¿Por qué las lagartijas de las Pitiusas tienen gran variedad de colores? ¿Cómo influye esa diversidad cromática en sus relaciones sexuales? ¿Por qué el mismo gen del color se manifiesta de forma distinta en machos y hembras? Estas son solo algunas de las preguntas que el biólogo norteamericano y profesor de la Universidad de Miami Nathan Dappen (Modesto, California, 1983) intenta responder tras diez meses de trabajo de campo y diversos experimentos científicos en donde no ha matado ni hecho daño a ninguno de los reptiles que ha capturado con el fin de observar su comportamiento.

En pocos días regresa a Miami para seguir su investigación, trabajando con las muestras de sangre que ha conseguido de los citados ejemplares y que forman parte del contenido de su doctorado, titulado: ´Diversidad de colores y evolución genética de la especie podarcis pityusensis´ y sus subespecies endémicas, todas ellas protegidas por la actual legislación.

Con motivo del día internacional del Medio Ambiente, Dappen ofreció ayer una conferencia en la sala del centro de interpretación del Parque Natural de ses Salines, en Can Marroig, a la que asistió la directora del Parque, Paula Goberna, y la consellera en funciones de Medio Ambiente, Silvia Tur. De esta forma se inicia el ciclo de actividades divulgativas que se realizarán en este espacio, destinado al conocimiento y la investigación del entorno marino y terrestre del Parque Natural.

Tres colores en Formentera

El experto explicó que el color de las lagartijas, podarcis pityusensis, de las Pitiusas y de sus 42 islotes adyacentes, está íntimamente relacionado con las características del territorio. En el caso de Formentera se dan tres tipos distintos de ejemplares según su color. Las azules se sitúan en la zona boscosa y de mayor vegetación de es Cap de Barbaria. Las verdes se encuentran fundamentalmente en la Mola, y las marrones, en el área de ses Illetes y es Trucadors, en la punta norte de la isla. Se da la circunstancia que en el área central, en es Ca Marí, se encuentran ejemplares de varios colores, verdes y azules. Llama especialmente la atención que en el islote de es Vedrà haya encontrado ejemplares verdiazules con una franja longitudinal amarilla en su espalda y que en las islas Bledes algunos de los ejemplares sean negros, aunque en realidad, cuando se observan de cerca, sean de un azul muy oscuro. También ha clasificado lagartijas naranjas en s´Illa Negra.

Nathan Dappen explica que su investigación tiene varias partes. La más básica es la clasificación morfológica y por colores de las lagartijas. Otra es el estudio de su comportamiento, especialmente en las relaciones sexuales, en donde ha detectado que el macho dominante siempre es el más grande en tamaño y el que tiene un color más vivo. Dappen explica: «Queremos saber por qué existe en Ibiza y Formentera esa variación tan grande de colores en esta especie, algo que no se produce en ningún otro lugar del mundo, resulta muy curioso que en una superficie tan pequeña nos encontremos con tanta diversidad». Apunta como primera conclusión que los colores de las lagartijas varían en función de la vegetación en la que viven: «Cuando estamos en una zona de bosque nos encontramos con lagartijas azules o verdes, pero cuando el terreno se desertiza y existe poca vegetación son marrones, además no encuentras lagartijas verdes en es Cap ni azules en la Mola». La razón es que esta especie combina a través de su color su poder reproductor y su defensa territorial, mediante el mimetismo con el entorno.

Caníbales y omnívoras

El experto desvela: «Hemos descubierto que la intensidad de los colores de las lagartijas macho está relacionada con su tamaño, si son grandes el color es más intenso, de esta forma cuando ven a un ejemplar grande y muy azul o muy verde no pelean, en cambio cuanto más pequeño y menos color tiene es más susceptible de ser atacado por otro ejemplar, ya que esta especie es caníbal pero también es omnívora».

El objeto de esta investigación, pagada por la facultad de biología de la Universidad de Miami, en la que han participado nueve estudiantes bajo las órdenes de Dappen, es estudiar el comportamiento sexual de esta especie, íntimamente relacionado con el color.

Una lagartija macho puede copular unas diez veces al día pero además cuanto más grande y más intenso es su color, mayor cantidad de hembras logra conquistar. Otro de los experimentos realizados ha sido el de aislar en una caja a 20 machos y otras tantas hembras. Tras una semana de convivencia introdujeron 20 hembras más y los machos solo copularon con las recién llegadas.

El equipo de investigación llegó más allá y utilizó tinta para tatuajes en 40 ejemplares machos y otros tantos hembras. El resultado es que las lagartijas pintadas de forma artificial mantenían más relaciones sexuales que las que no habían sido tintadas. Por lo que Dappen concluye que el color es una referencia fundamental en el mantenimiento y reproducción de esta especie. «Cuanto más azules o más verdes son los machos más hembras conquistan», concluye.

El biólogo explicó que la clave está en un gen común que marca los colores de los machos y de las hembras. Cuando llegue a Miami podrá estudiar en laboratorio este mecanismo, gracias a las muestras de sangre que ha enviado desde Formentera y cuyo estudio será objeto de otra investigación que completará su trabajo. El biólogo precisa: «Cuando una hembra se reproduce con un macho azul, tienen crías azules, lo que es bueno para los machos, pero también tienen hembras azules, lo que no es bueno para ellas ya que son confundidas y resultan más vulnerables a los depredadores, esto genera un conflicto sobre los mismos genes, eso es lo que estoy estudiando».

Otra de las conclusiones es que las lagartijas azules son las más atacadas por depredadores, especialmente pájaros, les siguen las verdes y finalmente las marrones. Por esa razón el que una hembra tenga colores fuertes no es nada beneficioso para el mantenimiento de la especie y representa un conflicto para su supervivencia.

Comportamiento sexual

Una de las conclusiones que ha extraído Nathan Dappen de su investigación, pendiente de concluir, es que los machos copulan unas diez veces al día y prefieren las hembras desconocidas a las que ya conocne en sus relaciones sexuales. El color del macho es una seña de atracción.