La exposición colectiva de arte que organiza el Consell de Formentera con motivo de las fiestas de Navidad reúne lo mejor de los artistas que viven y crean en la isla durante todo el año. En esta edición solo se muestran cuadros y curiosamente todos ellos de pequeño formato. Se diría que los tiempos de crisis económica son capaces de modelar la oferta del arte.

Los cuadros que cuelgan de las paredes de la sala municipal de Formentera, hasta el próximo 7 de enero, son obras de Gilbert Herreyns, Robert Hawkins, Helena Belzar, Raquel Caramazana, Ana Ametller, César Ordás y Josep Maria Moreu. Sin ponerse de acuerdo todos ellos han coincidido en aportar creaciones intimistas. Como ya es habitual, el trabajo desinteresado de David y Sabine Vergara está detrás de la coordinación de esta muestra.

La exposición no responde a un tema en concreto sino que aporta la esencia de la capacidad creativa de los siete autores. Robert Hawkins señala que es una buena oportunidad para que «los coleccionistas se fijen en lo que hacemos en la isla». Por su parte, Gilbert Herreyns apunta que actualmente la tendencia es hacia los pequeños formatos.

Volviendo a la exposición llama especialmente la atención la obra de Raquel Caramazana por su detallismo y pulcritud. Esta joven pintora presenta una serie de tablas, con marcos rústicos, en las que demuestra su depurada técnica de ilustradora, al mismo tiempo que ofrece una mirada poética a elementos que forman parte de la iconografía insular, desde una higuera a la iglesia de Sant Francesc.

Por su parte, César Ordás presenta una serie de cuadros con estructura de caja en los que incrusta, con textura de arena, los paisajes más representativos de Formentera.

El caso de Josep Maria Moreu es distinto ya que apuesta por la interpretación del espacio a través de materiales recuperados de las playas, como anzuelos, sedales y otros materiales con los que monta móviles que cuelgan del techo o esculturas sujetas a la pared. En cambio Helena Belzer trabaja sobre lienzos donde propone juegos de líneas geométricas y Ana Ametller sigue con su creativa ingenuidad utilizando maderitas y ramas secas en sus sugerentes composiciones.