La conselleria balear de Educación ha decidido paralizar la construcción del colegio público Sa Bodega y elaborar un proyecto para que «queden debidamente integrados y protegidos» los restos arqueológicos hallados en el solar situado entre las calles País Valencià y Murcia que abarcan desde el siglo II antes de Cristo hasta el siglo XIX. La idea de los responsables municipales, avalada por la arqueóloga de Vila, Rosa Gurrea, y los arqueólogos que trabajan en la excavación, Josep Torres y Julia García, es que solo debería estar visible y sería conveniente museizar el hipocausto (cavidad subterránea usada por los romanos para calentar sus baños y viviendas), mientras que lo demás podría ser enterrado ya que carece de relevancia.

La alcaldesa de Vila, Lurdes Costa, y Francisco Fernández, gerente del Instituto balear de Infraestructuras y Servicios Educativos y Culturales (Ibisec), coincidieron ayer en rueda de prensa (celebrada dentro de un barracón de las obras debido a la lluvia) en interpretar que la decisión adoptada el lunes por la Ciotupha no concreta que toda la zona excavada deba ser museizada. Literalmente, la Comisión de Patrimonio dejó sobre la mesa el expediente presentado por el Ayuntamiento hasta que sea presentado «un proyecto técnico modificado que contemple la conservación y museización de los hallazgos», un texto deliberadamente ambiguo que no especifica si han de ser visibles todos o parte de los restos, si bien un responsable del Consell subrayó ayer que esa visualización debería abarcar la mayor parte de los hallazgos «arquitectónicos». Al respecto, la arqueóloga Rosa Gurrea detalló que, a su juicio, conservar significa «que se pueda estudiar, no que se tenga que ver» el resto.

El gerente del Ibisec admitió que adaptar el proyecto a las exigencias de la Ciotupha supondrá un retraso de las obras (que debían durar 18 meses para que estuvieran finalizadas en enero de 2012) y un mayor gasto (está presupuestado en 4,2 millones de euros), pues habrá que compensar a la constructora, Vías y Obras. «Ahora hay que ver qué es lo que pretende la Ciotupha. Eso llevará tiempo, no es de la noche a la mañana», indicó. «Por mi experiencia, las comisiones de patrimonio no dicen específicamente lo que hay que hacer. Hablan de forma genérica y hay que presentar una propuesta que ellos acepten. Tanto la parte de la arquitectura como la de arqueología deben ponerse de acuerdo y presentar un proyecto que la comisión acepte», sostuvo Fernández, quien recalcó que la Ciotupha «solo ha hablado de museización y conservación en términos genéricos y amplios», sin concretar.

La alcaldesa, Lurdes Costa, abundó en que en el acuerdo de la Ciotupha «no se concreta qué hay que hacer. Hay que estudiar lo que dice y determinar, de acuerdo a lo que juzguen los arqueólogos, qué es museizable y qué no». Y a su juicio, no todo debería quedar a la vista, «solo lo más monumental». Queda descartada, por ejemplo, «una canalización del siglo XIX». No obstante, subrayó que «no se destruirá nada», unicamente quedará tapado y se modificará la ubicación de los pilares para no dañar los restos. En este sentido, el arquitecto del edificio, Ángel García de Jalón, ya ha introducido en los planos las variaciones. García de Jalón ha eliminado cinco pilares que atravesaban transversalmente el hipocausto y los ha situado en torno a la estancia romana. Justo encima se habían destinado, inicialmente, los baños para los alumnos.

«Hay que minimizar el impacto sobre los restos», admitió ayer en la rueda de prensa Elvira Badia, directora general de Planificación y Centros, aunque advirtió de que «hay que trabajar con los arqueólogos para ver lo que hay que hacer». «El tiempo corre y la escuela hace falta. Hay que compatibilizarlo todo», recordó, al tiempo que consideró que la zona que se museíce se convertirá en «un espacio pedagógico y didáctico». Lurdes Costa coincidió con Badia en ese aspecto: «Hay que compatibilizar el uso del colegio con el mantenimiento de los restos hallados».

60 cajas con material

Los arqueólogos han recogido hasta ahora 60 cajas con restos de cerámica y bronce (como una figura que parece un toro), entre otros. Su examen requerirá años de estudios.

«Lo más especial»

El hipocausto es, a juicio de Rosa Gurrea, el hallazgo «que más entidad tiene; es curioso, no es habitual, es el primero de la ciudad y está mejor conservado que el otro que hay en la isla. Es lo más especial». También han encontrado «una posible prensa de aceite». «Pero es una hipótesis que hay que contrastar», dijo