­El Consell Insular ha recabado la colaboración de todos los ayuntamientos de la isla para luchar contra la plaga del picudo rojo (becut vermell), implantada en Ibiza desde el año 2007 y que ha supuesto ya la destrucción de 369 ejemplares. Las concejalías de Medio Ambiente, con sus técnicos y operarios participarán a partir de este año en las tareas de prospección y vigilancia de la plaga, así como del control de la destrucción y la retirada de los restos de palmeras afectadas, bajo la dirección de la conselleria de Agricultura.

El conseller insular de Agricultura, Antoni Marí, Carraca, informó ayer sobre esta colaboración en una comparacencia a la que asistieron el jefe del servicio de sanidad vegetal de su departamento, Javier Pablos, además de los concejales de Medio Ambiente de todos los municipios y sus correspondientes técnicos. Otra de las novedades de este año, afirmó Marí, es la «implicación» de los propietarios de las palmeras afectadas en el seguimiento y control de la plaga, así como, dado el caso, de su destrucción.

La campaña de lucha contra el picudo rojo debe actualizarse anualmente, según una resolución del Govern de mayo de 2010, según la cual el personal municipal colabora también en la denuncia de las infracciones por el incumplimiento d elas medidas fitosanitarias obligatorias. Antoni Marí y Javier Pablos señalaron que el Consell ha decidido involucrar a los ayuntamientos ante la expansión de la plaga, que se escapaba a las posibilidades de control y seguimiento por parte del equipo de la conselleria.

Este equipo debe autorizar la poda de palmeras, que se limitará a los meses de enero y febrero, que son los más fríos del año. Antoni Marí recomendó que este trabajo se encargue a personal especializado que no solo tratará las palmeras de la mejor forma para evitar la plaga, sino que, además, está capacitado para aplicar el tratamiento de lucha en el caso de que se detecte la presencia del picudo. Los técnicos de la conselleria deben controlar los movimientos de palmeras para que todos los ejemplares que llegan a la isla estén limpios de la plaga.

Javier Pablos descarta la posible extinción de esta plaga que, desde su punto de vista, «ha venido para quedarse». No obstante, recalcó que algunos ejemplares tratados a tiempo han podido sanearse. Según datos facilitados por la conselleria, desde 2010 se han saneado 201 palmeras, de las que han muerto 30, dos evolucionan desfavorablemente y 169 de forma favorable.