Josep Marí Ribas, Agustinet, (Benimussa, 1959) asegura no sentirse incómodo, sino todo lo contrario, en los inicios de su segundo mandato al frente del Ayuntamiento, a pesar de que ha perdido la mayoría absoluta y su acción de gobierno está condicionada en gran medida por la oposición. Marí Ribas se muestra en esta entrevista remiso a expropiar las ruinas del antiguo delfinario de ses Salines, pese al impacto ambiental y el foco de insalubridad que representa, en pleno Parque Natural. También justifica su decisión de no cerrar los locales de ocio de Platja d´en Bossa que incumplían las normativas este verano.

—¿Por qué no se ha cerrado el Ushuaïa y la terraza del Space si incumplían la ley?

—Ha habido un acuerdo de pleno en el que los partidos PP y Nova Alternativa me han instado a no ejecutar las órdenes de precinto y, por tanto, he hecho caso al acuerdo de pleno. El plenario me instaba, y podía hacer caso o no a ese acuerdo, pero he hecho caso al pleno y lo he parado. Su argumentación es cierta: hay un perjuicio importante, dada la incidencia que tienen estos locales en el municipio de Sant Josep y en toda Ibiza. Por tanto, yo lo entiendo. El Ayuntamiento, por otra parte, no podía hacer otra cosa que seguir los expedientes y tirarlos para adelante. El procedimiento administrativo estaba bien hecho. El alcalde no actúa por iniciativa propia, sino porque hace cumplir unas normativas. Y si hay unas denuncias y éstas tienen motivos, el Ayuntamiento ha de hacer lo que ha de hacer, y en este caso lo que manda la ley es proceder al cierre.

—Entonces, entre cumplir un acuerdo de pleno y cumplir la ley, ¿por qué no hizo esto último?

—Bueno, creo que el pleno hizo una valoración social y política del momento en que nos encontrábamos, en verano... y valoró que ahora no se debían ejecutar estas cosas. El pleno tampoco cuestiona que los expedientes no estuvieran bien hechos, solo pide que se aplace esta medida, porque ahora el impacto económico y social sería muy grande.

—¿Y no es también grande el impacto que tiene sobre la tranquilidad de los vecinos?

—Pero el impacto que tiene sobre los vecinos se puede controlar regulando los decibelios de la música. Un establecimiento ha de tener un nivel determinado de decibelios que no moleste a los vecinos, y si no es así, se ha de actuar. Los permisos de música ambiental son correctos. No es ilegal. Lo es cuando hay ruido por encima de los niveles determinados, y si se supera lo permitido, se tendrá que sancionar o llegar a cerrar.

—Pero si el verano que viene se reproduce la misma situación, estos establecimientos no tendrán mucho que temer ¿no?

—Quiero pensar que los establecimientos harán una reflexión importante de lo que ha pasado este año y espero que aprovechen este tiempo para poner en regla todas las licencias y todas las cuestiones y el próximo año no tengamos que hablar de este tema.

—Se cumplen ahora seis años del derrumbe de la urbanización de sa Caixota. Sobre el terreno todo sigue igual. ¿Por qué es tan difícil retirar las ruinas?

—Todas estas cosas –la ciudadanía lo sabe y los medios de comunicación os encargáis de decirlo– no son actos sencillos. ¿Por qué se tarda tanto? Porque hablamos del derecho de propiedad de la gente que tiene estas cosas, que a pesar de haber habido irregularidades, tienen unos derechos que quieren defender. Durante mucho tiempo el Ayuntamiento ha estado peleándose con los propietarios, porque querían hacer el edificio allí. Ha habido pleitos y demandas judiciales con sus plazos... Los propietarios de esos apartamentos querían volver a construir el edificio y este Ayuntamiento siempre ha dicho que no se puede construir. Planteamos que aquello sea todo zona verde y trasladar los derechos urbanísticos a otro zona donde las casas se aguanten. Y esto cuesta, porque son muchos propietarios, porque dicen que tienen unos derechos... Pero ahora creo que lo tenemos muy encaminado y las últimas noticias son que los propietarios ya aceptan que el edificio se ha de tirar.

—Las nuevas Normas Subsidiarias, habida cuenta la nueva composición del Ayuntamiento, ¿serán las del equipo de gobierno o las que impongan los dos partidos de la oposición?

—El que gobierna este ayuntamiento es el grupo PSOE-Pacte. Quien tiene la mayoría, en realidad, son... bueno, no tenemos mayoría. Serán unas normas que seguro que deberán hacer algunas concesiones a los grupos de la oposición. Me gustaría pensar que en el marco del pacto por el territorio que plantea el grupo del PP en el Consell seremos capaces de ponernos de acuerdo en cosas para las Normas Subsidiarias de Sant Josep. Al final, no creo que haya tantas diferencias entre lo que defiende un partido y otro...

—¿No las hay? Pues se supone que la izquierda siempre decía que era en lo que más se diferenciaba.

—Sí... Nos podemos diferenciar en los grandes proyectos que tal vez se puedan hacer. Si el PP quiere hacer no sé cuantos puertos deportivos y no sé cuántos campos de golf, tal vez sí tengamos que discutir. Pero tengo la impresión de que, hoy por hoy en Sant Josep, ningún partido discute el Parque Natural de ses Salines o el de Cala d´Hort, tal vez se puede discutir si se amplían o no... A no ser que la oposición dijera que hay que volver a crecer mucho en urbanizables otra vez. Pero no creo que se produzca, al menos no nos lo han dicho, de momento...

—Y suponiendo que lleguen a pedir más suelo urbanizable y más campos de golf y cosas así ¿el alcalde qué hará? ¿Lo asumirá?

—No, se debería ver. No creo que lo pidan, y si lo piden, el alcalde ya se manifestará en el momento que corresponda. Nosotros tenemos nuestro modelo y creemos que se puede aprobar sin tenerlo que cambiar drásticamente. De hecho, las alegaciones que presentó el PP en las exposiciones públicas no representaban un giro copernicano a nuestras normas, ni mucho menos. Nos han criticado que hiciéramos una moratoria y demás, pero el modelo urbanístico que hemos hecho para Sant Josep, con la contención en el litoral y crecer un poquito más en los suelos urbanos para tener equipamientos y calles, y mantener las áreas protegidas LIC y ZEPA, es un modelo de sentido común. Y es más o menos lo que plantean los otros ayuntamientos que no son del PSOE-Pacte: Santa Eulària, Sant Antoni... No digo que seamos iguales, ¿eh?

—Pues el PP piensa derogar la ley 4/2008 que evitó varias urbanizaciones.

—Dice el PP que la quiere modificar, pero a ver qué aspecto quiere modificar. Quiero recordar que esa ley protege Punta Pedrera, en Sant Josep, y quiero pensar que eso no se tocará. También protege Benirràs, pero en eso a mí no me corresponde entrar. Quiero pensar que en lo que afecta a Sant Josep, que es Punta Pedrera, se mantendrá. No sé... A menos que quieran reabrir ese debate, en lo que yo no estaría de acuerdo. No quiero prejuzgar ahora, porque no tengo ningún indicio de que el PP de Sant Josep plantee cosas que sean un cambio copernicano a lo que hay ahora.

—El conseller de Medio Ambiente del Govern dijo que no había dinero tampoco para la depuradora de Cala Tarida, ya casi terminada. ¿Cuál es el futuro de esta depuradora?

—No sé, y me preocupa mucho. Está pendiente del emisario submarino de las aguas depuradas al mar. Hay un largo tramo de la tubería que pasa por terrenos privados de Cala Corral, donde se necesitaba el permiso del dueño. Esto ya se gestionó y se entregó a Costas para que diera el permiso, y tenía yo entendido que Costas ya lo había autorizado. Si ahora hay un problema económico –y supongo que se trata de esto–, aquí yo ya no puedo entrar. Pero es una verdadera lástima, porque aquella depuradora es una inversión importante y está ahí parada. Hace mucha falta, porque las demás son pequeñas y antiguas.

—¿Qué alternativa habrá para poner la depuradora en marcha si se confirma que no hay dinero?

—Pues no lo sé. El Ayuntamiento tampoco tiene dinero. A no ser que hubiera una iniciativa del sector privado, pero no lo sé. Es que este tema es una competencia directa de la conselleria de Medio Ambiente y cada uno ha de asumir sus competencias. Esta gente cobra su canon del agua todos los meses, y en Ibiza cobran bastante. Así como hicieron la de Platja d´en Bossa, que ha quedado muy bien y ha eliminado los olores, con cuatro veces más de capacidad, a ver si sabemos solucionar esto también. Yo esto lo planteo a todo el que me encuentro por delante: el presidente del Consell, la consellera insular de Medio Ambiente... Con ella hablaré de esto la semana que viene. Quiero recordar que la depuradora de Sant Josep también se desborda continuamente. El que tiene la competencia es responsable de estas cosas. Yo no me planteo que no se haga la depuradora de Cala Tarida, no se me pasa por la cabeza.

—¿En qué estado están los trámites para retirar las ruinas del antiguo delfinario de ses Salines?

—El delfinario está igual que antes. Los dueños no han hecho ninguna oferta y nosotros estamos igual. Les hicimos una oferta concreta para ver si querían vender. Pero hubo un problema con la superficie, porque ellos decían tener unos metros que luego se ha visto que en realidad no son todos suyos. Decían tener más de 20.000 metros y en realidad solo tienen 6.000. Al final no les interesa la venta y no han dicho nada más. Desde que vuelvo a ser alcalde no he vuelto a abordar el tema con ellos. Esta compra, en caso de producirse, se tenía que realizar dentro de un proyecto que había con fondos estatutarios, en el que también se iban a soterrar líneas eléctricas, poner pasarelas en Platja d´en Bossa, comprar el delfinario y otras cosas. Es un proyecto que tiene el Consell porque lo quiere ejecutar él y también lo he de hablar con la consellera Pepa Costa. No sé cómo está. Hablábamos de dos millones de euros. Es que hasta que el delfinario no sea de titularidad pública, pues tenemos un problema, con la dejadez de este sitio y con una situación que no es buena para nadie. Pero, claro, eso tiene dueño.

—¿No se plantea la expropiación?

—Expropiar no se ha planteado, porque los servicios jurídicos –no del Ayuntamiento, sino de todas las Administraciones donde he estado– siempre me han dicho que es una herramienta que tiene la Administración, pero que te han de permitir usarla; se ha de justificar. No es lo mismo expropiar para hacer una gran infraestructura pública porque puedes justificar que no se puede realizar si no es mediante esta expropiación, que expropiar porque has decidido que quieres tener un terreno allí. Terrenos como el del delfinario hay muchos más por los alrededores. Deberíamos justificar muy bien por qué queremos expropiar eso. Por tanto, preferiría llegar a un acuerdo. No sé si un proceso de expropiación tendría éxito en esa zona, tengo mis dudas.

—El Ayuntamiento de Sant Josep debe devolver al Estado unos 800.000 euros. ¿Cómo afectará esto a las inversiones para 2012? ¿Habrá alguna?

—Bueno, usted me comenta esta cantidad que hay que devolver, que corresponde a 2009, pero yo le añado otra cantidad de 2010 que el Estado nos ha dejado de pagar. Es el mismo tema que en 2009, pero así como entonces nos pagó el dinero y ahora nos lo reclama, en 2010 ya no nos lo pagó, pero como nosotros lo habíamos presupuestado, ya nos lo hemos gastado. Y eso nos ha generado un déficit propio de casi un millón de euros más. ¿Qué deberemos hacer? Podemos hacer dos cosas: intentar financiar este déficit a largo plazo o reducir inversiones este año. Cosas que teníamos previsto hacer en este año, no hacerlas. Y posiblemente tendremos que quitar algún proyecto de los que estaban previstos para sufragar este déficit contable.

—¿Cuáles serían esos proyectos?

—No, no se lo puedo decir ahora. Se está estudiando. Habrá partidas que tendremos que quitar. No serán muy grandes. Algún arreglo de una carretera... cosas así.

—¿Están pensando en reducir servicios que preste el Ayuntamiento para ahorrar? En Santa Eulària no saben qué hacer con sus piscinas municipales.

—Sí, quieren aumentar las tarifas. Las verdad es que las piscinas representan un coste impresionante que no logran compensarse con las tasas que se pagan. Lo que sucederá es que se reducirán las inversiones. Ahora, los servicios que prestamos –bienestar social, deportes, mantenimiento de calles y caminos– creo que lo iremos manteniendo.