Paulo César Baptista no se ha negado a la extradición, lo que ha permitido acelerar el proceso que permitirá que el acusado pueda declarar por la agresión que provocó la muerte de Abel Ureña el pasado mes de agosto; la Guardia Civil espera que el detenido pueda ser trasladado a España en el plazo de quince días, según se ha comunicado ya a la Policía Judicial del instituto armado en Balears.

A pesar de que, según indican fuentes de la investigación, la Policía holandesa retrasó la detención del fugitivo y representantes de la Guardia Civil de las islas se disponían ya a trasladarse a Amsterdam para presionar a las autoridades neerlandesas, ese arresto, finalmente, se produjo hace una semana, y lo cierto es que Holanda y España tienen tratado de extradición y una continua colaboración en esta materia. En los últimos años se han extraditado, entre los dos países, colaboradores de ETA y varios narcotraficantes.

El hecho de que el propio acusado no se haya negado a ser extraditado a España acelera y facilita considerablemente el procedimiento, sobre todo teniendo en cuenta que en este caso, el propio país de origen del arrestado reclama la extradición de Baptista para cumplir condena por sus actividades en el seno de la organización delictiva conocida como Mafia da Noite. De momento, y mientras se decide si se concede la extradición a Portugal para cumplir allí sus condenas pendientes, lo primero será declarar por la muerte de Abel Ureña.

Portugal no ha conocido en ningún momento los pasos seguidos por la Guardia Civil para localizar al fugitivo en Holanda y poder solicitar su detención a la Policía de ese país.

Paulo César Baptista, cuya verdadera identidad no fue conocida hasta después de su precipitada huida de Ibiza, se encontraba en Holanda con unos amigos y ya estaba trabajando de instructor de valetudo y de K1 (un tipo de kickboxing). Los investigadores consideran que Baptista había aprendido estas modalidades de combate y deporte en Holanda y que uno de sus maestros, muy conocido en el ambiente, era quien le proporcionaba ayuda en su condición de fugitivo de la Justicia.

La agresión por la que ahora Baptista deberá responder ocurrió el 19 de agosto en el hotel Ushüaia, en presencia de testigos y de una cámara de vigilancia que grabó parte de lo ocurrido. Según la investigación, Abel Ureña recibió un puñetazo de Baptista que le provocó una conmoción cerebral y la muerte quince días después en la Policlínica Nuestra Señora del Rosario. El médico forense confirmó que la causa del fallecimiento fue ese puñetazo, no el posterior golpe de la víctima en el suelo. Tras la agresión y sin que ninguno de los presentes retuviera al portero, Baptista escapó. Entonces se descubrió que trabajaba en Ibiza con el nombre supuesto de José Pereira Sousa y que era buscado en Portugal por sus actividades mafiosas.

La clave

PROCEDIMIENTO

El detenido no se ha negado a que le extraditen a España

Paulo César Baptista no se ha negado a ser extraditado a España, lo que acelera y facilita notablemente el procedimiento, sobre todo porque también Portugal le reclama para que cumpla condena.