El presidente fue ayer la diana de todos. En su primer año en el acto de apertura del curso en la Universitat de les Illes Balears (UIB), en Palma, José Ramón Bauzá tuvo que hacer frente a los reproches de unos y a los abucheos de otros. Desde el atril, las autoridades reclamaron más financiación, de forma educada pero decidida. Desde la platea y los pasillos, un grupo de alumnos intentó boicotear el acto con gritos reivindicativos, algunos «en defensa del catalán» y otros contra los recortes.

Desde hace tres años, las quejas por la financiación aparecen siempre en los discursos de inicio de curso de la rectora, Montserrat Casas. Este año, en el que el Govern les adeuda más de 20 millones, la situación es más precaria que nunca, algo que Casas no dejó de recordar. La rectora agradeció al presidente su compromiso para «redireccionar una situación heredada» (el dinero dejó de llegar en marzo, aún con el Govern del Pacte), pero le pidió que para el presupuesto del año que viene se tenga en cuenta que la UIB ya ha sufrido una mengua en su presupuesto del 12% en los dos últimos años: «Estamos acostumbrados a hacer más con menos, pero no nos tiene que pasar como al burro de ese payés que justo cuando se acostumbró a trabajar sin comer, se murió», indicó la rectora, que pidió «que las dificultades del presente no hipotequen definitivamente nuestro futuro».

La rectora fue discreta pero constante en su reivindicación, utilizando datos que atestiguan la mala situación de la educación superior en Balears, como que la UIB es una de las universidades peor financiadas del Estado o que el archipiélago solo invierte un 0,4% del PIB en la formación universitaria y apenas el 0,3% en investigación e innovación. También quiso recordar que mientras los ingresos caen, los alumnos aumentan (este año hay un 5% más de estudiantes de grado en el campus de Palma y un 30% más de máster y doctorado) y que además hay que continuar con la complicada aplicación del Plan Bolonia, algo que si hasta ahora han sacado adelante, aseguró, ha sido por la dedicación de todo el personal. Casas señaló además que pese a las dificultades, la UIB consigue buenos resultados en varios ranking de investigación.

El secretario general de la UIB, Antoni Gili, leyó la memoria anual recordando que la institución ofrece 48 diplomaturas y licenciaturas, 36 títulos de grado, 33 másteres y 29 doctorados; y que en ella trabajan 1.157 docentes e investigadores y 560 personas de administración y servicios; y que en ella estudian 13.737 alumnos de diplomatura, licenciatura y grados, más 2.023 estudiantes de máster y doctorado. Gili también tuvo su momento de protesta, reiterando que ya hace dos años que sufren recortes.

La lección inaugural corrió a cargo de Pere M. Deyà y se tituló ´La Química: una ciencia neutral´. De forma amena, Deyà quiso demostrar que aunque a veces esté mal vista «la química representa el progreso humano». Para cautivar al público, habló de experimentos curiosos y fascinantes, como los gatos fluorescentes que se están creando para investigar sobre el cáncer y otras enfermedades. «Si hemos de elegir una camino que sea el del conocimiento, por caro que parezca, y no el de la ignorancia», aconsejó Deyà.