Con dirección del conocido clown Jango Edwards, José Ricarte protagoniza hoy a las 20.30 horas la obra ´Fecundación, vida y muerte de Ernesto Espasmos´. «En Barcelona conocí a Edwards, que finalmente me ha dirigido en esta obra. La estoy preparando desde hace más de un año. Es un estímulo personal, no me lo planteo como profesión», asegura este médico de familia, que sabe que muchos se van a sorprender al verle sobre las tablas. Su faceta de actor comenzó con 14 años. Se ha formado en el GAT, en la escuela de Eric de Bont y fue uno de los fundadores de Vaporustedes.

—¿Se sorprenderán sus pacientes y colegas de profesión al verle de ´clown´?

—Sí, creo que sí. Parece que no es serio que un médico sea también payaso. Pero creo que es importante que un profesional tenga habilidades comunicacionales, de animar y estimular, de transmitir esperanza, ternura y optimismo. Los primeros que lo necesitan son los pacientes. En Primaria y en Urgencias la gente va tan estresada... hay un nivel de descontento generalizado que te hace trabajar peor. Parece un lujo el humor en una situación así.

—Estrenó esta obra en Barcelona. ¿Cómo fue?

—Muy bien, estuve en una sala pequeñita, alternativa. Vinieron compañeros del hospital donde estaba trabajando, amigos... Les sorprendía verme de repente haciendo estas cosas. Hago clown para adultos. En mi trabajo soy muy serio, pero eso no quita para tener esta otra faceta. También imparto talleres para sanitarios sobre el sentido del humor relacionado con la profesión. Me parece importante que los profesionales sanitarios podamos animar al paciente, transmitirle esperanza y optimismo. El sentido del humor puede ser una herramienta muy útil.

—¿El humor le ayuda en su profesión?

—El humor son unas gafas que te hacen ver la vida de manera distinta. Sigues teniendo los mismos problemas pero, si los ves desde otra perspectiva, igual puedes encontrar una solución distinta. En un mundo tan estresante y dramático como el sanitario es imposible sobrevivir a todas las situaciones que tienes que sobrellevar todos los días si no tienes un poco de sentido del humor. No solo en la sanidad. Estoy convencido de que en tu trabajo rendiréis mucho más si trabajáis a gusto, animados, contentos... sin necesidad de hacer números cómicos, ni risas. Pero si estáis con el látigo encima o enfadados, se rinde menos. Podrías tolerar casi cualquier cosa si los compañeros están unidos y motivados.

—¿De qué tratan las peripecias de Ernesto Espasmos?

—La obra trata la vida de Ernesto Espasmos desde antes de nacer hasta su muerte. Creo que la parte clown no es tanto hacer reír como transmitir emociones, que el público se pueda sentir identificado en todas las fases de la vida del personaje.

—¿El guión es suyo?

—Sí, y me ha costado muchísimo. El proceso creativo es muy duro porque no parto de un texto sino de emociones que quiero contar. Hay muchísimas metáforas. No se trata de llegar al teatro y ver algo sin más, sino que quiero que la gente piense un poquito.

—¿Cómo ha sido el trabajo con Jango Edwards?

—Es de los mejores clowns, rompe con muchas ideas preconcebidas sobre lo que es un clown. No uso nariz roja. Respeto el trabajo de los payasos tradicionales de circo, pero no es lo que a mí me llena. Ha creado el Instituto del Nuevo Clown. La obra la verán personas que digan ´esto no es clown´. Me da igual, el clown es una herramienta. Con mis conocimientos y experiencia de teatro he creado esto. No vengo a dar lecciones. Empecé con Eric de Bont en Ibiza y es una suerte que tengamos en la isla una escuela y un profesor tan bueno como él. Vienen actores de todo el mundo a trabajar con él.

—¿Es su primera experiencia en solitario sobre un escenario?—Sí, es la primera. Yo siempre había actuado con grupos como el GAT. He querido trabajarlo yo solo. —¿La experiencia ha tenido algo de terapéutico?—Cuando un actor se convierte en un personaje se olvida de los problemas y preocupaciones. Ya solo por eso es positivo. Estimular la creatividad, la imaginación... Es un reto. Jango es un poco bestia y había incluido un striptease, pero lo he eliminado porque no me sentía cómodo. Si alguno venía con ganas de striptease se va a quedar con las ganas [risas].

—¿La experiencia ha tenido algo de terapéutico?

—¿Qué proyectos tiene en mente?