El huevo como símbolo de la vida, como metáfora del ciclo vital y también como «signo de la cara femenina del mundo» es el protagonista indiscutible de las 22 esculturas que desde hoy y hasta el próximo día 11 de noviembre expone en el Club Diario de Ibiza la artista belga afincada en Ibiza Anne de Harlez.

«¿Por qué el huevo?», se pregunta la propia autora de la muestra. «Es el símbolo de dónde venimos», afirma esta mujer que «en otra vida» fue arquitecta de profesión pero ahora está totalmente consagrada al arte, concretamente a la escultura.

Este simbolismo se pone especialmente de manifiesto en su obra ´500 pour sang´, que no es otra cosa más que medio millar de huevos perfectamente alineados formando un cuadrado «que representan las 500 ovulaciones de la mujer durante su vida fértil», afirma la autora.

Nidos de posidonia

La metáfora del nacimiento, del origen y del principio puede observarse de nuevo en ´Nids´, un conjunto de nidos –elaborados con esas bolas esponjosas que deja la posidonia en la playa– de los que emerge un huevo en cada uno. De hecho, la utilización de materiales arrancados a la naturaleza, como esas bolas de posidonia, pero también sal o incluso calabazas es una innovación en la carrera de Anne de Harlez desde que reside en la isla. Antes su material fundamental era el bronce, que de todos modos aún utiliza. «Utilizando elementos de la isla me da la impresión de ser parte de esta tierra», comenta la artista, que tiene una exposición permanente con otras obras en la galería Bullit de Blau, en la avenida de España, 42 y en la Artroom de Santa Gertrudis.

De su formación de arquitecta pervive un anhelo aún no satisfecho de dar mayor monumentalidad a sus obras. En realidad, De Harlez desearía «hacer las esculturas cada vez más grandes», capaces de poder ser instaladas, por ejemplo, «en alguna rotonda» de las carreteras.

La artista admite que en cada obra quedan esculpidas también sus propias inquietudes y debilidades personales: «Cuando salió la primera pieza de la fundición me quedé boquiabierta. Vi en ella todos mis complejos», confiesa con sinceridad.