—Confiese. De cero a diez, ¿cómo de presumida es?

—¡Uy! Mucho, un ocho por lo menos. Depende del momento, pero no soy una fashion victim. No voy a la playa con tacones ni llevo cosas exageradas. Si me tengo que arreglar, lo hago, pero no estoy obsesionada.

—¿Esta afición por la moda le viene de pequeña?

—Sí, de siempre. Mis amigas de Ibiza, las que venían al cole conmigo, me dicen que sabían que acabaría así porque recuerdan que de pequeña ya me gustaba esto.

—No me lo diga. Asaltaba el armario de su madre.

—Sí, de niña me gustaba mucho ponerme su ropa.

—Si en aquellos momentos le llegan a decir que ganaría un premio por mostrar sus estilismos…

—No me lo hubiera creído. Ni entonces ni hace un año, cuando empecé el blog. Estoy muy contenta. No hace nada que lo puse en marcha y la repercusión ha sido enorme. Tengo casi 800 seguidores en el blog y 3.000 y pico que lo siguen a través de las redes sociales. Es una barbaridad.

—Muchos bloggers se preguntarán cómo se llega a tanta gente.

—A través del contacto. Intento contestar cada vez que me dejan un comentario. También supongo que la gente ve que puede llevar lo que me pongo, que son marcas asequibles y que no hablo de moda en general, que ya pueden ver en la tele, sino de lo que llevo para trabajar, salir de fiesta o dar un paseo. Creo que la cercanía es lo que más gusta a la gente.

—¿Se viste por la mañana pensando en el blog?

—La ropa que uso en las fotos es la que uso en mi día a día. No me compro nada para el blog, son prendas que uso habitualmente. Me visto y le digo a mi novio: ´Pedro, hazme las fotos´.

—¿Le ha pagado a Pedro un curso de fotografía?

—[Ríe] No, ha ido aprendiendo. Ahora, a raíz de esto, se ha aficionado a la fotografía.

—Publica entre dos y tres entradas a la semana, ¿cómo lo hace para no repetir modelito?

—Con los complementos. Las marcas también me mandan cositas para que las vaya sacando.

—¿Es posible vestir bien y ser original sin gastar mucho?

—Absolutamente sí. Inditex permite vestirse bien a precios asequibles. Copian todo lo que se ve en las pasarelas. Con un buen fondo de armario puedes vestir bien y que parezca que cambias mucho cuando, en realidad, no es así.

—No se pondría jamás…

—Me da miedo decir algo porque todo se vuelve a llevar. Mi madre siempre me dice que ella ya lo ha llevado todo. No me pondría algo que me quede mal o con lo que no me sienta cómoda.

—Habla de moda asequible, pero seguro que tiene una joyita en el armario.

—Sí. En enero fue mi cumpleaños y mis amigas me regalaron unos zapatos de Sam Edelman, que son carillos, con pinchitos en el talón. Monísimos.

—¿Qué le gustaría tener y no puede pagar?

—Pues me caso el año que viene y estoy enamorada de un vestido de Elie Saab. Es carísimo. Estoy buscando otras opciones, pero lo tengo metido en la cabeza.

—El vestido vale…

—Pues 10.000 euros.

—¿Ha pensado en una colecta entre sus seguidores del blog?

—[Ríe] Voy a organizar una donación a ver si hay suerte. No, en serio, tengo que hacer lo que sea para quitarme ese vestido de la cabeza.

—Mucha gente relaciona moda con superficialidad.

—No es así. Me dedico al trabajo social y hay muchos contrastes en mi vida. Un sábado puedo estar en una fiesta con Carmen Lomana y al día siguiente hacer de voluntaria con personas que viven en la calle. La moda me gusta, me divierte, pero hay otras cosas en mi vida.

—¿La moda es una forma de expresión?

—Sí. He tenido trabajos que me prohibían algún tipo de ropa o que me exigían ir de uniforme y lo he pasado mal.

—No será un trauma infantil por el uniforme escolar.

—No, por suerte en el colegio no llevábamos. Hay trabajos en los que he tenido que llevar uniforme y siempre me he puesto alguna cosita para cambiarlo un poco.

—Venga, comparta sus trucos para cambiar un uniforme.

—Si era de manga corta me subía un poquito las mangas y el cuello, me ponía pins, un cinturón, collares… En la oficina no puedes cambiar mucho, pero sí ponerte unos buenos pendientes y un toque de color. ¡Benditos complementos!

—¿Su complemento fetiche?

—Bolsos y zapatos. Mi novio me dice que no tengo sitio, pero siempre caben más en el armario.

—¿No tiene vestidor?

—No, tengo un armario muy normal. La gente me pregunta cómo lo hago para que quepa todo. Juego al tetris.

—Cotilleemos. ¿Quiénes fueron la mejor y la peor vestida en los Goya?

—Me gustó mucho Michelle Jenner con su vestido de princesa y la que menos, Belén Rueda. Llevaba un vestido largo que le marcaba demasiado y de un rojo diferente al de la alfombra. Quedaba un poco raro.

—Su icono de estilo.

—Paula Echevarría. Me pondría casi todo lo que lleva. Es muy guapa, tiene una belleza muy natural.

—¿Le piden consejo?

—La familia, no. Cada uno tiene su propio estilo y, además, la moda de Ibiza y Madrid es muy diferente. Sí hay seguidoras que me piden consejo.

—¿Qué se pone aquí que en Madrid ni se le pasa por la cabeza?

—Los vestidos Adlib. En Madrid no veo a nadie que los lleve.

—¿Cómo se viste para estar por casa?

—¡Pijama! En casa no voy en tacones. Hay que estar cómoda.