—No irá a decirme que le quite el sueño el resultado de las elecciones en Sant Joan…

—En unas elecciones puede ocurrir cualquier cosa. Se presentan una serie de candidatos, con unos proyectos determinados que ofrecen a los ciudadanos y éstos deciden qué es lo que más les conviene o les interesa. Por ello, nunca se sabe la decisión del electorado de antemano.

—El PP siempre lamenta que Sant Joan es el municipio más protegido, que no se puede hacer nada, que no hay margen para el crecimiento… ¿Tan mal viven en Sant Joan?

—No, en Sant Joan no se vive mal, sino todo lo contrario. Por este motivo, los ciudadanos de Sant Joan queremos poder organizar aquí nuestra vida: poder tener nuestro negocio, que nuestros hijos puedan estudiar aquí, y dispongan de lugares adecuados de ocio; que tengan la opción de construirse su vivienda... En caso contrario, las personas han de marcharse fuera del municipio para disponer de unos derechos o servicios básicos, como son el trabajo, la vivienda, la educación, la sanidad...

—¿Da resultado practicar el victimismo político?

—Nunca me había planteado que una actitud crítica hacia unos hechos reales y que hacemos públicos pudiera ser considerada victimismo. Denunciamos unos hechos: se está sacrificando Sant Joan (que ha sabido conservar su territorio) por los excesos cometidos en otros municipios. Cada cual que pague por lo que hace; no es justo que Sant Joan pague por todos los demás.

—Ha sido alcalde con Pere Palau siendo presidente y ahora se alinea con Vicent Serra. ¿Es una actitud camaleónica o capacidad de adaptación?

—La pregunta no tiene mucho sentido. He sido Alcalde con Palau y con Pilar Costa como presidentes. Ahora me presento a unas elecciones a las cuales también opta Vicent Serra como candidato a la presidencia del Consell. Son circunstancias que se dan en un momento determinado y nadie arrastra a nadie.

—Recientemente ha aparecido usted en el programa de Ana Rosa y en el de María Teresa Campos. ¿Es usted un exponente del agro-glamour?

—No sé lo que es el agro-glamour, pero la aparición en esos programas ha sido más bien circunstancial. Yo iba a hacer mi trabajo, una ceremonia civil con una pareja que, casualmente, uno de ellos o ambos resultaron ser famosos.

—¿Qué le parece que haya tenido que ser un gobierno de izquierdas el que haya reformado la carretera de Sant Miquel?

—Lo aplaudo. Y ojalá no hubiera hecho solo la de Sant Miquel, también la de Sant Joan. El estado de nuestras carreteras se ha demorado mucho en el tiempo, son tercermundistas y muy peligrosas. De todas formas, ya empezamos con las demoras en los plazos previstos.

—¿Qué es peor, un carril-bici en la carretera de Sant Miquel o las autovías del aeropuerto o Sant Antoni?.

—No creo que ahora sea el momento ya de hablar de autovías. Yo en particular soy partidario de la figura del carril-bici, pero no a cualquier precio.

—Sinceramente, ahora que no ya no ocupa el cargo, ¿cree que sirve para algo ser senador?

—Por supuesto, pero debería dotarse a la Cámara Alta de mayor peso territorial.