A punto de afrontar su exilio de invierno en Madrid y con ganas de comenzar a trabajar en su nueva obra, Marcos Torres aguarda con tanta ilusión como pánico escénico el 12 de noviembre. Mitómano confeso, echa de menos la época en la que aún se creía en los héroes, reconoce rodeado de sus obras en su tienda de la Marina.

—¿Pop-Eye (ojo pop) o Popeye, como el marino?

—Pop-Eye. Valen las dos formas pero no dan una lata de espinacas.

—Es un premio pop pero organiza fiestas rock. ¿Cuál es la novia y cuál es la amante?

—Es una relación a tres, no sabría poner a una delante de la otra.

—Pero cuando está en casa…—Soy más de pop. No puedo poner a Gainsbourg o Raphael en las fiestas de Rock Nights. —Igual se llevaba una sorpresa.—L0s que se llevarían la sorpresa serían los demás. [Ríe] Imagino al público de Space escuchando ´Mi gran noche´ o ´Digan lo que digan´ y creo que quemarían la discoteca. —Ouka Leele, Alberto García Alix o La 2 Noticias son premiados de otros años. ¿Cómo se ve?—Este año premian a El Hortelano, nada menos, a Mariscal y como artista plástico emergente, a mí. Sientes ganas de disculparte. —¿Artista emergente?—A punto estuvieron de llamarme novel, que es peor. Emergente tiene más sentido, uno puede pasar mucho tiempo emergiendo. Prefiero un premio como artista emergente que a toda una carrera. Las palmaditas en la espalda son diferentes: unas dicen ya está y otras son un empujón para que sigas. —¿Es su primer premio?—De ponerlo en la estantería iría justo después del premio en un concurso de dibujo en octavo de EGB. Cuando tenga hijos me preguntarán qué hice entre medias.—¿Qué responderá?—[Serio] Emergiendo, hijo. [Ríe]—¿Tiene preparado el discurso?—El año pasado lo vi pasar mal a algún premiado. Estoy torturado por visiones que van desde el tropezón en la alfombra a quedarme en blanco. Le he dado vueltas. Aún no tengo nada, pero estoy preocupado.—Adiós al verano, ¿alivio o pena?—Prefiero que acabe el verano a que el verano acabe conmigo, que es lo que ha estado a punto de pasar. Siento pena por lo que viene, una época en la que Ibiza carece de estímulos para mí, por eso me voy a Madrid. También alegría porque ha sido muy intenso. Es la ley de la isla: en verano tienes el doble de lo que necesitas y en invierno, la mitad. —¿La crisis alcanza a los artistas?—Sí. Lo que hago no es de primera necesidad. Es de primera necesidad para mí el crearlo. La gente compra pero tiene más miedo. Me afecta relativamente porque hago muchas cosas: camisetas, exposiciones, Rock Nights…?Es imposible, a no ser que sobrevenga el apocalipsis zombi, que todo falle a la vez.—Si fuera multimillonario, ¿en qué gastaría el dinero?—Me convertiría en el Ciudadano Kane del pop art. [Ríe] Tengo un bloqueo, veo millones de cosas: Warhol, Lichtenstein, Murakami… Y estoy convencido de que lo gastaría en cosas como el traje original de Elvis cuando actuaba en Las Vegas o el que vestía John Lennon en la portada del ´Sargent Pepper´s´.—¿En qué ha cambiado Marcos Torres desde que comenzó?—Desde dentro ha cambiado todo, lo que no sé es el grado de evolución que se ha percibido. Me siento diferente. Tengo la sensación de estar en evolución constante. Igual he dado tantas vueltas que vuelvo a ser el mismo. Hace tiempo que perdí el interés en ver en qué he cambiado. Es algo demasiado habitual en mí como para llevar la cuenta.—¿Qué importancia tiene su propia imagen para alguien que trabaja con la estética?—No soy consciente de la importancia que tiene, sí de la que le doy. La imagen que puedo dar como artista es diferente de la que da mi obra. Estoy muy seguro de mi obra y mi imagen está siempre definida por una inseguridad absoluta y un constante intento de control. Me aterroriza no reconocerme a mí mismo o que no se retrate fielmente lo que soy o lo que digo. —¿De verdad necesita tenerlo todo controlado siempre?—Sí. Las circunstacias te obligan a tener todo el control posible sobre lo que no controlas al cien por cien.—¿Y necesita tener controlada su obra? ¿Manda usted o ella?—Mando yo hasta que manda ella. A veces se resiste ella, a veces yo. Uno de los dos cede, normalmente yo porque sino la obra seguiría eternamente en desarrollo. Ella dice: ´Déjame, ya está, ya no te necesito´.—Suena un poco dramático.—Es que lo es. En el sentido de que se ha acabado esa relación que es como un parto. Son nervios, frustración, obsesión… Cuando surgen y estás satisfecho el alivio y la satisfacción son inmensos, pero hay un poco de drama porque las dejas ir. —¿Qué necesita para trabajar?—Necesito estar solo o con alguien con quien tenga confianza, con quien pueda sentir que estoy solo. Trabajo con música, mucha de mi obra no es más que la representación de una canción o un sentimiento relacionado con ella. Eso es lo que necesito, pero cuando noto que estoy en buen camino es cuando todo eso deja de importarme.—Un tema que le haya inspirado.—Muchos. La versión de ´Suspicious Minds´ que hace Elvis en ´Viva Las Vegas´. Es impresionante, gloriosa y tuve la necesidad de representara a Elvis como Dios.—¿Cuál fue su primer mito?—Mazinger Z y Comando G. Veo un capítulo y se me ponen los pelos como escarpias. Después de eso mi madre tuvo la malísima idea de dejarme sus discos de los Beatles y entré en una tendencia que no había quien le diera la vuelta. —¿La mitomanía siempre crece?—Nunca decrece. A veces se estanca un poco, sigue bebiendo de las mismas fuentes. En la actualidad no encuentro tantos motivos de elevar a alguien a la categoría de mito. —¿Lady Gaga no será un mito?—Me da la risa. Mis mitos aguantan heroicamente, pero no tienen la misma voz o se les cae el pelo. Ninguno de los que veo ahora tiene la categoría de mito. Hubo una época en la que se podía hacer algo heroico sin ser gilipollas. —El último mito que ha entrado en su Olimpo.—[Piensa] Dexter, cuento los días para que empiece de nuevo. No sé qué dice de mí que mi último mito sea un asesino en serie.En cortoPop-Eye¿Cómo sienta el primer premio tras diez años?Me ha hecho mucha ilusión porque el premio significa que lo que haces gusta, cala y emociona. Algunos premios se votan, pero este no. Me llegan ´mails´ de gente que pide votos para premios. Si este fuera así tendría la sensación de tener que repartirlo con los que han votado. Proyectos

—Igual se llevaba una sorpresa.

—Ouka Leele, Alberto García Alix o La 2 Noticias son premiados de otros años. ¿Cómo se ve?

—¿Artista emergente?

—¿Es su primer premio?

—¿Qué responderá?

—¿Tiene preparado el discurso?

—Adiós al verano, ¿alivio o pena?

—¿La crisis alcanza a los artistas?

—Si fuera multimillonario, ¿en qué gastaría el dinero?

—¿En qué ha cambiado Marcos Torres desde que comenzó?

—¿Qué importancia tiene su propia imagen para alguien que trabaja con la estética?

—¿De verdad necesita tenerlo todo controlado siempre?

—¿Y necesita tener controlada su obra? ¿Manda usted o ella?

—Suena un poco dramático.

—¿Qué necesita para trabajar?

—Un tema que le haya inspirado.

—¿Cuál fue su primer mito?

—¿La mitomanía siempre crece?

—¿Lady Gaga no será un mito?

—El último mito que ha entrado en su Olimpo.

En corto

¿Cómo sienta el primer premio tras diez años?

La próxima vez que se siente a trabajar tiene en mente…