Salvador Roig, quien fuera presidente de la delegación pitiusa del Colegio de Arquitectos de Balears hasta 2000, ha presentado en el Consell una denuncia en la que solicita que se inspeccionen las obras del Parador que se está construyendo en el Castillo y se verifique su adecuación a la normativa vigente. Roig cree que es posible que se estén incumpliendo las leyes de Patrimonio nacionales y autonómicas, así como el Plan Especial de Protección y Reforma interior (Pepri) de Dalt Vila.

El arquitecto recuerda que el Castillo es un Bien de Interés Cultural (BIC) rodeado de otros bienes similares como las murallas, la torre del campanario y la Catedral, la torre del Homenaje y la necrópolis de Puig des Molins. «En este lugar tan sensible, la ley de Patrimonio prohíbe la modificación de la silueta y del perfil, del Castillo y de Dalt Vila», afirma Roig, quien asegura que en las obras del Parador se ha aumentado en una planta la edificación previamente existente.

«Este aumento de la volumetría ha generado una modificación de la estructura y configuración urbana, cosa que está prohibida por ley, y también ha modificado la visualización de los bienes: desde dentro del Castillo ya no hay las mismas vistas y desde fuera no lo vemos exactamente igual que antes», aseveró.

Asimismo, «el campanario de la Catedral ha desaparecido desde ciertos emplazamientos geográficos desde los cuales antes se veía», lamenta. Señala también que para en esta obra se ha aumentado la volumetría y la edificabilidad. Además, en el interior «puede que se hayan alterado partes que están protegidas a raíz de todos los vaciados que han hecho». Roig cree que ha habido un control arqueológico adecuado, pero asegura que se han incumplido el Pepri y la legislación general porque en ambas regulaciones se indica que al haber indicios de hallazgos arqueológicos se debe realizar una excavación «en regla», previo al proyecto.