Confirmada la importancia de los restos arqueológicos, se ha iniciado ya la fase de conservación in situ del yacimiento, según el acuerdo adoptado por la Comisión Insular de Patrimonio Histórico-Artístico (Ciotupha). Para ello, se ha previsto cubrir el pecio de forma que se mantengan las condiciones originales de humedad, temperatura y peso. «Cualquier variación de estas condiciones supone el inicio de un proceso paulatino de degradación, lo que generalmente finaliza en un colapso total de dichos materiales», apunta el informe de propuesta de conservación.

El sistema de cubrición previsto permite proteger de forma duradera los restos del pecio para que en un futuro, si se quiere, se pueda «excavar en seco, localizando los vértices de la zona arqueológica mediante posicionamiento DGPS y retirando previamente con medios mecánicos la pavimentación y los áridos empleados para su cubrición». Lo mismo se hizo en 1996 en el área lagunar de San Marco de Boccalama, en Venecia (ver la imagen inferior), cuando se hallaron bajo el agua los restos de dos galeras del siglo XIV. En ese caso se optó por montar este sistema de excavación en seco porque para documentar arqueológicamente las estructuras del pecio la visibilidad bajo el agua era reducida, según explica la propuesta de conservación del pecio presentada por la Autoridad Portuaria en el Consell.

El proyecto de ingeniería contempla rellenar el área de intervención con áridos hasta una cota de dos metros por encima del nivel del mar. La primera fase consiste en la protección y entibado del pecio. La excavación arqueológica ha debilitado algunas zonas de la estructura que se deben reforzar mediante el empleo de sacos de arena (ver imagen adjunta). Así se evitan futuros desprendimientos.

El siguiente paso es el de la cubrición mediante una primera capa de arena lavada de 20 centímetros de grosor, que actuará como protección directa contra la fauna fitófaga (que se alimenta de vegetales) y evitará que el tejido geotextil que se colocará por encima contacte directamente con el yacimiento. Este proceso será manual.

Perímetro de 2.500 m2

Colocada la malla de geotextil (resistente a la perforación y tracción y con capacidad drenante) sobre el yacimiento, finalmente se cubrirá toda el área del interior del perímetro previamente delimitado (2.500 metros cuadrados, la cuarta parte de un campo de fútbol) con una capa homogénea de dos metros de arena. Esto permitirá «desplazar y aligerar la carga [la plataforma de es Botafoch] sobre los restos para que el empuje no se distribuya directamente sobre las zonas arqueológicas». Todos los trabajos se deben efectuar bajo la supervisión de un técnico arqueólogo con experiencia en cubrición de restos arqueológicos subacuáticos.