La alcaldesa de Vila, Lurdes Costa, presidió ayer un pleno infantil en Can Botino con alumnos de Sa Graduada, Sa Bodega, Sa Blanca Dona, Consolación y Sa Real que demostraron haber hecho los deberes sobre el tema a abordar: las elecciones municipales.

Después de despachar algunas dudas teóricas sobre quién puede votar y cómo se eligen los alcaldes, el debate se volvió más interesante cuando los niños pudieron decir qué cosas no ven bien en la ciudad y qué habría que mejorar. Inés lo dijo bien claro: «mejorar la limpieza en general, hay ciudades que están más limpias» y Toni añadió que hay que poner en marcha «campañas de concienciación para mantener limpias las playas y poner más papeleras en la calle».

Lurdes Costa no solo se limitó a tomar nota de las demandas de los niños sino a salvar las naves: «¿Y no creéis que no solo habría que limpiar más sino que la gente podría ensuciar menos?», preguntó a los alumnos.

Las peticiones no se limitaron a la limpieza: más autobuses, más carriles bici, más zonas verdes, más Policía de barrio para poner orden en zonas conflictivas, ayudas y becas para estudiantes... «Aceras más anchas», pidió María mientras que Ana tocó otro punto débil: «Más colegios para que todos los niños tengan plaza».

La aplicación de la conciencia ecológica y medioambiental en el quehacer diario de los políticos fue uno de los temas recurrentes «Menos edificios y más árboles», señaló Pedro. «Tendría que haber papeleras de reciclaje en la calle, que tengan compartimentos para papel, plástico y vidro», apuntó María.

La impresión que quedaba al escuchar a los alumnos es que cualquier ciudadano de Ibiza firmaría estas reclamaciones, algunas de ellas problemas endémicos de la ciudad como la falta de aparcamientos, que fue otra de las reivindicaciones de Clara, una petición que Lurdes Costa puntualizó rápidamente: «Es que en Ibiza hay tantos coches que no hay sitio donde aparcarlos».

¿Abstención por mentirosos?

Otro de los temas espinosos que se abordaron en el debate a iniciativa de la alcaldesa fueron los motivos del incremento de la abstención en las elecciones. Costa recordó que en los primeros comicios participada en torno a un 80 por ciento de la población censada en los municipios, mientras que ahora apenas llega a la mitad. Adrián lanzó su teoría, que no parece nada errada: «La gente está decepcionada porque muchos políticos, en vez de hacer lo que dicen que van a hacer, hacen otra cosa distinta». Gabriel añade: «no hacen lo que prometen» y Jordi asestó la estocada final: «Los partidos dicen muchas cosas que al final no hacen». Lurdes Costa, aguantando el chaparrón no pudo reprimir un «tengo la sensación de que me estáis llamando mentirosa».

Para mejorar la participación algún alumno sugirió que se regularizase el voto por Internet aunque otros compañeros apuntaron que todavía no es un sistema suficientemente seguro.

Toni no dudó al afirmar que si sigue subiendo la abstención y la gente deja de votar, «se podría volver a una dictadura». Ulises lo corroboró: «si no vota nadie no habrá presidente.

El pleno concluyó con un debate sobre el voto el blanco: ¿Es un toque de atención a los políticos porque ninguna propuesta convence al votante o más bien supone, como dice un falso mito que circula en la calle, regalar votos al partido mayoritario? Los chavales, al igual que muchos adultos tienen sus dudas al respecto y no se terminaron de aclarar. Adrián defendía que no está bien votar en blanco mientras que Inés y Aitor lo apoyaron como una forma de manifestar el desacuerdo con la gestión de los partidos. Toni lo dijo bien claro: «un voto en blanco es un mensaje de que no gusta nadie de los que se han presentado, no es inútil». A ver cuántos caen el 22 de mayo.