Desde primera hora de la mañana de ayer el cielo se presentó encapotado y amenazando aguar la celebración de la fiesta patronal de Sant Ferran, que en esta edición no contó con la tradicional procesión. El párroco de Formentera, Miguel Ángel Riera, apuró hasta el último momento la posibilidad de salir a la calle pero cuando ya eran casi las 14 horas decidió suspender definitivamente la procesión. Antes, con la iglesia llena de feligreses que asistieron a la eucaristía oficiada por el obispo de Ibiza y Formentera, Vicente Juan Segura, invitó a los vecinos a pasar al salón parroquial para poder asistir a la demostración de ball pagés; con es Xacoters y es Pastorells, y a la actuación de un grupo folclórico procedente de Cerdeña, Lunamatrona.

A medida que el local se iba llenando de público se fueron repartiendo las orelletes y el vino dulce, mientras el párroco y la consellera de Cultura, Sonia Cardona, iban improvisando sobre la marcha para decidir trasladar los bailes folclóricos al pequeño escenario de la sala parroquial.

Primero fue el turno de los dos grupos locales que, apretados, tuvieron que acortar su actuación, teniendo en cuenta que el espacio de que disponían para bailar y moverse con comodidad era bastante reducido. Después solo parte del grupo italiano, Lunamatrona, subió al escenario y presentaron algunas de las piezas de su repertorio. La falta de espacio en escena no permitió que se pudieran lucir, mientras el resto de los componentes del grupo se quedaba observando entre el público.

Al margen de las inclemencias meteorológicas, la fiesta de Sant Ferran se saldó satisfactoriamente con las veladas musicales del sábado y domingo, con la plaza llena de público. Durante esos días se sucedieron grupos de música étnica y la cantante Ena presentó disco, el domingo por la noche, acompañada por músicos locales.

Ayer estaba prevista la actuación de Moya Kalongo (Afrobeat), del grupo local Insane y de Gatos locos.