En cuanto los medios de comunicación llegan a las diez de la mañana a las puertas de La Canela, Gianluca (nombre figurado) se levanta, se toca con un gorro de cuero y recoge los dos euros (dos monedas de 50 y una de un euro) que le sirven de reclamo para pedir limosna. Llegó hace dos años a Ibiza para trabajar de camarero, lleva uno en paro y el lunes comienza un curso de carnicero. No quiere que las cámaras le retraten mientras enfocan a los ecuatorianos José Miguel Enderica Guin (de Ventanas) y a Marisol Guachisaca (de Machala), ganadores del sorteo de la campaña de Navidad de la Pimeef, que les permite gastarse durante esta mañana 6.000 euros en los comercios adscritos a esa asociación. Requisitos: gastarse un mínimo de 200 euros y un máximo de 600 euros por tienda. Gianluca se evapora antes de que en breves instantes comience el frenesí consumista junto a su parada habitual, el portal que hay junto a la pastelería.

Si tuvieran que elegir esta misma mañana los regalos y arrastrarlos consigo por toda la ciudad, tendría más emoción. Pero Enderica y Guachisaca portan un listado de cada cosa que adquirirán en cada tienda (13 en total) y lo que les costará. En eso, en escoger, han empleado la última semana. Ayer solo tenían que pasar por cada comercio para confirmarlo y que los medios les retratasen. Ya pasarán a recogerlo.

Una tarta para Nicole

Enderica (30 años) es extrovertido, muy teatral, lleva un mes en paro y es comercial. Cámaras y televisiones le adoran por su disposición y porque incluso les aporta ideas. Su novia (29 años), tímida, despacha en una panadería de Puig d´en Valls. Ambos viven en una habitación alquilada en un inmueble de Vila que comparten con otras tres personas. En La Canela, donde Enderica rellenó el boleto premiado tras comprar un cruasán, se dejan 200 euros: en pasteles salados y vino (para festejarlo por la tarde con los amigos), y en una tarta de dulce de leche con la imagen estampada de Nicole Peña, la hija de 10 años de unos colegas que celebra hoy su aniversario.

No todo es para ellos. De la segunda parada, la tienda de electrodomésticos J. R., pusieron sus ojos en una nevera (429€) que donarán a la iglesia evangélica bautista (situada junto al antiguo retén de la Policía Local), y en una cafetera y una sandwichera (180€) que irán a parar a la iglesia evangélica de Cases Barates: «Somos creyentes. Las cosas buenas vienen de parte de Dios», zanja Enderica cuando se le pregunta al respecto.

Los días previos, Marisol pasó por Tejidos Escandell para elegir varias toallas, sábanas (tres juegos) y una colcha de color verde pistacho. En total, 250 euros.

535 euros en cosmética

Y entonces llega el momento que tanto tiempo estaba deseando Guachisaca: entrar en Aromes. Allí, a lo Julia Roberts en ´Pretty woman´, se desata. Se mueve por la tienda como si hubiera repasado mil veces mentalmente el camino más corto entre los ocho perfumes y cremas faciales que tiene elegidos de las estanterías. Da la sensación de que podría ir con los ojos cerrados sin tropezarse. Para su novio, colonia Ultraviolette (Paco Rabanne), y el resto, para ella: Million (Paco Rabanne), Valentina (de Valentino), cremas de Lancôme, un sérum facial... En minuto y medio la caja registradora marca 535,40 euros en total.

Ambos, sobre todo José Miguel, soportan estoicamente a los medios de comunicación, especialmente a dos televisiones que les piden dramatizar cada situación: por duplicado. No protestan, aunque por momentos la situación es surrealista. Enderica trata a todo el mundo con una sonrisa y con un «cari» a cada dependienta.

En Comercial Canarias se dejan otros 214 euros: en dos tarjetas de memoria de 32 gigas cada una y en unos auriculares inalámbricos que José Miguel usará para escuchar a Alejandro Sanz, Bisbal y Bon Jovi.

Como todo lo tienen repensado al milímetro desde hace días, esas tarjetas de memoria le serán muy útiles para la Sony SLTA 35K –una cámara de fotografiar réflex que además capta vídeo Full HD– a la que había echado el ojo en Can Reyet. Justo vale 599 euros, el límite de lo estipulado en el sorteo.

No obstante, los cálculos totales de la pareja se exceden 200 euros del límite de 6.000 euros. Lo pagarán ellos de su bolsillo, según han acordado con algunos comercios.

Cinco días en París

Una hora y quince minutos después de iniciarse el peregrinaje consumista de José Miguel y Marisol por las tiendas de Ibiza, alcanzan la agencia de viajes Ibisol, donde les entregan los billetes para viajar del 14 al 18 de mayo a París. Con Vueling y 23 kilos de equipaje como máximo. La mujer que les atiende les comenta que el hotel está céntrico, pero algunos comentarios de Tripadvisor.com sugieren que la estancia en ese alojamiento quizás no les será muy cómoda: «Cutre, cutre, cutre y me quedo corta», dice una cliente. «Si quieres dormir en París en condiciones poco higiénicas alójate en XXXX», añade otro. Viajar a la ciudad «del amor», en palabras de Enderica, les cuesta 600 euros. Y como el amor es ciego...

Debido a los nervios, José Miguel se levantó ayer a las seis de la madrugada, desvelado. En principio iba a hacer footing por la bahía, pero finalmente optó por quedarse en casa. Hacía mucho frío. Precisamente para practicar deporte, en La Sirena escoge una decena de camisetas (Ferrari, Diesel, Pepe Jeans...) y jerséis, además de cuatro pares de zapatillas (Puma, Le Coq Sportif, New Balance y Nike), uno de ellos para un niño. La camiseta de Ferrari, porque se proclama «alonsista». Y «nadalista» también, para lo que imitó al tenista cuando los responsables de la Pimeef Juan José Marí Noguera (presidente de la asociación de Comercio minorista) y Carlos Eznarriaga Fernández (secretario) le entregaron en La Canela un cheque gigante por 6.000 euros: como si fuera la ensaladera de Roland Garros, lo mordió.

¿Qué se quedaron con ganas de poder pagar con esos 6.000 euros? «Pues poder ir al dentista, gastos de farmacia y comprar otras lentes... Uy, me acabo de dar cuenta de que las mías me las dejé en una tienda», se percata en ese momento Enderica, a quien le hubiera gustado que el concurso les permitiera reservar un comodín para poder gastar parte del dinero en otra ocasión: «Para no malgastar».

Un abrigo para la abuela, una nevera para la dueña de la casa

La compra en Adolfo Domínguez costó 600 euros. Allí adquirieron un zapatos, ropa y un abrigo para la abuela de José Miguel Enderica. La mujer aterrizó en la isla en mayo, cuando llegó para cuidar del tío de Enderica, que sufrió un aparatoso accidente de moto. Cinco operaciones después, sigue hospitalizado y bajo el cuidado de su familiar. No es el único regalo que los dos ecuatorianos, que llevan una década viviendo en la isla, destinaron a otras personas en su afán de compartir la buena suerte que tuvieron al comprar un cruasán en La Canela. En la tienda de electrodomésticos Can Serra apartaron dos neveras por valor de 600 euros: una para su habitación, la otra para que la propietaria de la vivienda donde residen alquilados sustituya la estropeada.

Buena parte de los objetos elegidos son para vestir: en Casa Domingo se dejaron 300 euros en un traje, una corbata, dos camisas y un par de pantalones (no todos para él). Y otra, en electrónica. Ya pueden ver la televisión en un Sony de 24 pulgadas que valía 700 euros (100 los tendrán que poner ellos).