«Esta es una novela de aventuras, pero también un retrato de la condición humana», afirmó el autor de ´Deja que el viento hable´, un relato que transcurre en parte en Ibiza y que ha servido a Joaquín Pérez Bartolomé para dejar al descubierto algunas de las ilusiones y frustraciones propias del ser humano.

Pérez, cuyo trabajo fue presentado el miércoles en el Club Diario por Josep Marí Ribas, Reiala, evidenció que el protagonista de la obra mantiene ciertos paralelismos con él mismo –aficionados ambos al mar– y resumió el contenido de la novela. Dos hombres y dos mujeres, sin ningún nexo en común, acaban haciendo juntos un viaje a bordo de un velero por Balears durante el cual no solo descubren la belleza natural de las costas que visitan, sino que también se sumergen en un viaje introspectivo que hará que afloren sus inquietudes y ansias personales.

«Su protagonista se lamenta de no haber conocido el amor, aunque en realidad lo suyo es algo más carnal, pues se pasa el tiempo queriendo ligarse a otra de las protagonistas», explicó Pérez Bartolomé, quien convirtió la primera parte de su intervención en una novela en sí misma, al explicar en tono irónico, no exento de sarcasmo, las vicisitudes de una mañana en su vida.

El autor de la novela ´Deja que hable el viento´ es alicantino, pero lleva veraneando en Ibiza desde hace casi cincuenta años, periodo que le ha permitido asistir a la destrucción ambiental de la isla, de la que puso como último ejemplo, «la plataforma de es Botafoc», que consideró «innecesaria». También abogó por la protección de la posidonia y por la instalación de boyas en Formentera para evitar sucesos como los de este verano. «Si la vida es una aventura, no conozco aventura más hermosa que vivir en Ibiza», señaló antes de hacer un alegato a favor de la conservación ecológica de las Pitiusas.

El presentador del acto, Josep Marí Ribas, Reiala, elogió la amenidad de la lectura de la novela y afirmó que, en realidad, el autor «ha pintado un cuadro» con los elementos naturales que va visitando la embarcación en su travesía y los sentimientos de sus ocupantes. Las reflexiones filosóficas, mágicas y mitológicas que también aparecen a lo largo de las páginas del volumen fueron referidas también por Reiala, que recordó que gran parte de los hechos que aparecen en el libro son reales, como confirmó Joaquín Pérez.