La Asociación de Fibromialgia y Fatica Crónica (Affac) de Ibiza y Formentera podría dejar de ofrecer sus actividades y servicios si no consigue más presupuesto, según aseguró ayer su presidenta, María José Guasch, durante el mercadillo solidario que organizaron en el parque de la Paz. Todo el dinero recaudado en los puestos se destinará a pagar a los profesionales que atienden a los afectados por esta enfermedad. María José Guasch explicó que la junta directiva de la asociación ya está pensando de qué servicios podrían prescindir de forma más inmediata. La presidenta señaló que en estos momentos las asociaciones «pequeñas» tienen más problemas para acceder a las subvenciones que no están ligadas a proyectos concretos.

«Antes teníamos la tienda y era una gran ayuda porque íbamos sacando algo de dinero, pero desde que la cerramos, con las escasas aportaciones de las administraciones públicas no podemos hacer mucho», lamentó la presidenta mientras atendía uno de los puestos. Durante toda la mañana, voluntarias y afectadas de la asociación estuvieron vendiendo ropa de segunda mano, libros, cedés, películas, comida y algunos aparatos para el hogar.

María José Guasch explicó que tienen que ofrecer diferentes tipos de terapias y servicios (fisioterapeuta, psicólogo, masajista…) porque los síntomas que presenta la enfermedad varían mucho de una persona a otra. Además, insistió en la necesidad de complementar estos servicios con los talleres, ya que estos los imparten los propios enfermos (en su mayoría mujeres), lo que les ayuda a sentirse útiles. «Esta enfermedad nos incapacita. Sientes que no sirves para nada, ni en el trabajo ni en casa ni para la familia ni para ti misma. Por eso, cuando alguna de nosotras sabe hacer algo organizamos unas clases. Esa persona se siente útil y las demás aprendemos», detalló la presidenta. Precisamente estas manualidades (broches, gorritos de lana y figuras decorativas de todo tipo) podían encontrarse ayer por la mañana en uno de los puestos del mercadillo.

A pesar de la falta de ayudas económicas, la presidenta de Affac está convencida de que seguirán adelante con las actividades aunque tengan que dejar de ofrecer servicios y terapias. «Seguiremos quedando para hablar y para los talleres que impartimos nosotras mismas porque la función de la asociación es mejorar nuestra calidad de vida tanto en el aspecto mental, como profesional, físico y también social», insistió María José Guasch.