Hablan todos; desde los que creen que urbanizar ses Feixes es un derecho que les ha sido otorgado constitucionalmente (sector únicamente representado por Javier Luquín) a los que acusan (como la exconsellera Fanny Tur) a la Administración de practicar la táctica de permitir el deterioro del humedal hasta que su degradación haga inviable otra cosa que entregarlo al ladrillo, y no aprecian cambios a pesar de los gobiernos progresistas en el Ayuntamiento, el Consell y el Govern. Entre medias, en el documental sobre esta zona producido por el GEN y estrenado el viernes en el Club Diario, aparecen propietarios, administraciones que les responden y representantes de la patronal que sorprenden al público que casi llenó la sala con peticiones de que aumente su protección.

José Tur Olmo, expresidente del Fomento del Turismo, propone un parque natural para ses Feixes, incluso espera verlas como el espléndido huerto que recuerda que fue décadas atrás. Pero no es el único. También el presidente de la Federación Hotelera, Juanjo Riera, reflexiona sobre la necesidad de dejar de construir en la isla y recuperar el circuito hídrico del humedal, que desaguaba en Talamanca, frente a uno de sus hoteles. El presidente de los vecinos de Illa Plana, Juan Colomar, recuerda cómo era el humedal y confía en su recuperación, afrontando las compensaciones «adecuadas».

Pero el reportaje de media hora, editado al estilo de ´La Pelota Vasca´, una sucesión de testimonios ordenados temáticamente, plantea el futuro del humedal desde todos los puntos de vista, como el de Luquin, en representación de los propietarios de ses Feixes de Vila, que se sienten robados por la Administración y advierten de que cualquier otra opción distinta a urbanizar esta área supondrá carísimas indemnizaciones.

La filmación, realizada por Rodolfo Rubio y terminada de montar esa misma tarde, según comentó en el coloquio el portavoz del GEN Mariano Marí, analiza el humedal como un sistema complejo que empieza también en la barrera de posidonia de Talamanca; por ello su integridad depende también de este arrecife, «el mayor del Mediterráneo», según el biólogo Manu San Félix, que califica de «gravísima amenaza» las obras del nuevo puerto en es Botafoc porque puede acabar con una pradera de medio millón de metros cuadrados.

La única representante del GEN que aparece, Neus Prats, considera que la única justificación de la ampliación son «los usos especulativos» previstos en el espacio portuario y alerta de los impactos en el Patrimonio Mundial, como también hace el experto de Icomos Victor Fernández, autor de un informe muy crítico al respecto. Defiende integrar el humedal en el bien protegido y recuerda a la Administración que su gestión de esta distinción ha vinculado la isla de Ibiza a la polémica: «Deberían dejarse informar y abordar una gestión ejemplar» del Patrimonio de la Humanidad, aconseja.

En la charla posterior, organizada por Amics de la Terra y moderada por su presidenta en Ibiza, Hazel Morgan, participaron el conseller de Medio Ambiente, Albert Prats, Marí y Cati Torres, propietaria de una feixa que ha recuperado su esplendor: «Si se limpia y se arregla, el agua vuelve a circular», explicó, animando a hacer lo mismo que ella en todo el humedal. Pedía a los políticos «menos promesas y más acciones». «Estamos viviendo un sueño», aseveró, hablando en nombre de su familia, que disfruta viendo germinar la tierra. «Los membrillos que aparecen en el documental no los hemos regado nunca, no necesitan tanta agua», aseveró al auditorio.

Francisco Romero reclama en el documental el arreglo los desagües porque cuando llueve no se puede llegar a su casa. Otro propietario, Xicu Marí, definía su vida: «He nacido, vivido y espero morir en ses Feixes», tiene la esperanza de que alguien saque los escombros y basura que algunos desaprensivos vacían en ellas y les impida vover a hacerlo.

Acceso reservado para los coches de los vecinos

«Imaginad qué reclamo serían ses Feixes si estuvieran cuidadas. Tiene un potencial turístico que ni te imaginas, Juanjo», le espetó en el coloquio Mariano Marí, del GEN, dirigiéndose al presidente de los hoteleros. Riera no se ofendió por el cebo de billetes que le tiraban para que picara en las tesis ecologistas: él ya se había manifestado convencido de que un entorno bien cuidado puede generar riqueza. Lo mismo que el representante de los vecinos de Illa Plana, el empresario Joan Colomar, que pidió un plan de mantenimiento. Con las fuerzas vivas de la economía convertidas a la causa, las miradas se dirigieron a la Administración, para examinar qué hacen por el humedal cuando parece que «los representantes de algunos sectores económicos han evolucionado», como admitía el conseller de Medio Ambiente, Albert Prats.

En el documental la concejala de Cultura de Vila, Sandra Mayans, dijo que es Prat de Vila es suelo rústico protegido en el nuevo PGOU, «es lo que podemos hacer», añadió, encogiéndose un poco de hombros. La concejala de cultura de Santa Eulària, Ana Costa, deseaba que el Prat de ses Monges pudiera recuperar el uso agrícola de antaño, confiando en que a partir de un primer grupo, otros propietarios se animaran a recuperar los cultivos, sin anunciar más medidas que ese anhelo.

Prats recordó el proyecto para recuperar la circulación de agua en el canal y añadió que la limpieza manual de 2009 era, con 270.000 euros, la mayor inversión ejecutada nunca antes en la zona, a la que sumó los 1,9 millones recibidos para nuevas actuaciones. Aseguró que con esos fondos se estudiarán demandas vecinales como impedir el acceso al tráfico rodado salvo a los vecinos. Dijo que el centro de interpretación se instalará en el Prat de ses Monges o el de Vila en función de las ofertas de terrenos que se reciban y pidió paciencia.