«No se puede museizar lo que no conocemos, no se pueden museizar unas piedras que no se sabe lo que son», insistió ayer la arqueóloga municipal, Rosa Gurrea, una idea que compartió el arqueólogo Josep Torres: «Lo que no se puede explicar no merece la pena que sea museizado». Ambos recordaron que lo hallado hasta ahora, excepto el hipocausto, son «restos de cimentación, no partes aéreas», y que carecen de «detalles sobre el uso de esos espacios o que indiquen cuál fue la actividad que hubo en ellos». Dejar a la vista esos muros de cimentación no aportaría, a juicio de los dos expertos, nada. También coincidieron en que «todas las instituciones deberían fomentar su estudio». «Si no, solo tenemos un montón de piedras sin significado», dijo Torres.