Un gran incendio arrasó ayer la falda de una montaña de la sierra de Morna, en el norte de la isla, a caballo entre los municipios de Santa Eulària y Sant Joan, y avanzaba anoche sin control en dirección a sa Cala de Sant Vicent. «Es un incendio muy grande que ya ha devastado 50 hectáreas», explicaba a media tarde Gabriel Vicens, conseller de Medio Ambiente en funciones del Govern balear, en el improvisado puesto de control instalado muy cerca del fuego, en una zona de campo próxima a la carretera que une Sant Joan con Sant Carles.

El fuego comenzó, sobre la una de la tarde, en varios focos a la vez, como podía apreciarse claramente desde la carretera. La densa y espectacular columna de humo blanco que originaban las llamas era visible desde casi toda la isla. Los bomberos, la Guardia Civil y los agentes de la Policía Local de Santa Eulària y Sant Joan, que desplegaron casi todos sus efectivos disponibles, instaron a los vecinos de las casas situadas cerca del incendio a desalojarlas hasta que pasara el riesgo, aunque se hallaban totalmente fuera de la zona de peligro, según el 112.

El servicio de emergencias del 061 mantuvo una ambulancia durante todo el día en la zona afectada, aunque los sanitarios no tuvieron que intervenir puesto que no hubo heridos.

Todas las fuentes consultadas por este diario coincidieron en expresar su convicción de que el incendio fue provocado. «Están buscando a un pirómano», comentaban muchos vecinos de la zona, incluidos algunos que no tuvieron que abandonar sus viviendas.

Incendio en Ibiza Uno de los focos en los que comenzó el fuego se sitúa cerca de Can Pinet, en el mismo lugar en el que también se inició en agosto de 1985 un incendio que arrasó casi 30 hectáreas de la sierra de Morna. Hace cinco años, en 2006, se produjo otro incendio en esta zona, aunque este se declaró cerca de la gasolinera de Sant Joan.El viento, que soplaba con fuerza en dirección Este, la baja humedad y el fuerte calor (más de 30 grados a las tres de la tarde) complicaron las labores de extinción. Muchos vecinos se quejaron de la escasez de medios aéreos, aunque hubo momentos en los que había tres aviones y seis helicópteros descargando agua simultáneamente. Además, casi cien personas, entre bomberos, agentes de Medio Ambiente y el Ibanat, participaron en las labores de extinción.La Guardia Civil cortó la carretera situada al pie del incendio y se produjeron retenciones de tráfico en los alrededores. Muchos residentes tuvieron dificultades para acceder a sus casas y los autobuses turísticos tuvieron que cambiar su recorrido.