El fuerte viento de Poniente que se levantó en la madrugada del pasado martes provocó la rotura de la cadena del ancla del Royal Enterprise, un yate de lujo de 32 metros de eslora y bandera de Estados Unidos que finalmente embarrancó en ses Bassetes, a 150 metros de la entrada de s´Estany des Peix de Formentera, en el Parque Natural. Dos empresas de Ibiza se han hecho cargo del rescate del barco, que seguramente será reflotado hoy.

Debido al fuerte olor a gasoil que inundaba la zona, la dirección general de Interior, Emergencias y Justicia del Govern activó la fase de prealerta del Plan Cambal hasta que las tareas de recuperación del barco hayan finalizado. También fueron extendidas barreras anticontaminación en la entrada de s´Estany des Peix para evitar la entrada del gasoil en esa zona.

El yate, que se alquila y tiene puerto base en Turquía, es propiedad de un ciudadano suizo (concretamente residente en Ginebra) y según consta en Internet está a la venta por 3,9 millones de euros.

Todos los tripulantes resultaron ilesos tras un arriesgado rescate en el que participaron el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil y la embarcación de Salvamento Marítimo, con base en Ibiza. En tierra actuaron la Guardia Civil, la Policía Local y los agentes de Medio Ambiente del Govern.

El biólogo marino Manu San Félix aseguró ayer que el yate ancló sobre posidonia, lo que presumiblemente restó estabilidad y pudo haber facilitado el garreo de la embarcación hasta la costa.

Uno de los tripulantes, Hasan Kastez, de 25 años, relató que sobre las seis de la madrugada se levantó un fuerte viento y se percataron de que el barco se movía. Tras intentar hacerse con el control, dos horas más tarde embarrancaron en ses Bassetes. La tripulación llamó por teléfono para dar cuenta de su crítica situación y a las 8,30 horas llegó la embarcación de Salvamento Marítimo y la dotación de los GEAS, que rescataron al propio Kastez y a Mustafa Yigit (33 años) y Orhan Tuncay (27 años), todos ellos de nacionalidad turca, asó como a Marilyn Veyra, filipina de 31 años. El capitán, también turco, se negó a abandonar el barco y permaneció a bordo hasta las 13 horas, cuando finalmente desembarcó ayudado por Salvamento Marítimo.

Decenas de curiosos visitaron durante todo el día la zona para contemplar la embarcación, varada sobre el costado de babor y azotada por el oleaje, que a medida que transcurrió la jornada fue amainando. Por la tarde, dos lanchas de las empresas especializadas en rescate inspeccionaban la situación de la lujosa embarcación.