El presidente de la Asociación de Bares, Restaurantes y Cafeterías de la Pimeef, Joan Riera, cree que, tras un año de aplicación de la Ley antitabaco, la gente «ya se ha adaptado» a no poder fumar en los establecimientos y que los locales se las han ingeniado como han podido para que la normativa no les supusiera grandes pérdidas.

«Quienes lo han pasado mal son los bares, pero ahora mismo cada cual se monta su película», sostiene Riera, quien añade que los ingresos en el sector de la restauración registran «cada día menos» descensos por este motivo.

«La gente que quiere ir al bar a tomarse una cerveza, yo creo que va igual. Lo que pasa es que si tienes un bar con terraza, tienes más posibilidades [de tener clientela], y los establecimientos que no, lo pasan peor, indudablemente», apostilla.

A su juicio, quien antes tenía por hábito beberse «un café o un carajillo» y después «fumarse un cigarrito», ya no protesta por no poder hacerlo dentro del bar o el restaurante. «Ahora no hay el conflicto que se desencadenó en un principio», dice, pues quien quiere fumar «sabe que tiene que hacerlo en una terraza».

Riera no puede precisar si la nueva norma ha supuesto el cierre de establecimientos del sector. «Lo que pasa es que hay una crisis galopante y hay que trabajar mucho más para hacer el mismo cajón», comenta el presidente del sector, que añade que «se ha juntado todo».

Por otra parte, sobre la solicitud de licencias de ocupación de la vía pública para terraza por parte de establecimientos a raíz de la ley, la situación ha resultado desigual en los distintos municipios de la isla.

En Vila se concedieron 517 frente a las 477 del año anterior, si bien fuentes municipales aclararon que no se puede atribuir a la ley, pues cada año crecen. En Sant Josep no se registró solicitud alguna y en Santa Eulària no lo pueden detallar pero creen que «no deben haber sido muchas» pues la mayoría de negocios contaban con este tipo de permiso.