después de que el director les hubiera castigado a no participar en las celebraciones del Carnaval en el centro educativo.

De la declaración de siete de los alumnos de Can Bonet se supo posteriormente que todos coincidieron en señalar ante la juez que no se consideraban víctimas de abusos sexuales y que nunca habían observado conductas de este tipo por parte del director del colegio.

Posteriormente, el sacerdote solicitó que se levantase la prohibición que le impedía acercarse al colegio, puesto que quería ir a trabajar por las tardes, cuando no hay alumnos. Sin embargo, a día de hoy no hay constancia de que hubiera recibido esa autorización.

El obispado de Ibiza confía en que, tras la decisión adoptada por el fiscal, la magistrada que instruye la causa acuerde su archivo.

Se da la circunstancia de que el expediente judicial con todas las actuaciones del caso ha permanecido alrededor de diez días extraviado, lo que ha retrasado algunas diligencias.

Apoyo incondicional de los profesores y padres de alumnos del colegio Can Bonet

El sacedorte denunciado contó desde el primer momento con el apoyo de los profesores y padres de alumnos del colegio Can Bonet de Sant Antoni, del que era el director. El 20 de abril de 2011, después de tener conocimiento de la detención de J. L. M. F., el claustro de profesores y la Asociación de padres y madres de alumnos (Apima) emitieron un comunicado en el que mostraban su «apoyo incondicional» al director y reclamaban «el derecho constitucional a la presunción de inocencia». «En ningún momento, ningún padre o madre se ha dirigido a nosotros para comunicar algo de los supuestos abusos denunciados», añadía la Apima. Dos días después, el 22 de abril, tres profesoras mostraron su apoyo, «sin condiciones», a su director. Conchita Costa, Pilar Gancedo y Joana Coll, que hablaron en representación del claustro de profesores (25 en aquel momento, todos laicos excepto J. L. M. F.) dijeron «no tener la más mínima duda» sobre el comportamiento del sacerdote. «Si la hubiésemos tenido habríamos sido las primeras en denunciarlo», añadieron.