Ignasi Casas Ollé (Barcelona, 1969) no empezó precisamente su carrera profesional en el mundo de la medicina. Es licenciado en Física y tiene un máster de Esade. Comenzó trabajando en una agencia de la Bolsa y desarrolló otras ocupaciones hasta que en 1995 fue nombrado jefe del área económica del hospital Can Misses. Entre 2004 y 2010 fue director de gestión del mismo centro y en el momento de su designación como director gerente por parte de la nueva consellera, Carmen Castro, Casas era jefe de Compras. En esta entrevista admite que la construcción del nuevo hospital podría ver alterado su calendario de ejecución por cambios en la configuración del proyecto, que él cree necesarios para mejorar la distribución y funcionamiento del edificio. Al mismo tiempo, señala que el proyecto del servicio de Radioterapia carece aún de fecha para su instalación. Lo máximo que hay asignado de momento es el espacio físico en el que se ubicará.

—Es usted el primer director de este hospital que no es médico. ¿Influirá esto en la atención sanitaria?

—Sí, en positivo. Tendré que preguntar más a la gente y a los sanitarios antes de tomar ninguna decisión.

—¿No se dará más importancia a los números que a la asistencia?

—Yo doy mucha importancia a los números, pero sé que no lo son todo, porque los números han de llevar a una acción.

—¿Tiene previsto remodelar el equipo directivo del Área de Salud?

—A partir del marco de austeridad que tenemos, hemos hecho un ajuste, que básicamente afecta a Formentera. Hemos clarificado la estructura de Formentera, porque había dos gerentes y no se sabía quién mandaba más, si uno u otro. Al final, la propuesta ha sido dejar un directivo en Formentera, que dependerá de Ibiza, pero será nombrado por la consellera.

—Estaba previsto que el nuevo hospital abriera en mayo...

—Sí, primero en mayo, luego en julio...

—¿Qué previsión hay ahora?

—Estamos en un momento en que hemos de replantear un poco todo el proyecto. ¿En qué sentido? No solo en las fases, que también. Es que teníamos que entrar aquí dentro [en el edificio actual] a hacer obras. Y a mí, entrar aquí a hacer obra me asusta un poco, por el tema del circuito de pacientes, de la seguridad... Creo que hemos de poner un poco de sentido común al proyecto y repensar las fases. Y, además, incluir también los cambios que han propuesto los profesionales de aquí. Estamos en una fase de estudio para ver por dónde tirar.

—Entonces, aparte de revisar las fases para acabar las obras, ¿estos cambios también afectarían a la configuración del propio proyecto?

—Sí, porque por ejemplo hay profesionales que han planteado algún movimiento de planta y alguna cosa. Dentro del espacio que tenemos, hay que hacer un planteamiento de los espacios, pero es algo que han propuesto los profesionales y que es para dar más sentido funcional al proyecto.

—¿Serán cambios de mucha envergadura?

—No, no... Dentro de los espacios que se disponen lo que se intenta es racionalizarlos para trabajar mejor. Por ejemplo, hablamos de la UCI, del bloque quirúrgico, de Pediatría,... cada uno ha ido diciendo lo suyo. Unos han hecho cambios más grandes y otros más pequeños.

—¿Retrasará esto mucho las obras?

—Yo espero que no. La idea es que la obra no pare, pero que se tengan en cuenta estas cosas. Que ya se ha hecho; ya hay un proyecto modificado que incluye las percepciones de los profesionales.

—El nuevo hospital ¿abrirá cuando esté todo finalizado o empezará a funcionar por partes?

—Esto es lo que se ha de discutir. Mi opinión es terminar primero la parte nueva y pasarse a ese nuevo edificio y después que se abra la parte vieja. Es una comodidad. Si no, tendremos que gestionar un edificio que ya funciona y con obras por dentro, lo cual es muy complicado. A mí lo que más me preocupa es que estemos funcionando con obras aquí dentro. Se ha de ir con mucho cuidado.

—¿Cuándo volverá a haber dinero para que los enfermos de las Pitiusas no tengan que pagarse sus propios traslados a Palma o a la Península?

—Es algo que no gestionamos nosotros directamente, pero sé que desde la conselleria de Palma se está haciendo lo posible. Se está mirando qué posibilidades económicas hay. Existe mucha preocupación por este tema y es una prioridad. Es una situación muy mala y nos han dicho que, si esta no es la primera prioridad, es de las primeras. Nosotros ahora hacemos el trámite igual con los pacientes que antes, lo que pasa es que antes se adelantaba el dinero y luego se recibía en un tiempo razonable. Ahora lo que pasa es que las agencias de viajes [que han dejado de recibir el Govern el dinero que adelantaban por estos billetes] han dicho que ya no pueden más.

—¿Confía usted en que esto pueda solucionarse pronto?

—Sé que es una prioridad, eso sí. Pero pensemos que es un mal momento. Miremos lo que sucede con los proveedores, las farmacias, las agencias de viajes... Lo que pasa es que toda esta gente que tiene necesidades, los pacientes, han de ser una prioridad.

—El Govern anterior y también el actual han confirmado que Can Misses tendrá servicio de radioterapia, pero ¿cuándo?

—Lo que hay ahora es un espacio de reserva para radioterapia. Pero también digo que antes hay otras cosas... El proyecto aún está bastante verde. ¿En qué sentido? Aún hemos de dotar todo el edificio. La radioterapia para nosotros es una cosa nueva y muy delicada. Creo que nos ha de ayudar nuestro hospital de referencia, que es Son Espases, que es donde tienen el servicio de radiofísica y radioterapia. Esto ha de avanzar a su ritmo. Hemos de completar todo lo que es el hospital y luego nos hemos de centrar en la radioterapia, en qué condiciones se ha de dar, cómo se ha de hacer,... El espacio lo tenemos ¿eh?

—Pero ¿por qué es tan complicado decir que la radioterapia se pondrá en marcha de forma inmediata? ¿Qué lo impide?

—Es que yo no creo que sea complicado decirlo. Hombre, comprar un aparato es lo más fácil que hay, pero no es solo eso; has de saber qué compras, en qué condiciones. El ejemplo no sé si es válido, pero la dotación de radiología son cinco millones de euros y se ha de mirar... es una dotación muy delicada, la obra ha de estar bien hecha. Has de tener claro qué quieres, qué potencia... Si la voluntad política es clara, como parece, es más un problema técnico.

—¿Se puede decir que en el primer año de funcionamiento del nuevo hospital habrá este servicio?

—A estas alturas, no lo sé. Yo ahora puedo decir en qué fase estamos: estamos valorando el material que está aquí, cuál se traspasará y cuál no. Hay un espacio para radioterapia ya hecho, hay un croquis... Hace falta saber qué máquina, cómo se monta el servicio, si viene alguien de Palma o no... Es que no es solo la máquina, también hay que montar el servicio.

—Pero cualquier servicio requiere personal y máquinas...

—Sí, pero no es tan fácil. Técnicamente requiere medidas de seguridad, vigilancia... Lo comparo con radiología.

—¿Hay preocupación en el hospital ante la huelga de ambulancias convocada para el día 16?

— Sé que la huelga está convocada. Nos han enviado una nota diciendo que nos afectaría lo mínimo. No hemos hablado directamente con ellos, pero en la nota decían que no afectaría a ningún servicio. Se tendrán que establecer unos mínimos, pero yo creo que para los detalles tendrán que hablar con nosotros. ¿Que nos preocupa? Claro que sí. Pero lo hemos de gestionar, no podemos hacer mucha cosa más.

—¿Qué evolución se prevé para las listas de espera quirúrgicas en el hospital?

—Lo que puede pasar a corto plazo, ya que hemos cerrado quirófanos y una planta, es que aumenten en alguna especialidad. Podría ser que en alguna especialidad se disparase la lista de espera.

—¿Cuáles serían?

—Traumatología, pero es un tema puntual, porque ha habido médicos de baja. A partir de aquí creo que evolucionaremos bien hacia final de año. Esperamos que entonces no pase esto.

—Y aparte de ese caso concreto de traumatología ¿cómo está en general la lista de espera?

—Está bastante controlada, por ejemplo en otorrinolaringología, ginecología, en cirugía está bastante bien. Oftalmología tiene algún tema puntual que se ha de gestionar.

—Han aparecido rumores sobre una posible privatización de servicios del hospital Can Misses. ¿Qué hay de ello?

—Nosotros funcionamos mediante concesión y cedemos los servicios generales, es decir, cocina, mantenimiento, limpieza, jardinería... toda una serie de servicios no asistenciales, que los hace la concesionaria. No está previsto traspasarle ningún tipo de personal sanitario, ni nadie me ha dicho nada de eso. Es un sistema que ya lleva así tres o cuatro años al menos.

—Dentro de la situación general de crisis que vive el Govern, ¿le han comunicado los nuevos responsables algún tipo de recorte o reducción de inversión en el Área de Salud de las Pitiusas?

—De momento, no. Lo que me están transmitiendo es que vigilemos al máximo al gasto y hagamos lo posible por controlarlo. Lo que sí he pedido a los profesionales es que, ante una situación que puede empeorar, hagan el favor de extremar todas las medidas, y si tienen alguna propuesta de reducción o lo que sea, me gustaría conocerla. Si en algún momento me dicen que hay que ahorrar en algo, mirarlo.

—¿Se ha pedido a los profesionales que ahorren en análisis o en pruebas que no se consideren necesarias?

—Esto sí que, de algún modo, lo hemos pedido. Yo lo que he pedido a la gente es seriedad. En todos los sentidos: rendimiento quirúrgico, o que, si los pacientes han de estar en la cama cinco días, que no estén siete. Estas cosas, en las que antes nos relajábamos más, pues intentar no relajarnos. O por ejemplo el tema de recetar medicamentos genéricos o recetar un principio activo si hay otro que vale para lo mismo y es más barato. Es decir, que haya un poco más de seriedad en todos los recursos que manejamos.

—El Ayuntamiento de Sant Joan reclama desde hace tiempo un centro de salud para este municipio. ¿Está previsto para un futuro cercano?

—No tengo ninguna noticia. No tengo ningún plan funcional ni ningún informe que me diga nada de esto. Está hecho el centro de salud de Sant Josep y, que yo sepa, de momento no hay previsto nada más. No hay nuevas previsiones en este sentido o, si las hay, están tan arriba que aún no nos han llegado.

—¿Qué convenios de colaboración tienen actualmente con la policlínica del Rosario?

—Ahora tenemos dos convenios, uno para Resonancia Magnética y otro para Hemodinámica. Creo que mientras no podamos dar nosotros este servicios tendremos que mantenerlos. La sanidad privada nos ha de complementar. Si la policlínica o quien sea lo puede ofrecer y nosotros no podemos, pues siempre es mejor que el paciente se quede en esta isla en vez de desplazarse.

—Sin embargo, estos convenios habían llegado a abarcar más servicios en el pasado.

—Sí, en su momento, abarcaba temas de listas de espera, neurocirugía, maxiolofacial, incluso estancias en UCI. Ahora solo es hemodinámica y resonancias magnéticas. El importe anual creo que es algo más de 1,5 millones de euros, frente a los 4 millones de euros que llegó a ser en su momento.