­Eran las doce del mediodía cuando los participantes en la travesía a nado contra el cáncer llegaban ayer a la playa del Postiguet entre los gritos y aplausos de familiares y miembros de la Asociación Española de Afectados por Linfoma, Mieloma y Leucemia (AEAL), que esperaban desde dos horas antes entre globos y pañuelos naranjas, el color de la entidad, y al son de una batucada para animar el ambiente. Entre abrazos, besos y alguna lágrima de emoción, los nadadores ponían fin a la aventura que iniciaron el miércoles en Ibiza después de haber superado medusas, mareas y el temporal en el canal de Ibiza que les ha obligado a realizar parte del trayecto en barco y a acabar la travesía antes de lo previsto. De hecho, el mismo miércoles tuvieron que regresar a puerto y el jueves el estado del mar les obligó a cubrir parte del recorrido en barco por la seguridad de los nadadores.

Pero eso es lo de menos. Tal como señaló al llegar al Postiguet el campeón del mundo de natación David Meca, que ha apoyado la prueba desde su inicio, «lo importante es el ejemplo tan increíble de superación que han dado algunos de los participantes que hace poco estuvieron malitos y ahora, miradlos», indicaba, señalando a Víctor Rodríguez, que superó un linfoma el año pasado, y a Selina Moreno, que padeció un cáncer de mama, y que han participado en la travesía como los que más, demostrando, como indicó Victor a su llegada, que «esto ha sido muy grande a todos los niveles»: «Después de los malos momentos que se pasan con la enfermedad, ahora estoy feliz.

Si hay algún enfermo como yo que lee esto, solo quiero decirle que se puede salir y se puede hacer de todo».

En la prueba han tomado parte 22 nadadores del Club Natación RC7 de Alicante, que ayer se mostraban felices a su llegada al Postiguet. Aunque la prueba se ha efectuado por relevos, en el último tramo, cuando ya podían escuchar los gritos de ánimo de familiares y miembros de la asociación que esperaban en la playa, todos se lanzaron al agua para cubrir juntos los últimos metros y desplegar, una vez que hicieron pie, una gran pancarta de AEAL para después fundirse en un abrazo con los suyos.

Rafa Espí, uno de los organizadores de la prueba, se mostraba emocionado por el recibimiento de que fueron objeto en la playa: «Ha sido una experiencia preciosa. Llevábamos preparando esto desde hace un año pero ha valido la pena». «Hemos recibido muestras de solidaridad de entidades y personas particulares en cuanto pedíamos ayuda para la travesía, y es que, en cuanto dices que es a favor de una asociación contra el cáncer, la gente se vuelca», añadió. A partir de ahora, «a preparar algo para el año que viene», señalaban mientras muchos curiosos se iban acercando al grupo y felicitando a los participantes.

Meca no daba abasto para atender a la gente que quería saludarlo o hacerse una foto con él aunque el nadador no cesaba de aludir a los pacientes de cáncer como los protagonistas de la prueba.