El Ayuntamiento de Ibiza proyecta instalar 135 anclajes ecológicos en la bahía de Talamanca y en ses Figueretes con el objetivo de regular los fondeos, hasta ahora incontrolados, evitar los daños que las anclas ocasionan en las praderas de Posidonia oceanica de esas playas urbanas y contribuir a la desestacionalización de la demanda náutica, según informaron ayer en rueda de prensa la alcaldesa, Lurdes Costa, y el concejal de Medio Ambiente y Mantenimiento, Joan Rubio.

Ochenta de esos anclajes serán instalados en ses Figueretes para embarcaciones de 12, 15 y 30 metros de eslora. Los 55 restantes se ubicarán en Talamanca, frente a sa Punta, donde podrán amarrar naves de menor tamaño que las de la otra playa de la ciudad: podrán tener cinco, seis, siete y ocho metros de eslora.

Este proyecto, cuyo principal fin es «evitar la progresiva degradación de las praderas de posidonia», ha sido remitido a la Demarcación de Costas para que lo estudie y, si es necesario, lo corrija. No obstante, la alcaldesa confía en que dé su visto bueno ya que durante las conversaciones informales que han mantenido aseguraron al Consistorio que autorizarían esta propuesta.

A Costa les gustaría que este nuevo sistema de anclajes ecológicos comenzara a funcionar el próximo verano, si bien el edil Joan Rubio, más cauto y acostumbrado ya a las continuas dilaciones de los proyectos que promueve su concejalía, estima que para esas fechas «iría justo de tiempo», ya que no esperan «respuestas de la Demarcación de Costas» hasta al menos dentro de dos o tres meses.

Platja d´en Bossa, descartada

El Ayuntamiento descartó incluir en el proyecto la parte de Platja d´en Bossa que le corresponde debido a que en esa zona del litoral está prevista desde hace años una intervención para poner orden y, posiblemente, eliminar numerosas estructuras que en la actualidad jalonan esa costa, como piscinas y embarcaderos privados.

El anclaje ecológico consiste en una pieza metálica que se atornilla en el suelo marino y de la que sobresale un tubo rígido. De este cuelga una cuerda unida a una boya de superficie. De esa manera se evita, por un lado, que las embarcaciones utilicen sus anclas y que estas arrasen las praderas de posidonia, y por otro, que el propio anclaje se mueva alrededor de la zona donde ha sido instalado.

Los 135 amarres permitirán, a juicio de la alcaldesa, «ordenar el tránsito» en esas franjas del litoral y reducir las parcelas de ocupación, donde se fondea incontroladamente durante el estío: «Lo que ocurre en la actualidad es insostenible», subrayó.

El sistema será gestionado por una empresa privada que controlará los fondeos y cobrará dos tipos de cuotas: anuales y diarias. «Tendrá precios populares» para los residentes, aunque no se podrá determinar su cuantía hasta que se saque a concurso, indicó el concejal de Medio Ambiente. Además, las cantidades que se deberán abonar dependerán de si el fondeo se realiza durante la temporada baja, media o alta. Joan Rubio desea que prevalezcan las cuotas anuales en el caso de la bahía Talamanca.

Precisamente, el proyecto calcula que la instalación de los amarres y del sistema de gestión costará unos 590.000 euros, a los que hay que sumar los 300.000 euros que se deberán destinar al pago del personal que controlará los amarres y para la adquisición y mantenimiento de las lanchas que usarán para esa labor. La gestión saldrá a concurso por una duración de ocho años y por un total de tres millones de euros. Se podrá reservar y contratar el fondeo en ambas zonas a través de una página de Internet.