El secretario general de la Federación Socialista de Ibiza (FSE-PSOE), Xico Tarrés, anuncia que la ejecutiva analizará lo ocurrido en la asamblea de la agrupación local de Vila del viernes y abrirá expedientes en función de «la gravedad» de los hechos. «A la gente que haya cometido cosas que no se pueden permitir en un partido, se la debe apartar. Eso es lo que se debe hacer. Ni más ni menos», apunta Tarrés, quien, no obstante, puntualiza que él no asistió a la asamblea (estaba de viaje) y, por tanto, solo conoce lo que sucedió a través de algunos testimonios.

En la asamblea de Vila hubo mucha tensión, gritos e incluso el amago por parte de un militante de cortar el suministro eléctrico de la sala. El grupo de los críticos acusa a los oficialistas de prolongar deliberadamente el debate de las enmiendas a la ponencia del congreso nacional de Sevilla para retrasar la votación de las listas de los delegados. Los críticos, encabezados por Pedro Campillo y Antonio Roldán, reconocen que a muchas de las personas que les apoyan no les interesa el debate de las enmiendas y solo acudieron a votar.

La asamblea duró cuatro horas, lo que provocó silbidos y gritos de los críticos, que, hastiados por la duración del debate, interrumpieron algunas intervenciones de sus compañeros, según explican diversas personas presentes.

El exconseller Santi Ferrer ha denunciado a través de Facebook que sintió «vergüenza». «El problema del PSOE es que empieza a ser habitual que te griten y te insulten», subrayó. El exdiputado José María Costa añadió un comentario al relato de Ferrer en Facebook que decía lo siguiente: «Me hirió oír insultos a gente por hablar en catalán». Costa rehúsa hablar sobre su comentario, pero reconoce que lo que sucedió el viernes en la asamblea «no es correcto ni normal». «Hay que ser muy firmes para que no se vuelva a producir», señala.

A través de Twitter, Campillo, que presidió la asamblea del viernes, respondió ayer: «Si alguien cree o intenta hacer ver que yo permitiría un maltrato o insulto a la lengua de esta tierra lo hará siendo consciente de su mentira».

Amenazas e insultos

Ferrer también explicó otros incidentes sucedidos anteriormente. De hecho, denunció ante la dirección del partido que en una reunión de la ejecutiva, de la que no forma parte, algunas personas le habían difamado. En una ocasión posterior, le llamaron «sinvergüenza y mentiroso» y , según su relato, le amenazaron con pegarle.

Tarrés asegura que estos incidentes, al haber sucedido dentro de los órganos del partido, también se abordarán en la próxima ejecutiva. «Esto no puede pasar», dice.

Por su parte, el secretario de Organización de la FSE-PSOE, Julián Aguilar, sostiene que lo ocurrido el viernes «no es deseable» ni se puede repetir. Aguilar reconoce que en el partido existe «un punto de tensión que es difícil de arreglar». Sin embargo, la ejecutiva debe velar para que «no sobrepase los límites de lo que marcan los estatutos del partido» y «actuar en consecuencia».

El número ´2´ del PSOE no quiere «alimentar la polémica», pero admite que los hechos del viernes «pueden llegar a ser graves». Puntualiza que el sábado, al ser preguntado por este diario, calificó lo sucedido de «anecdótico» al compararlo con el objeto de la asamblea: el debate de la ponencia política y la elección de delegados.

Aguilar defiende que en los cuatro años de gestión de la ejecutiva se había logrado «la unidad» del partido y que, a diferencia de otras etapas, «los problemas no se ventilaban fuera del partido». «Bien o mal se había conseguido. Ahora se ha desvirtuado con las declaraciones que se han publicado y las últimas reuniones», sostiene, al tiempo que apunta que «los problemas siempre se producen en Vila». «Habrá que analizarlo», añade.