La Comisión Insular de Urbanismo culminó ayer la rectificación de la prohibición impuesta hace dos años por la Comisión Balear de Medio Ambiente de construir nuevos conjuntos residenciales o turísticos hasta que no entre en funcionamiento la nueva depuradora de sa Coma. Primero fue la propia Comisión de Medio Ambiente la que accedió a la petición hecha por el Ayuntamiento y ayer fue el órgano urbanístico del Consell el que avaló ese cambio, consistente en quitar del Plan General de Ordenación Urbana el párrafo que impedía «aumentos de capacidad de población turística y residencial» hasta que no estuviera terminada la nueva depuradora. Ahora, la nueva redacción del PGOU estipula una larga serie de requisitos y condiciones para autorizar los nuevos crecimientos urbanísticos, pero no se impiden expresamente, salvo cuando se llegue a los 61.000 habitantes, momento en que no se podrán autorizar nuevas actuaciones que supongan un incremento del consumo.

A partir de ahora, el Ayuntamiento deberá redactar un Plan Municipal de Mejora del Saneamiento y Drenaje para optimizar el funcionamiento de sus redes de alcantarillado, entre otras cuestiones impuestas por los órganos superiores.