Con tres años y medio de retraso sobre el plazo previsto en el contrato de obras, las principales autoridades regionales, insulares y locales inauguraron ayer el nuevo edificio del Conservatorio Profesional de Música y Danza de Ibiza y Formentera, situado en el solar de la Avenida de España que ocupaba la antigua Escuela de Artes y Oficios. El inmueble, que se empezó a tramitar en 2002 durante el primer gobierno de Francesc Antich y tuvo su máximo impulso bajo la legislatura siguiente, del Partido Popular, vio iniciadas sus obras en diciembre de 2005, con un plazo de ejecución de 18 meses, con lo que deberían haber terminado a mediados de 2007. El presupuesto final ha sido de 6,4 millones de euros, es decir, 1,6 millones más de lo previsto inicialmente.

El «imponente» edificio, como lo calificó la alcaldesa de Ibiza, Lurdes Costa, consta de seis plantas de altura y ocupa una superficie de 3.000 metros cuadrados. En la planta baja se han preservado los restos arqueológicos púnico-romanos hallados durante las obras de construcción, aunque este yacimiento está aún tapado con grava para preservarlo mientras se instala una placa de metacrilato que lo recubra.

El director del Conservatorio, Jaume Manuel Ribas, admitió en su intervención ante el público presente en el acto inaugural: «Los que hace años éramos alumnos del Conservatorio nunca habríamos imaginado que tendríamos unas instalaciones como estas», que albergarán a los actuales 240 alumnos y 25 profesores que componen la plantilla del centro, que ahora cumple 31 años de existencia. «Al fin, Ibiza tiene el Conservatorio que merece», proclamó.

Ribas aprovechó para señalar que el centro «ha de crecer en número de especialidades», pues «hay que mejorar la oferta».

El director, al igual que hicieron el presidente del Consell, Xico Tarrés, y la alcaldesa, dedicó palabras de elogio a la impulsora del Conservatorio, Lina Bufí, que implantó las primeras clases en un local de la calle Juan de Austria y desde allí estimuló la permanente expansión de las enseñanzas musicales de Ibiza.

Tanto Tarrés como Antich reconocieron durante sus respectivos discursos la intervención de «anteriores gobiernos autonómicos» en la ejecución de las obras. El presidente del Consell aseguró que «Carolina Torres [exconsellera insular de Cultura del PP] hizo mucho trabajo» en este proyecto.

Tarrés matizó, sin embargo, que «el mantenimiento de este edificio tendrá un coste», que cifró en 200.000 euros anuales, «que correrán a cargo del Govern», recordó, dado que la titularidad del centro es de la Comunitat Autònoma. Para hacer frente a estos gastos «habrá que buscar soluciones innovadoras» y se refirió al «clúster musical de Ibiza» que impulsa el Consell.

Francesc Antich, por su parte, señaló que este edificio es un ejemplo «del objetivo más importante que tienen las instituciones, que es dar a la gente igualdad de oportunidades para tener una buena educación y que todos, sea donde sea que hayan nacido, puedan llegar a lo más alto».

Lurdes Costa afirmó que la entrada en funcionamiento del edifico «abre la puerta a la ampliación de los estudios» musicales.

Tras los parlamentos, en el auditorio de la planta baja, totalmente abarrotado de público, alumnos del Conservatorio ejecutaron varias piezas musicales. Primero intervino el conjunto instrumental de viento de grado profesional, dirigido por Adolfo Villalonga. Acto seguido, actuó la orquesta de cámara de grado profesional, dirigida por Nélida Bonet, y las últimas piezas fueron interpretadas por la orquesta y coro del conservatorio, también bajo la dirección de Nélida Bonet.