Los perros se convirtieron ayer en los protagonistas absolutos en Sant Antoni: las calles del pueblo fueron invadidas durante la mañana por canes y otros animales domesticos, para asistir a la bendición que llevó a cabo el obispo de la isla, Vicente Juan Segura, enfrente de la Casa Consistorial, después del oficio religioso que presidió en la iglesia.

Aunque en el acto se concentraron las mascotas más variadas, los más abundantes fueron perros de diferentes razas (aunque predominaban los de pequeño tamaño, portados por niños). Los animales, llevados por sus dueños, desfilaron por delante del prelado, que los iba bendiciendo. Hace años que esta tradición ha adquirido una notable popularidad y atrae a propietarios de mascotas no solo del municipio de Sant Antoni, sino de toda la isla.

Variedad de mascotas

Como cada año el lugar de la bendición concentró a los animales domésticos más variados, como cerdos, hámsteres, tortugas, canarios o incluso un erizo.

Luis, el dueño de este último ejemplar, lo llevaba en un bolso especial de tamaño adecuado y contó que lo tenía en casa desde hace tres o cuatro años, cuando se lo trajeron los perros siendo todavía una pequeña cría. Desde entonces lo cuida, lo alimenta y el animalito es dócil y muy cariñoso.

Un joven abuelo, Antonio Merchán, llevó a la bendición a su tortuga Sarita, envuelta en una bolsa. Iba acompañado por su nieta, que a su vez conducía a dos perritos. Y no eran todos los animales de la casa. «También tenemos un canario, que se ha tenido que quedar, porque no podíamos con todos», señaló Merchán.

También fueron bendecidos los animales de tiro del cortejo de carros típicos que, siguiendo el programa de fiestas, sucedieron a la bendición, y la media docena de caballos que desfilaron también detrás de los carros. Acto seguido los concejales del equipo de gobierno ofrecieron una degustación de buñuelos.

La bendición de animales estuvo precedida de la misa solemne en honor a Sant Antoni que se celebró en la iglesia parroquial, oficiada por el obispo y a la que asistieron autoridades y numeroso público.

Una agrupación coral dirigida por Carmen Ferrer y formada por miembros del Coro Parroquial de Sant Antoni y varios del Club de Majors participó en la celebración interpretando la Misa de Miguel San Miguel, con el acompañamiento del profesor Antoni Riera a la flauta. Durante la misa cayeron algunos chubascos, lo que hizo temer a algunos que no se pudiese celebrar la procesión, pero finalmente el cortejo religioso que recorrió las calles de Sant Antoni contó con la complicidad de un sol radiante.