Joan Costa se muestra inquieto ante la entrevista pactada en la sede de la Pimef, dice que no está acostumbrado a hablar con los medios de comunicación y quiere saber qué se le va a preguntar. Sin embargo, según pasan los minutos se relaja y se muestra contundente, preciso y claro en sus respuestas. Insiste, eso sí, en que tiene tras de sí, en la nueva directiva, un equipo de empresarios preparados y jóvenes sin los cuales no se hubiera atrevido a asumir la presidencia que en los últimos años ha estado en manos de Jane Wenham.

—¿Por qué ha asumido la presidencia de la Pimef?

—Hace cuatro años Jane Wenham, que era la presidenta, me llamó para representar el sector del transporte y acepté. En ese tiempo he podido percibir las inquietudes y preocupaciones de todos los sectores empresariales que forman la Pimef. También he visto la disposición del sector para colaborar y buscar soluciones a los problemas que surgen. Al cabo de los cuatro años, Jane me propuso seguir con el programa que tenía en marcha al frente de la asociación y muy gustosamente le dije que sí, siempre y cuando el equipo directivo estuviera de acuerdo. Todo el mundo coincidió en que podía ser la persona adecuada y sencillamente acepté este reto. Acepto este cargo con mucha responsabilidad y respeto, pero a la vez con mucha tranquilidad al saber que tengo un equipo directivo que es un lujo. Todos son personas jóvenes, muy preparadas, y lo que va a primar va a ser el trabajo en equipo.

—¿Cuántos asociados tiene la Pimef en estos momentos?

—Exactamente tenemos 198 asociados, de todos los sectores económicos. Si no me equivoco esto representa cerca del 80 por ciento de las empresas locales, que dan trabajo a más de mil trabajadores. De todas formas uno de nuestros objetivos es animar a las empresas de la isla que no estén asociadas a que lo hagan.

—¿Cuáles son los objetivos que se plantea desde la presidencia?

—Lo primero es dar a conocer todos los servicios que ofrece la Pimef. Insisto en las ventajas que ofrecemos a los pequeños y medianos empresarios, sin olvidar a los autónomos. Damos cobertura jurídica y también intermediamos en conflictos y ante la Administración. También queremos dar mucha importancia a la formación, tanto a nivel de empresa como de empleados. Por eso vamos a poner en marcha un programa de cursos para formar al personal y donde las mismas empresas apuesten por sistemas de calidad y nuevas formas de proceder en sus negocios. Desarrollar un sistema de calidad implica la aplicación de una forma de trabajar mucho más clara y organizada. Otro objetivo es contribuir a que Formentera sea una isla sostenible, en el sentido de que debemos conservar la isla para garantizar su atractivo turístico. Tenemos que colaborar todos para que el turista encuentre la isla que va buscando. Esto es un lugar tranquilo, con playas y mar, una isla donde se viene a descansar. Debemos ser muy prudentes en este aspecto y luchar para alargar la temporada, la estacionalidad es nuestro peor enemigo.

—¿Sostenibilidad es una palabra muy manida, a qué se refiere con ella?

—La isla tiene unas dimensiones y unos recursos limitados. Si no conocemos ni admitimos esas limitaciones romperemos este equilibrio con el medio ambiente y esto no lo podemos perder. Este verano hemos visto el ejemplo de las agresiones a la posidonia por los fondeos. Hace diez años el problema no era tan grave, ya que la afluencia de embarcaciones no era tan importante y tenían menos metros de eslora. El problema comienza cuando Formentera se convierte en un destino muy conocido y atractivo para el turismo náutico, lo que es muy bueno para la económica insular. Ahora no estamos preparados para asimilar este aumento, por lo que es muy importante regular estos fondeos. Tenemos que ser capaces de preservar la posidonia, que es de vital importancia para nuestra isla, y a la vez seguir manteniendo el turismo náutico.

—El mundo ha cambiado drásticamente con la aparición de las nuevas tecnologías. ¿Las empresas de Formentera se han puesto al día en este campo?

—Totalmente, yo mismo soy un ejemplo. Hace unos años desconocía el mundo de la informática y de Internet, pero por necesidad he ido aprendiendo y al final se ha convertido en una herramienta imprescindible. Las nuevas tecnologías son importantes, pero también es cierto que la mayoría de las empresas ya están regidas por los hijos de sus fundadores y esta generación ya está acostumbrada a las nuevas tecnologías y sabe aprovechar sus ventajas.

—La Pimef ha podido acceder a algunas ayudas institucionales para desarrollar proyectos concretos. ¿Teme que se recorten esas subvenciones?

— Sinceramente, para mí es pronto para decir cuál es la situación actual sobre lo que me pregunta. Está claro que estamos en un ambiente de recortes en todos los sectores y no creo que la Pimef se salve. Pienso en que hay cosas en las que no se debe recortar. Son muy importantes las campañas de ´Formentera tot l´any´, así como los cursos de formación. Estas actividades siempre se han hecho a través de las subvenciones que recibimos del Govern balear. Quizá tendremos que racionalizar más esas ayudas y dar preferencia a lo más importante y hacer lo que es necesario. Espero que no haya recortes muy importantes.

—¿Ha apuntado como objetivo alargar la temporada, pero realmente los empresarios están dispuestos a hacerlo?

—Aquí es donde más trabajo debemos hacer. La gran mayoría de empresarios acepta que la temporada son cuatro meses. Algunos no tienen más remedio que cerrar antes de tiempo por diversas razones; desde el mantenimiento del personal, a la falta de rentabilidad, podemos encontrar muchas justificaciones y muy respetables. Muchos piensan que en los negocios está todo inventado, pero pienso que tenemos que reinventarnos, no nos queda más remedio. En Formentera hay empresas que se defienden con cuatro meses pero tenemos que mantener las estructuras durante seis meses. Es muy difícil sacar la temporada en cuatro meses. Los empleados necesitan medio año de contrato para conseguir las prestaciones en invierno, pero muchas de estas empresas no pueden ofrecerles ese tiempo. Todo esto crea un estrés al trabajador que se ve obligado a concentrar todo su esfuerzo, trabajando muchas horas, sin librar ningún día durante cuatro meses y cobrando más. Pero esto es incompatible con la calidad y el buen servicio. Este es nuestro gran problema. Si no reaccionamos terminaremos siendo menos competitivos. Formentera es un destino de calidad lo que implica contar con personal cualificado que sepa ofrecer trato personal.

—¿Y qué soluciones propone para alargar la temporada?

—Por eso hablo de reinventarnos. Estamos en octubre y hemos tenido un tiempo fantástico, maravilloso. Existen importantes colectivos interesados por el turismo activo y deberíamos potenciar y hacer campañas en estos sectores. Estoy seguro de que existen nuevas tendencias; está el buceo, el senderismo, los aficionados a la fotografía. En Formentera tenemos una luz y unos paisajes que son un lujo. Tenemos que buscar incluso turismo de la tercera edad, sin olvidar los mercados escandinavo y polaco. Este tipo de visitante es muy educado, muy consciente desde el punto de vista medioambiental y encaja perfectamente en esos meses de principio y final de temporada. No estoy hablando de grandes masas. Tenemos que ser capaces de ofrecer actividades de ocio y relacionadas con el entorno. Estoy convencido de que lo podemos conseguir, pero de lo que estoy seguro es de que tenemos que, por lo menos, intentarlo.

—La Pimef siempre ha sido muy reivindicativa con la mejora el suministro eléctrico¿ Cuál es su postura al respecto?

—El suministro eléctrico sigue siendo una preocupación. Este verano hemos tenido suerte ya que no han aparecido los problemas del año anterior, cuando sí que hubo importantes averías, muy graves. Tenemos dos cables submarinos y los dos se cortaron a la vez. Es cierto que esa circunstancia es rara, pero ocurrió. De hecho hoy todavía no se ha puesto el tercer cable, por lo que seguimos estando en la misma situación, que es confiar en la suerte y a veces la suerte no acompaña, como hace dos años. Es muy importante conseguir le tercer cable.

—Respecto al transporte marítimo y el enlace con la Península, ¿cuál es su planteamiento?

—En Formentera tenemos dos problemas graves, la estacionalidad turística y la doble insularidad. Esto hace que los productos de primera necesidad se encarezcan, como los alimentos. Para resolver esto tenemos que conseguir una comunicación directa con la Península. Es necesario declarar este enlace de interés social para mantener frecuencias todo el año. Soy consciente de que las navieras deben asegurar su rentabilidad como empresas. Hemos visto que hace dos años se puso una línea en invierno y no funcionó. La única solución es insistir sobre la línea de la Savina a Denia, si no se puede cubrir un viaje diario por lo menos mantener alguna frecuencia semanal durante todo el año.

—El Govern balear ha anunciado la creación de una delegación territorial para mejorar los servicios a los formenterenses. ¿Qué opina al respecto?

—Veo que esto es una cuestión política y como presidente de la Pimef quizá no pueda pronunciarme. Ahora, entiendo que las instituciones que tenemos, el Consell Insular de Formentera, está muy bien preparado, considero que estamos bien atendidos y existe muy buena comunicación. Mi opinión personal, insisto, personal, es que no veo necesaria esta delegación en Formentera. Tampoco tengo inconveniente en que se monte.

—Usted dirige la empresa de transporte público terrestre. En los últimos cuatro años el servicio de autobuses ha mejorado sustancialmente. ¿A qué se debe?

—Esto ha sido gracias al Consell de Formentera, yo solo me he unido a ellos en el esfuerzo y en el objetivo. Hasta entonces me he encontrado siempre solo y reconozco que tenía miedo de crecer para luego fracasar. El Consell me animó, vino a hablar conmigo y yo aposté con ganas y esfuerzo. El resultado es que hemos aumentado servicios y frecuencias. El Consell nos ha ayudado, ha instalado todas las marquesinas de las paradas, que ha sido un acierto, y ha desarrollado una importante campaña de información de horarios. En cuanto a las aportaciones económicas, que en un principio estaban muy claras y actualmente seguimos hablando, es cierto que todos tenemos miedo a los recortes económicos. En resumen, si el servicio de autobuses regulares ha mejorado ha sido gracias al Consell, que ha tomado la iniciativa. También soy consciente de la crítica de reducción drástica de frecuencias que hemos aplicado hace poco. En este tema se conjugan dos cosas: la obligación de dar un servicio al público y la responsabilidad de mantener una empresa que sea viable, que pueda afrontar sus gastos y necesidades. No quiero esconder que como empresario me ha entrado un poco de pánico por los posibles recortes, la crisis y demás. Todo ello nos obliga a ir con cuidado y moderación. Soy partidario para el futuro de contar con tres horarios, uno de temporada alta, otro de media y otro de baja, y así tener todo programado y no caer en la reducción drástica de servicios.

—¿Cómo ha ido la actual temporada para los pequeños y medianos empresarios?

—Pese a que no tenemos que confiarnos y debemos seguir luchando contra la doble insularidad y la estacionalidad de la temporada, ha sido buena. Por sectores, y en general, ha ido un poco mejor que la pasada temporada. Para los supermercados ha habido un ligero incremento respecto al año pasado: junio, julio y agosto muy bien y la primera quincena de septiembre también, pero la segunda ha ido bajando y octubre pues ya lo vemos mal. Pero el sector de alimentación dice que la temporada ha ido bien. Las agencias de viajes y hoteles afirman que la ocupación ha sido buena y la temporada también. En las tiendas de souvernirs, tras tres años de bajada, este año ha remontado a niveles de 2009. Los mayoristas de alimentación dicen que han trabajado igual que el pasado año, es decir, bien. En el transporte terrestre los resultados también han sido buenos igual que en el sector de la restauración. En cambio, el sector de las navieras no está muy satisfecho ya que se han introducido más compañías y el mercado se ha repartido más, sobre todo, por la diversidad de horarios que han ofrecido en las línea entre la Savina y Ibiza. Las conclusiones, en general, es que la temporada ha sido buena, aunque siempre hay que tener en cuenta el tipo de negocio y su emplazamiento.