Hace casi 40 años que Alain Deymier descubrió Ibiza y desde hace 15 su residencia quedó fijada en la isla. Vive en una de las casas que Josep Lluís Sert diseñó en Can Pep Simó y lamenta no haber pasado un verano allí desde hace años. Mientras sueña con disfrutar de un septiembre ibicenco afronta la vorágine del estreno de ´Las telas rojas´, en la que narra la historia un joven huérfano que viaja acompañado de su mejor amigo en busca de su propia identidad y de algunas respuestas a las dudas que se plantea sobre sus padres. La pasión que ésta y otras historias despiertan en el francés le ha hecho aparcar temporalmente su carrera fotográfica.

—Desde hace unos años ha dejado de lado su faceta de fotógrafo y se ha centrado en el cine ¿a qué se debe esta evolución?

—A que no me da tiempo a todo. Hace tres años estuve en China para rodar un cortometraje y me gustó tanto la estética de aquel país, la arquitectura, las calles y las caras que quise hacer un montón de fotos. Soy muy trabajador y me gusta dedicar mucho tiempo a lo que hago, pero no puedo y en China acabé haciendo 30 fotos en lugar de las 200 que me hubiera gustado. Las películas me absorben tanto que no puedo concentrarme en la fotografía. No me gusta hacer fotos porque sí, sino dentro de un proyecto cerrado.

—De hecho tiene pendiente un proyecto fotográfico sobre Ibiza…

—Hace dos años empecé a hacer fotos de todas las iglesias de Ibiza, me pareció bonito hacer algo por la isla. La recorrí y fotografié los templos acompañado por mi asistente, hice más de mil fotografías. Concertábamos citas con los curas, nos abrieron la iglesia de Sant Vicent que siempre está cerrada… Fueron fotos de prueba. Un día tendré que revisar todo ese material y decidir qué hacer con él; no me interesa la fotografía turística sino algo más personal.

—¿Por qué decidió estrenar ´Las telas rojas´ en Ibiza?

—Aquí está mi gente, mis amigos. Las personas que han sido importantes para mí son de Ibiza. La mayoría viven aquí y los que no viven van a venir para el estreno. En el cine Serra me han dado todo tipo de facilidades y me gusta poder estrenar en un lugar con tanta historia, con tanto arraigo en Ibiza.

—En el mediometraje revisa el mito de Edipo, pero huye de la interpretación freudiana.

—Un hijo siempre se enamora de su madre y compite con el padre para tenerla para él solo: eso es lo que explotó Freud en sus teorías. En la tragedia griega Edipo se enamora de su madre y acaba matando a su padre, pero lo hace a consecuencia de una serie de acontecimientos y desconociendo que fueran sus progenitores. La historia cambia por completo, es mucho más inocente.

—El rodaje en Uruguay fue bastante accidentado.

— Sí. Tuvimos un accidente de helicóptero mientras rodábamos y eso influyó mucho. Aunque retomamos el rodaje solo dos días después del accidente, la película se redujo y acabó siendo un mediometraje. El ayudante de cámara tuvo que ser trasladado a un hospital en Argentina y después de aquello todo el equipo estaba muy alterado. Aun así, estoy satisfecho con el resultado y espero que al público también le guste. No es una película para todo el mundo, es un poco complicada. Se puede hacer una lectura muy simple si no se tienen ganas de complicaciones, pero, si se entra en el juego de los interrogantes, está llena de ¿qué pasó y por qué? Todo en la película deja espacio al misterio, para que el espectador se haga preguntas.

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—Parece especialmente satisfecho del trabajo de los intérpretes.

—La protagonista, Ana Celentano, es una chica maravillosa de un grandísimo talento. Es muy famosa en Argentina, donde trabaja mucho. La acompañé a muchos estrenos y nos hemos vuelto muy amigos, pero no creo que los protagonistas puedan estar el día 3 en Ibiza.

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—2009 fue el año de ´Las telas rojas´ y este verano estuvo en Moscú filmando un documental-ficción sobre Nacho Duato. ¿Cómo se conjugan esos géneros?

—A mí lo que me gusta es la ficción, pero he hecho un documental porque me encantaba lo que me ofrecía Duato. Lo hice con la idea de aprovechar las dotes de actor que tiene Nacho, incluso todos los bailarines del Ballet Nacional. Me di cuenta de que son tan naturales ante la cámara que era una maravilla.

—¿Cómo surgió la posibilidad de rodar la última gira de Duato con la Compañía Nacional de Danza?

—Tenemos una buena amiga en común que me contó que iba a dejar la compañía y que se despedía el 30 de julio en el teatro Bolshoi. De esto hace un año, por aquel entonces yo estaba obsesionado con el tema de la muerte, del paso de un estado a otro, de lo que ya nunca volverá… Tenía la idea de hacer algún proyecto sobre este tema y decidí grabar esa despedida de Nacho. Es una persona maravillosa, siempre está de buen humor, es muy gracioso, siempre tiene tiempo para ti y te escucha. A veces no estaba de acuerdo con lo que yo quería hacer, pero acababa diciendo «bueno, si te gusta a ti».

—¿En qué punto está ahora el documental?

—Estamos todavía en fase de montaje. Se estrenará en 2011, en verano. Probablemente en septiembre, aunque no está decidido aún.

—¿Se ha planteado rodar en Ibiza?

—Me gustaría hacer un corto. Me marcó mucho en mi juventud ´More´, de Barbet Schroeder. No tengo intención de copiarla, pero de inspirarme un poco sí. Me encanta la forma en que filmó Ibiza.

´Las telas rojas´

Primer mediometraje (tiene una duración de 35 minutos) del autor de los cortos ´Air´, ´Birds´, ´The fan´ y ´Teresa´. Fue rodada en Cabo Polonio (Uruguay) en 2009. El guión es del propio Deymier, mientras que la música original está compuesta e interpretada por Richard Davis. Los protagonistas son dos actores argentinos, Ana Celentano y Damián Ramonda.