­Los currículos educativos, es decir, el conjunto de conocimientos y habilidades que debe aprender un alumno durante su escolarización, son en España excesivamente largos y abultados, y como consecuencia de ello nunca llegan a impartirse en su totalidad. Uno de los retos de la educación es, precisamente, «acometer una revisión en profundidad» de estos planes «para redimensionarlos y ajustarlos a las necesidades básicas», afirmó el catedrático de Psicología de Educación de la Universitat de Barcelona César Coll, uno de los máximos expertos educativos del país y que intervino decisivamente en la elaboración de la Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo Español (Logse) de 1990.

Coll insistió en esta cuestión a lo largo de su intervención anteayer en el Club Diario, en la conferencia organizada por la Associació Pitiüsa per a la Renovació Pedagògica (Aprep), a la que asistieron casi 200 personas. «Debe haber un currículum muy reducido, pero también se debería ser muy riguroso en su exigencia», explicó. El problema tiene su origen en que, cuando se elabora un currículum, todos los educadores de todas las áreas consideran «básicos» una gran cantidad de temas «que son imposibles de abordar en su totalidad». «A ver quién les dice que no son básicos», añadió.

Esto conduce a «una sobrecarga de contenidos, especialmente en la educación básica», afirmó.

También incidió Coll en que la alfabetización letrada, es decir, aprender a leer y escribir con los medios tradicionales, «no será ya la única alfabetización», puesto que «al lado de la lengua escrita aparecen cada vez más formatos», en alusión al lenguaje digital y a las nuevas tecnologías.

Formación constante

Del mismo modo, en la nueva educación también variará el actual concepto de formarse solo al principio de la vida, puesto que el aprendizaje se prolongará hasta la jubilación. «En Estados Unidos una persona cambia de oficio siete veces a lo largo de su vida», lo que exige una formación continua, señaló.

También constató el catedrático en Psicología de la UB que la educación de los niños en edad escolar «se ha ido delegando cada vez más en los centros educativos», incluyendo cuestiones que inicialmente deberían ser aprendidas en otros ámbitos, como la sexualidad, los valores cívicos y otros temas. «Absolutamente todo pasa ahora por la escuela», subrayó Coll.

Eso no impide que «cada vez aparezcan más nichos de aprendizaje y nuevos agentes educativos, como el trabajo, la casa, las redes sociales, la televisión educativa» y, por supuesto, Internet, donde «apretando un botón se puede encontrar todo lo que uno quiere».

Esta multiplicación de agentes educativos «hace que la autoridad del profesor esté en crisis», señaló, dado que ya ha dejado de ser el referente y protagonista en el acto de impartir conocimientos a sus alumnos.