La primera jornada del taller de construcción de cometas para la próxima diada ´Posa un estel al cel´, prevista para el próximo domingo en ses Variades, tuvo como protagonista a la lluvia torrencial que restó hasta el límite la asistencia de participantes. Si en ediciones anteriores acudían a esta actividad un centenar de personas, la mayoría niños, ayer en la primera hora del taller solamente había tres participantes: dos hermanas de Sant Rafel y un alumno del colegio Es Vedrà de Sant Agustí. Naturalmente, recibieron la máxima atención de parte de los monitores y del promotor del taller y de la diada d´estels, el profesor Pepín Valdés.

«Espero que a partir de mañana el tiempo permitirá una mayor asistencia. Mientras tanto, esto nos va bien, porque así los monitores también aprenden la técnica, ya que, de los cuatro, solamente una la dominaba», señaló Valdés, mientras caía un intenso aguacero sobre la carpa. No obstante, recordó que este taller se desarrolla todas las tardes hasta el próximo viernes.

La posibilidad de construir cometas diferentes es enorme. En la carpa hay planos y plantillas para cinco modelos distintos: la estrella de cinco puntas, el pulpo, el trapezoide, la cometa de bolsillo y la lechuza de Harry Potter.

Los cuatro monitores del Centre Jove de Sant Antoni que asisten a este taller están en fase de prácticas y estas sesiones les aportan puntos en el apartado de creatividad. Junto con el promotor de la concentración de cometas, han conseguido los materiales necesarios para fabricarlas.

Se trata de bolsas de plástico, listones muy finos de bambú procedentes de alguna persiana, celo, cola, lápices de colores, hilo de palomar (ninyol), pegatinas de distintos colores y formas, así como papel de seda, para decorar las piezas. Además se precisan tijeras, cúters, reglas y metros de medir.

Las dos niñas de Sant Rafel se inclinaron por construirse cada una su cometa en forma de estrella de cinco puntas. Para las dos era la primera vez que acometían esta tarea y el domingo quieren acudir al encuentro de ses Variades. «No han ido nunca y les hace una gran ilusión», comenta su padre, que las ha acompañado al taller.

La primera concentración de cometas en ses Variades se celebró en 1991. Los años 93, 94 y 99 dejó de celebrarse y la edición de este año es la número 18. Alguna vez tuvo que cambiarse la fecha debido al mal tiempo, dado que es necesario que se produzcan unas condiciones adecuadas de viento.

En busca del equilibrio

Pepín Valdés, promotor de la jornada de cometas de ses Variades ´Posa un estel al cel´, confía en tener la complicidad del buen tiempo para que la actividad pueda desarrollarse con el mismo éxito que en las pasadas ediciones. «Para hacer volar una cometa todo depende de la intensidad del viento reinante. Se trata de buscar el equilibrio», señala.