El Formentera Films Festival empieza con una buena madrina, Lola Dueñas (Madrid 1971). La actriz, con dos premios Goya por ´Mar adentro´ (2004) de Amenábar y ´Yo, también´ (2009), de Álvaro Pastor y Antonio Naharro, asegura que para ella es «una suerte» que la hayan elegido para amadrinar esta cita que durante los tres próximos días proyectará en la plaza de la Constitució, a partir de las 21 horas las tres jornadas, un centenar de cortometrajes internacionales y nacionales.

Dueñas se muestra relajada. Acaba de darse un baño en la playa y parece fascinada por todo lo que está viendo. Conocía Formentera a través de la película de Julio Medem ´Lucía y el sexo´ y por alguna corta estancia, pero se apresura y reflexiona: «Formentera no es para venir de paso, es para quedarse». Dice que aceptó acudir a este festival por la conjunción que representa su amor por el cine y la belleza del entorno insular.

Además, considera que estas iniciativas, con el formato de un festival de cortometrajes, deben apoyarse y recuerda sus inicios en el mundo del cine participando en este tipo de formatos: «Fue una época muy importante porque hacía teatro y jamás pensé que iba a hacer cine. Fue un momento en que coincidíamos toda una generación en los festivales de cortos».

Lola Dueñas empieza una nueva etapa en su vida ya que se instala en París. De hecho, acaba de rodar una película de Philippe Le Guay, ´Les femmes du sixième étage´ (Las mujeres del sexto piso), una historia sobre las emigrantes españolas que se emplearon en los sesenta como trabajadoras domésticas y se convirtieron en un signo de distinción entre la burguesía parisina. La cinta se acaba de estrenar en Francia y acumula nada menos que dos millones de espectadores. De todas formas, la idea de instalarse en París ya le rondaba la cabeza, y ahora se ha decidido a mudarse. Entre otros motivos porque observa cómo la industria del cine en España se está anquilosando y se muestra lenta a la hora de producir.

A Lola Dueñas le brillan los ojos cuando habla de lo que le apasiona, el cine, especialmente al referirse a ´Mar adentro´: «En esa peli viví cosas alucinantes, como estrenar una película en el mundo entero. Recuerdo que en Singapur, tras el pase, se encendió la luz y vi a todos los ´chinos´ llorando. Allí me di cuenta del enorme poder del cine; hasta entonces no había vivido nada igual».

Otra de sus faceta que no pasa desapercibida es la de ser una de las actrices españolas que mejor pasa de la comedia al drama, algo muy relacionado con su época con Pedro Almodóvar: «Me encanta que digan que soy una chica Almodóvar», comenta.

En 2002, el director manchego le dio un pequeño papel en ´Hable con ella´ (2002). Luego la llamó para rodar ´Volver´ (2005), donde hizo el papel de Sole y siguió en ´Los abrazos rotos´ (2009), en la que tenía el papel de una lectora de labios. Afirma que el universo de Almodóvar, «con un mundo de mujeres llenas de colores», la ha marcado «profundamente».

Una de las películas de las que se siente más orgullosa es ´Yo, también´, de Álvaro Pastor y Antonio Naharro, con la que obtuvo su segundo Goya. «Esta película –apunta– ha costado un millón de euros, se ha rodado en cinco semanas y ha resultado ser un peliculón». La historia se centra en la relación entre una persona con síndrome de Down, que interpreta Pablo Pineda, con una compañera de trabajo, Laura, papel que recayó en Dueñas.

Ella insiste en que lo único que diferencia a Pablo de ella es que él tiene síndrome de Down: «Es mucho más culto que yo, tiene dos carreras universitarias y yo ninguna. Es impresionante cómo el físico puede establecer esa diferencia y que gente más tonta que él le trate como si fuese tonto», explica la actriz.