Ildefons Juan Marí pudo estudiar Magisterio en Palma gracias a una beca y llegó a Puig d´en Valls, donde desarrolló prácticamente toda su vida profesional, poco después de obtener el título de Maestro de Primera Enseñanza en 1973. Su primer destino fue Formentera, su isla natal, en las escuelas públicas de Sant Francesc, en las que impartió clase como interino. Antes de llegar a Puig d´en Valls fue maestro en Santa Gertrudis y Can Ramoncillo.

Hace apenas dos meses el Govern reconoció su labor docente concediéndole la Medalla al Mérito educativo, la primera de Balears, un acto al que asistieron compañeros, alumnos y exalumnos.

Durante doce años compaginó la docencia con la política. Como independiente en las listas del PSOE fue diputado en el Parlament balear, conseller del Consell de Ibiza y Formentera entre 1983 y 1991 y concejal del Ayuntamiento de Ibiza entre 1991 y 1995.

El fallecimiento de Ildefons Juan Marí, Don Ildefons, como le conocían sus alumnos, conmocionó ayer al mundo de la enseñanza pitiusa. Gemma Tur, presidenta de la Associació Pitiüsa per a la Renovació Pedagògica (Aprep) apenas tenía voz para destacar que Ildefons Juan, con el que trabajó en la asociación, era para ella «un referente de la enseñanza en Ibiza». «Era una persona comprometida, una bandera para el mundo de la educación», añadió. Ernest Prats, director del Centre de Professors d´Eivissa i Formentera (CEP), recordó que Ildefons Juan fue uno de los fundadores de la Aprep en 1984 y de la delegación en las Pitiusas del Sindicat de Treballadors de l´Ensenyament de les Illes (STEI). «Era una referencia para todos los que trabajamos en la enseñanza. Le gustaba mucho su trabajo y trabajó mucho por la educación casi hasta el último momento», consiguió articular Prats, que señaló que hasta hace apenas unos meses el formenterés asistía a las reuniones del CEP.

«Hay que destacar su profundísimo compromiso con la enseñanza y con las Pitiusas. Trabajó por una escuela con raíces. Fue uno de los pioneros en implantar la educación en catalán. Una de sus virtudes más destacables era la tenacidad, cuando decidía sacar adelante un proyecto trabajaba por ello hasta conseguirlo», señaló Bernat Joan, profesor que le conoció en el Institut d´Estudis Eivissencs (IEE), entidad de la que también fue miembro activo. Cati Torres, maestra, coincidió con él en el IEE, y en la Aprep. «Estaba en todo, era detallista, minucioso y perfeccionista. En la comisión del Institut, hasta que los textos no estaban perfectos no se quedaba tranquilo. Todos los que le conocimos sentiremos que no esté. Todos los que nos cruzamos con él le quisimos», comenta.

Los que fueron alumnos suyos recuerdan que hacía unos «círculos perfectos» en la pizarra, que era estricto, pero que les hacía reír incluso cuando les regañaba.